Se crió con Baccara y Abba y los demás. También con Carlos Cano, de Graná, como él, porque cuando le conocí supe qué significaba, por fin, la mala follá. Nosotros somos amigos contingentes, nos decía. Y otras cosas. Querer ser gay es como querer ser judío en la Alemania nazi; yo quiero follar encima de un altar o en una sacristía; tienes unas tetas estupendas, pero a mí las tetas no me gustan. Los grandes amores a los que siempre se busca, en cada tío al que te tiras, sin encontrarlo jamás porque ya lo encontraste pero se marchó.
Y Angustias, la gata.
Atesoro recuerdos, los desempolvo. Recuerdos de hace diez años, los pantalones cortos, la camiseta de rayas. El momento de la confesión, en casa de Sonia: "Es que resulta que yo entiendo". Llegar tarde a los sitios y al conocimiento. Saber: que tu sobrino no tendrá memoria de ti. Que no me extraña el desenlace, pero que me jode igualmente y me jode oír llorar a los amigos y no poder abrazarlos.
Saber que nunca te dejaste ayudar y que siempre te costó mucho trabajo vivir.
Y tener que escribir y escuchar ciertas canciones para poder llorar.
domingo, 21 de agosto de 2011
Amigos contingentes
Publicado por
Los viajes que no hice
en
8/21/2011 09:17:00 p. m.
Etiquetas: Benito, Diario de navegante
jueves, 18 de agosto de 2011
Emma Suárez
8
comentaron
Le brillan los ojos cuando hablan, le brillan mucho y, cuando confía, no tiene miedo de ser patética, ridícula o extremadamente divertida. Durante este Festival hemos hablado mucho del miedo. Del miedo a subirse a un escenario, del miedo a desnudarse y a que no te mimen, del miedo a no creer que lo que haces es verdad, del miedo a que los demás no entiendan qué historia pretendes contarles. Lo he hablado con Anna Allen, la mujer más cariñosa del mundo, y con Antonio Gil y con Helio Pedregal y con Marta Etura. El miedo a exponerse y, a la vez, a no estar lo suficientemente expuesto. La infinita suerte que es trabajar narrando y siendo otros.
También lo hablé con ella, con esa mujer menudita de ojos pequeños, una de las criaturas más bellas que he visto jamás. Cuando hilvana las frases (yo estaba asustada, iba precedida por comentarios negativos: he de aprender que conmigo siempre son distintos) descubro que es aún más guapa por dentro que por fuera, que tiene una inteligencia intuitiva maravillosa, un compromiso con su femineidad que va más allá del hecho azaroso de ser mujer. Y por eso habla de cuando a las mujeres no se nos escucha. De esa ignorancia sistemática a la que nos someten por el hecho de ser mujeres. De que César no escuchó a Calpurnia cuando vaticinó mediante sueños que iba a morir. Del dolor que supone que alguien no confíe. De que a veces ocurre que un hombre, Borja Ortiz de Gondra, puede escribir un texto profundamente feminista y que otro hombre, Norberto López, no tiene miedo de que su actriz se transforme en un pajarito. Y ella confía, vuelve a confiar, y habla de los hijos que no tuvo, que no va a tener, de la necesidad de sentir un cuerpo dentro de su propio cuerpo, del dolor ante la muerte de aquel a quien amas, de la ternura inmensa de una mujer sabia que luego eligió quedarse sola.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
8/18/2011 08:53:00 p. m.
Etiquetas: Calpurnia Pisonis, Emma Suárez, Festival de Mérida 2011, Las noches entre las piedras del teatro romano
miércoles, 17 de agosto de 2011
75 años de la muerte de Federico García Lorca
2
comentaron
Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Este es mi Lorca. Yo creo que hay muchos Lorca. El Lorca que leemos de pequeños, ya saben: el lagarto está llorando, la lagarta está llorando; su luna de pergamino Preciosa tocando viene. El Lorca que nos acompaña cuando somos adolescentes: jaca negra, luna grande, aceitunas en mi alforja. El Lorca al que descubrimos a los 17. Que fue éste. El de Poeta en Nueva York. Y, de entre todso los Lorca, el que escribió la Oda a Walt Whitman. No sabría explicar por qué. Lloré cuando lo leí por primera vez. Me excitó. Me estremeció. Me hizo leer a Whitman de otro modo.
Hoy hace 75 años que mataron a este hombre.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
8/17/2011 11:28:00 a. m.
Etiquetas: Federico García Lorca, Palabras
viernes, 22 de julio de 2011
Lucien Freud
2
comentaron
"Mierda puta. Ha muerto Lucien Freud".
Ese ha sido el primer mensaje que he escrito en el ordenador esta mañana. Siempre me preguntan por la edad: qué me importa que tuviera 88 años, este tipo debería haber sido eterno; eterno su cuerpo enjuto y fibroso; eterna, con él, una mujer mostrándole el sexo o tumbada en un sofá, cualquier amiga, su hija. Retratar de la forma en que yo querría: descarnadamente, mostrando, revelando.
El primer libro de arte que tuve fue uno dedicado a él.
![]() |
Retrato de Kate Moss |
Me lo mostró Nerea, como antes, Joan me había mostrado a Egon Schiele, que me recuerda a él. Luego ya supe que era nieto de Freud, que pintaba de pie y frenéticamente, porque la pintura era la persona. Me asombra. Siempre me ha asombrado porque ni siquiera puedo decir que sus cuadros me gusten. Me atraen y me repelen y me obligan a seguir mirándolos y a analizar las pinceladas, todo a la vez.
Si algo es verdad -decía- golpea de una manera mucho más fuerte que si sólo es un hecho.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/22/2011 04:27:00 p. m.
Etiquetas: Arte, Diario de navegante, Lucien Freud
jueves, 21 de julio de 2011
Antígona del siglo XXI
4
comentaron
No estoy acostumbrado a trabajar en eventos de este tipo.
Emilio del Valle dirige y escribe, con Isidro Timón. Y crean o recrean un texto de Sófocles con reminiscencias de Esquilo. Blanca Portillo lo dijo: "Lloré como un bebé". Y yo, que soy una descreída con lágrimas difíciles, asistía escéptica a los monólogos, a la declaración de intenciones del coro, a las palabras de ese Tiresias hablando de José Couso, de las noticias como espectáculo, de apagar la cámara porque lo que no se cuenta no existe y lo que no se nombra no existe y lo que no sale en la tele no existe. Antígona llegaba muy desnuda ya antes de quitarse la ropa. Y nos fue desnudando a todos. Por el amor. Y las lágrimas fueron surcando las caras, calladas, despacito.
Luego llegó la fiesta. Estar con los amigos, abrazar, dar las gracias, bailar con desinhibición, reír mucho, el llanto que se transforma en felicidad y la cabeza que quiere recordar un texto hermoso y publicarlo y releerlo.
Me harían falta mil años para explicar con palabras lo que siento por ti, pero me sobraría un minuto para poder verte otra vez.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/21/2011 08:44:00 p. m.
Etiquetas: Antígona del siglo XXI, Festival de Mérida 2011, Las noches entre las piedras del teatro romano
lunes, 18 de julio de 2011
La libreta de Shakespeare
2
comentaron
Vuelvo a escribir en la libreta de Shakespeare que me compré hace cuatro años y vuelvo a hacerlo en el aeropuerto de Sevilla. Son las siete y media de la mañana. Mi viaje, mis vacaciones, comenzaron el viernes, con la boda de Charo y Antonio, en el castillo de la Arguijuela, cantando Jai Ho y bailando con una perfección inusitada Cheek to Cheek mientras por detrás, en una pantalla, Fred Astaire hacía lo propio en la más mítica escena de Top Hat.
Lo demás se resume en bailes, falta de sueño y croquetas del Eslava, amén de una protesta en el Ayuntamiento de Sevilla.
Ahora me hago mi propia guía de Barcelona. Para no cumplirla. Como siempre.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/18/2011 08:34:00 p. m.
jueves, 14 de julio de 2011
Asteroide 1583 / ¿Para qué? / Antígona de Mérida
0
comentaron
Es un guerrero. Se llama Antíloco, guarda un dolor de cinco mil años y está enamorado. Quiere contar su verdad, lo mismo que la esclava de Andrómaca nos muestra cómo, si somos espectadores, nunca pasa nada.
Últimamente no paro de ver soldados. En Game of Thrones, por ejemplo. En Antígona de Mérida: nacionales, milicianos. El honor. El dolor. La guerra.
No sé por qué me gustan tanto las espadas.
Sí sé por qué disfruto. Incluso cuando no he disfrutado, cuando quería que se acabara. El teatro me hace ver quién soy. Lo que podría ser. Me cuenta. Y me obliga. Ahora, a ponerme en la piel de un hombre, con la sensibilidad de un hombre y con la sensibilidad de un actor que dice no estar en su mejor momento, precisar de una armadura, y que habla del miedo a mostrar su vulnerabilidad. Volvemos a transitar sobre el miedo. El miedo del día del estreno. El miedo a no haber captado bien qué quería contarme alguien. El miedo a no saber cómo transmitirlo. La cobardía que no se admite.
Las excusas. Una y otra vez.
Quizá sí sea posible elegir.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/14/2011 11:22:00 p. m.
Etiquetas: Félix Gómez, Festival de Mérida 2011, Las noches entre las piedras del teatro romano
miércoles, 13 de julio de 2011
Sheet Music
0 comentaronBuenas, el-más-humano-de-los-replicantes.
Hoy hace un año de eso. Durante este tiempo, he aprendido, por él o gracias a él, cuál es la cara de Charles Burns; qué es una prótasis y qué una apódosis; a utilizar varios programas de ordenador y un sistema operativo nuevo; que Santiago García es el Trajano Bermúdez a quien leía tanto de pequeña y que hay quienes montan revistas de cómics cuando los demás tocan en grupos de rock. También sé de los mecanismos censores cinematográficos en Estados Unidos, de varias de las exposiciones que se montan en Nueva York y cuál es la programación del Metropolitan. Siempre pido crónicas de todo eso.
Hoy hace un año. Ha traído a gente a mi vida. Ha perdido el tiempo explicándome un sinfín de cosas simples. He descubierto que siempre tiene razón. Incluso cuando no la tiene. Me ha hecho reír a carcajadas. Ha trasteado con mis fotos. Ha formado parte diaria de lo que ha pasado por mí y en mí este tiempo.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/13/2011 09:58:00 a. m.
Etiquetas: Jmm
jueves, 7 de julio de 2011
Ya estamos aquí otra vez
4
comentaron
Ya estamos aquí otra vez.
Y el aprendizaje. Lo que aprendo de teatro, de esta manera de mirar la vida de forma distinta.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
7/07/2011 08:30:00 a. m.
Etiquetas: Festival de Mérida 2011, Las noches entre las piedras del teatro romano
domingo, 26 de junio de 2011
35
6
comentaron
Hoy es mi cumpleaños.
35.
Eso que está ahí arriba soy yo. Y comienza a gustarme mucho esto de buscar la visión que perdí cuando era niña.
Llevo celebrando el cumpleaños quince días, de la mejor manera que sé. Con amigos.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
6/26/2011 10:38:00 a. m.
Etiquetas: Cumpleaños, Diario de navegante
lunes, 6 de junio de 2011
De 2007 a 2011
7
comentaron
En 2007, escribí ocho cosas que no he hecho últimamente o nunca y que me apetecen.
He sonreído mucho al verlo.
1.- Vivir completamente sola en un espacio abierto que pueda considerar propio. Y no me refiero a comprar una casa. Yo con un piso amueblado (pero amueblado bien: nada cutre) me conformo.Ya vivo sola, desde hace un par de años. Y desde el primer día pienso que se me tiene que ir mucho, mucho, mucho la cabeza para volver a compartir mi espacio con alguien.
2.- Viajar. Viajar sola. Que eso es un problema, porque soy mujer. Me refiero a viajar, no a desplazarme para ver a los que están lejos. Y me refiero a viajar sola porque no tengo pareja y me temo que no voy a tener a nadie con quien viajar.Me fui a Nueva York. Y me voy a París.
3.- Ponerme a dieta. Tener la suficiente fuerza de voluntad para ponerme a dieta y perder los treinta kilos que me sobran (que todo el mundo dice que no son tantos, pero son treinta, os lo digo yo, que soy la que los peso) y estar monísima de la muerte. Bueno, monísima no. Delgada. Que es distinto. En fin: que esto no me apetece una mierda, pero tengo que hacerlo.Estoy en ello. He perdido seis kilos. Me siguen sobrando 24.
4.- Tener un trabajo de lo más estable, con unos horarios definidos, con tiempo libre para ir al gimnasio, leer, cocinar y asumir lo que pienso que es "una vida adulta" y que algunos de mis amigos (algunos de mis amigos con casa propia, pareja y queriendo tener niños, que tiene bemoles la cosa) definirían como "una vida burguesa".No tengo trabajo estable, pero sí horarios definidos. Mi vida tampoco es adulta. Creo.
5.- Leer. Leer sin que nadie ponga la tele, sin que nadie te moleste porque estás muy callada (¡coño, estoy leyendo!) y escribir en las mismas condiciones.Hecho. Vivo sola.
6.- Aprender a mirar para hacer fotos (que debería ser cuando tenga un trabajo estable por fin y pueda ahorrar para comprarme una cámara digital réflex).Tengo dos réflex. Sigo sin saber hacer fotos. Sé mirar fotos, pero no mirar a través de un visor.
7.- Ir a Suiza y tomar un café con una persona a la que no voy a ver nunca. Esto lo quiero desde hace siete años y no va a ocurrir, pero lo sigo queriendo. Antes vivía en Madrid, ahora en Suiza, así que me cae más lejos. Pero tuve la mala suerte de conocerle por internet y él no conoce a nadie en la vida real a quien haya encontrado por la red. Así que me moriré sin oírle la voz ni ir con él al cine ni mirar un atardecer extremeño lila. Y la verdad es que genera una frustración horrorosa. Se pasa con el tiempo, porque ya hace siete años y no afecta tanto. Pero desgasta que es una barbaridad. A él no, digo: te desgasta a ti. Que es peor, dónde va a parar.Eso sigue igual. No la he visto nunca ni la voy a ver. Han pasado once años. Por el camino, me encontré con otro con el que tampoco me voy a tomar un café.
8.- Esto... No se me ocurre nada. Aprender. Ésa es la octava. Aprender muchas cosas. Más bien, aprender todas las cosas, porque desde hace no sé cuántos años -no lo quiero ni pensar- estoy completamente plana y estancada.
Se supone que aprendo, pero nunca tengo la sensación de estar aprendiendo nada.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
6/06/2011 11:40:00 p. m.
Etiquetas: Diario de navegante
jueves, 2 de junio de 2011
Barcelona
10
comentaron
La semana que viene me voy a Barcelona, con una promesa incumplida porque sí he tardado cinco años en volver. En Barcelona está mi más viejo amigo, que no el más antiguo. Le conocí por la red, porque yo a la red nunca le agradeceré lo suficiente algunas cosas, en el mismo tiempo en el que Neno llegó a serlo todo (todas las palabras, todos los libros, todo el cine y todas las ideas) y me dibujó sin haberme visto nunca, con el yin y el yan en un ojo y en el otro una paloma. Guaya, que en realidad se llama Joan, me lleva 38 años, pero yo no lo sabía cuando debatía con él de política y de literatura y de normalización lingüística y de sida y de homosexualidad. Yo lo supe mucho, mucho más tarde.
En Barcelona también está mi amigo más joven. Se llama Pablo y escribe y un día me preguntó por qué escribía yo (porque siempre lo he hecho, cariño: no hay otra razón). Pablo me gusta porque me recuerda a lo que yo fui hace diez años y porque es mucho más valiente de lo que yo lo fui y porque hay textos suyos que me hacen mirar el ordenador con la mirada que yo pongo cuando sé que voy a aprenderme un texto o una cita: cuando algunas palabras van a empezar a formar parte de mí.
A Pablo lo encontré en el mismo lugar que a Marc y a David. Marc siempre ha sido una mano, un corazón muy grande y mucho cerebro. Y David... bueno: estos dos llevan tantos años en tantos sitios (un foro de cine, Facebook, blogs, Flickr...) que a veces sé que me los voy a encontrar en cualquier parte.
Varios años más tarde llegaron los demás. Silvia y sus crónicas, Carlos y su agudeza. Y Miguel, que lleva mucho tiempo resolviéndome problemas, de varios tipos. Y Pertur. Y Emiliano, al que tengo muchas ganas de volver a abrazar. Y Neus, a la que quiero escuchar de nuevo. Y Rubén, Dwaitt, que me acoge en su casa porque desde que nos leímos por vez primera en el Foro de Nueva York caímos rendidos el uno a los pies del otro.
Y un niño pequeño al que no sé si voy a retratar, al fin.
Hay un par de razones por las que voy ahora.
De todos modos, la razón principal es un hombre.
Y no vive en Barcelona.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
6/02/2011 12:00:00 a. m.
Etiquetas: Barcelona, Diario de navegante, Paupablo, Pertur
lunes, 30 de mayo de 2011
16
6
comentaron
De mis 16 recuerdo varias cosas y, salvo una pelea con un profesor que duró todo el año y con el que me reconcilié más tarde, todas tienen que ver con la misma persona. Él de espaldas, mirando unos árboles (la memoria guarda fotografías, no películas): "qué bonito es esto, qué bonito". Sonriendo mientras me respondía: -¿qué te estás leyendo? -Las obras completas de William Shakespeare. Tocando la guitarra, cantándome Yolanda (años más tarde, varios años más tarde, dos amigas mías se la aprenderían para cantármela como regalo de cumpleaños en lo que ha sido, hasta la fecha, de hecho, uno de los mejores regalos de cumpleaños que he tenido jamás), enseñándome quién es Silvio Rodríguez y que, ciertamente, nadie canta Al Alba como Rosa León.
Esos son mis recuerdos de los 16. Y una libreta con músicos de jazz en la que me escribió para decirme que con él había hablado mucho pero con los demás no y que terminaba con un te quiero.
Siempre me ha pasado eso. Al final, sospecho, cierta clase de hombres me recuerdan los unos a los otros. Carlos me recuerda a José María que me recuerda a Jordi que me recuerda a Raúl. O quizá es que a mí solo me gusta cierta clase de gente.
Luego yo me largué a Sevilla y nos vimos una vez cada dos años. Hace más de una década que no me lo encuentro. Me he acordado de él de tanto en cuanto, muchas veces. Ni siquiera sé por qué ocurre que haya gente que sigue siendo importante en tu vida o para tu vida sin que les hayas visto más después.
Hoy me he topado con su blog, en la red: "La última vez que te vi fue en televisión, comentando sobre los Carnavales, con la misma voz dulce y la misma mirada inteligente".
Ni siquiera pensaba que se fuera a acordar. Pero me ha respondido con un enlace a Google Maps: la calle donde nos vimos por última vez. Yo ni siquiera había comenzado a trabajar. Luego me iría a Melilla.
Me he pasado el día sonriendo. Resumiéndole qué he hecho desde que no le oigo cantar. Y diciéndole lo que ya sabía: que me gusta mucho desde hace mucho tiempo.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/30/2011 10:59:00 p. m.
Etiquetas: Carlos de Benito, CKDexterHaven, Jmm, Pertur
martes, 24 de mayo de 2011
Que sí, que yo ya lo sé
6
comentaron
Que al final las asambleas se transforman en aparatos, cuajados de estructuras de poder. Que todo movimiento tiene unos líderes. Que el pensamiento único también se filtra en quien quiere ser revolucionario. Que tendemos a imponer nuestras ideas sin escuchar, porque no sabemos escuchar. Que estamos llenos de prejuicios. Que cambiar el mundo es imposible. Y cambiar el sistema quizá también lo sea. Que una democracia solo es participativa si hay personas que quieren participar. Que la horizontalidad es muy bonita pero no es efectiva (y sin embargo, hubo una vez un pueblo que no conocía la palabra jefe). Que va a haber que luchar contra nosotros, también.
Yo ya sé todas esas cosas.
Pero no puedo quedarme en casa.
Y no voy a quedarme en casa.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/24/2011 08:40:00 p. m.
Etiquetas: Democracia Real Ya
jueves, 19 de mayo de 2011
Democracia Real Ya. Y una asamblea
3
comentaron
No recuerdo el tiempo que hace que no voy a una asamblea. Creo que la última fue en otoño. Un otoño sevillano, fresquito, en la Alameda de Hércules, cuando iban a cambiar la fisonomía de la plaza. En todas las ciudades que amo, en las dos que amo, se dedicaron a sustituir la vida por granito, para impedir que la gente estuviera en la calle, se sentara en los bancos. Se confina al ciudadano al espacio privado y luego, a muchos les coge con el pie cambiado que decidan tomar el espacio público.
Hoy voy a una asamblea. Me manipula no recuerdo quién, porque yo no tengo pensamiento propio, ya lo saben. De hecho, llevan tanto tiempo manipulándome que nadie entiende que pueda decidir, individualmente, sumarse a una protesta sin unas siglas detrás, sin una organización registrada y subvencionada detrás. Esta clase política censora, que gusta tanto de prohibiciones hipócritas, piensa que todos somos niños de teta. Procuraron que así fuera: crea un pueblo inculto y tendrás una población adocenada.
Comenzaron hace mucho: al principio, se nos miraba con simpatía, a los antisistema. Huy, pues esta gente ha creado el Foro Social; huy, pues esta gente protesta en Seattle. Qué monos son, quieren un mundo más justo. Y luego, la etiqueta.
Antisistema. Primero, con mucha gracia. Luego antisistema ha llegado a sonar tanto a terrorista que todos se apresuran a decir que no son antisistema. Yo sí lo soy. A mí este sistema, que me lleva negando el futuro más tiempo del que puedo recordar, me ha dado siempre un por culo que no veas.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/19/2011 06:47:00 p. m.
Etiquetas: Democracia Real Ya
jueves, 12 de mayo de 2011
Srta Bradshaw
1 comentaron
No vive en el 66 de Perry Street, pero se está quedando en el Upper West Side. Allí, en la calle 73, hay un Alice's Tea Cup que podrá servirle, quizá, de refugio contra las tormentas. Porque va a haberlas y ella lo sabe y porque la primera llamada a casa cuando una ha decidido irse seis meses siempre resulta dura y porque no están los de siempre y...
Se dejó el alma en ese lugar hace mucho tiempo, como la dejé yo, que todavía deshojo la margarita sin comprar un billete de avión porque me dan miedo las negativas que pueda encontrarme. Se dejó el alma y fue a recogerla. Por si seguía allí, agazapada entre los árboles de Riverside Drive, en alguna de las verjas de Pomander Walk, en Central Park o en el puente de Brooklyn.
O en Times Square. Cuando llegó, le hizo una foto a esa esquina bulliciosa y escribió: "I'm at home".
Estoy en casa. Con toda la mezcla de nervios, de miedo, de expectación y de alegría.
Lo he dicho muchas veces. A ti también. Que las ciudades se llevan dentro, niña. Cuando llegué, me sorprendí a mí misma sabiendo que Nueva York me había enseñado a mirar de otra manera y que había pasado a formar parte, en 20 días, de esos lugares donde soy más yo. Como Sevilla. Como Madrid.
Volverás a pasear de noche, con calma, por el Financial District. Volverás a pasar calor, a descubrir cómo llegan el verano y el otoño, a ver la exuberancia humana de Bryant Park: lloverá y hará sol. Te desesperarás. Y será duro. Pero a mí eso no me importa, porque me importan más la valentía, el afán de búsqueda que tú sí tienes y yo perdí, las risas y los amigos que te esperan. Los que vendrán. Tu manía de comenzar una y otra y otra vez.
Ya lo sabes. Aunque el techo se te caiga a pedazos, qué bueno es estar en casa.
Ve al Legal Grounds. Que te sirvan un café y un muffin de canela. Salúdame a los niños. Y cruza el Puente de Brooklyn por mí.
Feliz cumpleaños, Bea.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/12/2011 06:00:00 a. m.
Etiquetas: Bea, Cumpleaños
lunes, 9 de mayo de 2011
Sarah Kay y diez cosas que son verdad
1 comentaron
1.- Que existe al menos una persona encima de la Tierra que no me va a traicionar.
2.- Que cierta clase de ideología y las personas que la sustentan me dan pavor.
3.- Que el machismo se interioriza.
4.- Que escribir me evita los naufragios. O los hace menos malos.
5.- Que si te metes un pico con aire no te mueres.
6.- Que no hay nada mítico en cierta clase de misterio.
7.- Que me puedo enamorar de un guión, una canción, un personaje, como no voy a enamorarme de nadie real.
8.- Que la gente, en general, no me gusta. En particular me gustan algunos.
9.- Que necesito, para viajar, una cámara, una libreta y un bolígrafo.
10.- Que me gustaría mirarte. Uno de estos días.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/09/2011 05:33:00 p. m.
sábado, 7 de mayo de 2011
Al otro lado
11
comentaron
No voy a encontrarte.
Pero miro tus fotos. Un beso, una caricia, una voz que me gusta como me gustan tus manos.
Hago una lista con todas las cosas que no haré.
Viajaré a dos ciudades buscando rascacielos, una niebla, caminar hacia el agua, un edificio plateado que brilla como brillan los tapacubos de los coches, una cupcake de zanahoria y un parque con tableros de ajedrez.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
5/07/2011 01:59:00 p. m.
Etiquetas: Nueva York
lunes, 25 de abril de 2011
Los desconocidos son amigos...
9
comentaron
A mí la gente no me gusta. Así, en general. En grupo pueden producirme auténtico pánico. Pero no se me nota, nunca se me nota, porque hablo mucho para no decir nada y porque, cuando estoy aturullada intentando cuadrar mi idea con la realidad que tengo enfrente, me largo a un bar, me tomo un ron, me tomo otro y se me olvida el miedo. O no. Pero lo parece.
Ha habido ochenta. Ochenta, ochenta y algo. A la inmensa mayoría ni les había leído. A otros sí y nunca tuve de ellos la imagen que otros mantienen. Llegó mi capitán, con esas manos que hablan y que no he podido retratar. Y llegó Carlos, por supuesto, Gayolopez. Y nos reconocimos. Al final siempre reconoces a la gente. A los que te gustan.
Nos vemos en el foro, dicen. Y es cierto.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
4/25/2011 11:43:00 p. m.
Etiquetas: Canonistas, Fotografía, Gayolópez, Gomendio, Hamilin, Joan Carles, Jocana, Neus, Urko, Vigape
jueves, 7 de abril de 2011
Una extraordinaria alegría de vivir
2
comentaron
Os explicaré cómo me asalta el deseo de hacer una fotografía. A veces es como la continuación de un sueño. Una mañana me despierto con una extraordinaria alegría de vivir.
Robert Doisneau (1912-1994).
Me gustan los libros porque puedo ser otros. Y escribir porque puedo apresar a otros, y a mí misma, como no soy capaz de hacerlo de ninguno de los muchos modos que existen. Conozco gente cuya mente está poblada de imágenes: reconocen las ciudades sin haberlas pisado nunca, pueden imaginarse tal y como eran hace veinte años, archivan fotogramas como yo me aprendo los poemas. Esa extraordinaria alegría de vivir puede ser, también, la extraordinaria alegría de escribir. Y de decidir querer escribir de otra manera.
De repente, se me apareció el recuerdo.
Marcel Proust (1871-1922)
Escribir fija la memoria. La fotografía fija la memoria. Y, durante todo este tiempo, memoria y fotografía y testimonio han significado casi las mismas cosas. Yo compré una cámara por eso. Para poder escribir, también, como escribo con un bolígrafo, un teclado, una pluma. Para aprender un idioma. Para reconocer unas reglas. Para poder contar lo que veo cuando escribo o lo que no sería capaz de contar escribiendo.
El elemento más importante en una fotografía no puede ser definido.
Auguste Renoir. (1841-1919)
Punto de vista desde la ventana de Le Gras. Así se llama la fotografía más antigua que se conserva. Ocho horas de exposición desde allí y desde ninguna otra parte. ¿Escribir para contar qué? ¿Desde dónde se mira? ¿Hacia dónde? Acaso puedas reconocerte en las imágenes viejas, como no lo haces nunca en los viejos textos que tú has escrito.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
4/07/2011 09:00:00 a. m.
Etiquetas: Fotografía
lunes, 4 de abril de 2011
Después
13
comentaron
Después de los besos, los abrazos, las miradas. Después de que te claves dentro de mí. Después de atenazarte con mis piernas. Después de que me inundes. Después del abandono y los gemidos. Después del cansancio y las lamidas y las chanzas. Después de que disfrutes, justo después, podrías hacerme una de las cosas que más me gustan.
Cuéntame tu historia.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
4/04/2011 09:00:00 a. m.
Etiquetas: Sexo
jueves, 31 de marzo de 2011
Dos amigas
3
comentaron
Yo, ya lo sé, nunca me pondría unos zapatos como esos.
Pero la última vez que vi la luz, esa clase de luz, yo estaba con otra mujer, con varias copas de más y una ronquera más que considerable, contándonos la vida que nos vive y la que les vive a otras mujeres que están cerca. Pidiendo opinión y siendo leales, a las cinco y media de la mañana, después de haber estado caminando por Sevilla con un amigo con el que bailé.
No recuerdo cuánto tiempo hacía que no bailaba con nadie. Y que no hablaba de la muerte y del dolor y el desamor y el cambio que solo es posible con violencia y la rabia y los suicidios.
Luego llegué y la abracé y la besé y sus ojos se rieron, porque ella ríe con los ojos. Y le conté.
A mí me costó mucho estar así de abandonada con otra mujer, saber que forma parte de ese círculo luminoso que va a ser un colchón blandito en las zozobras, porque, durante mucho tiempo, ellas no me gustaron. Tardaron mucho, algunas, en transformarse en la mejor parte de mí, en la gente en la que me miro y reconozco.
Me he acordado, al ver esto.
Es la primera vez que me dedican una foto.
Hoy he estado leyendo un artículo de una fotógrafo de guerra, Lynsey Addario. Habla de cómo y por qué cubre una guerra una mujer. Hay una frase que me gusta: "People think photography is about photographing. To me, it’s about relationships".
He tardado un tiempo en comprender algunas cosas. Por qué me gustan las fotos que me gustan. Que hacer fotos y escribir eran solo una manera de contarme porque contarme siempre me ha sido complicado. Por qué, cuando otros fotografían flores o pájaros, yo les miro a ellos. Por qué me gusta la gente que me gusta. Y a qué clase de gente le gusto yo.
Gracias, Carlos.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/31/2011 10:08:00 p. m.
Etiquetas: Diario de navegante, el_salmonete, Fotografía, Gayolópez, Maricarmen
martes, 29 de marzo de 2011
Marilyn
13
comentaron
La fotografió Bert Stern para la revista Vogue, seis semanas antes de morir. Cuentan que había unas botellas de Dom Pérignon, una suite -la 261 del Hotel Bel Air- y un cuerpo desnudo que era luz en el objetivo. La mujer que entornaba los ojos, la del lunar cerca del labio y el pelo rubio platino que siempre llegaba tarde, aparece con un pañuelo de rayas y una cicatriz en el costado. Un pecho más pequeño que el otro y más caído, algunas arrugas marcadas, el paso del tiempo y un costurón grande y bien visible.
Era, sigue siendo, el mayor mito sexual de la Historia.
Hoy la hubieran retocado con Photoshop.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/29/2011 09:30:00 p. m.
Etiquetas: Bert Stern, Cine, Feminismo, Fotografía, Marilyn Monroe
viernes, 25 de marzo de 2011
Cosas de las que no hablo con nadie
7
comentaron
(Normalmente): De que me gustan los dibujos de Fernando Vicente; de que, cuando salen Spike y Willow en Buffy, yo me lo paso mejor; del tufillo fascistoide y mesiánico que me jodió Battlestar Galactica y dejó de hacérmela redonda (aunque siga estando enamorada de Starbuck: o de la primera Starbuck) -por mucho que yo comprenda, bla bla bla, que en época de crisis, bla, bla, bla, la gente se aferra a la religión, y más bla-; de que me convertí en una experta en porno con trece años; de que Auden es capaz de traspasarme por la mitad; de la manera en que me enamoré de Athos hace ya mucho tiempo; de que algún día me gustaría hacer una buena foto en Nueva York; de que me gusta hablar con los chicos de Extrebeo porque puedo nombrar a superhéroes y decir "Chris Ware" o "Art Spiegelman" o "Krazy Kat" o "Midtown Comics"; de que a veces recito poemas en voz baja por la calle.
De que hay ciertos días que puedo llorar con cualquier cosa.
Con cualquier cosa. No por cualquier cosa. La charla con Enrique Bordes y Fermín Solís (al que nunca le agradeceré lo suficiente lo mucho que me hace crecer y lo bien que me lo paso hablando con él) está aquí.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/25/2011 05:13:00 p. m.
Etiquetas: Buffy, Cómics, Diario de navegante, Fermín Solís, Fernando Vicente
miércoles, 23 de marzo de 2011
Elizabeth Taylor
10
comentaron
No he visto Cleopatra, pero recuerdo haber sonreído mucho cuando la vi, en pantalla grande por vez primera, en Los Picapiedra. Tenía, eso ya lo saben, los ojos más bonitos del mundo. Y una de las voces más personales que he escuchado jamás. Crecí con Gigante, con La gata sobre el tejado de zinc, con Un lugar en el sol, con Ivanhoe y con Quién teme a Virginia Woolf. Y, por supuesto, viendo la naricilla de Amy en Mujercitas, aunque yo siempre prefiriera a Jo March.
Me gustaba mucho esa mujer. Montgomery Clift, que también me gustaba, la llamaba Bessie Mae. Un día se irán Lauren Bacall, y Sophia Loren y, cuando eso pase, sí que nos habremos quedado solos.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/23/2011 10:49:00 p. m.
Etiquetas: Cine, Elizabeth Taylor
lunes, 14 de marzo de 2011
Autobombo
13
comentaron
Pues eso.
Y no añado más porque estoy todavía completamente avergonzada.
Debería pasárselo a mis jefes.
Pero yo esas cosas no las hago nunca.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/14/2011 11:00:00 a. m.
Etiquetas: Diario de navegante, Julio Mas Alcaraz
domingo, 13 de marzo de 2011
Madrid
2
comentaron
Madrid es besar a Nerea y que Jesús me bese, apretar la mano de Begoña y colegir, con Tormentito, que el 85 por ciento de la gente es gilipollas y que, del resto, hay muchos que no nos caen bien. Es reconocer en Cristina a la persona con la que me intercambio ocho correos diarios y ponerle cara a Nacho. Hablar con Pepe de música. Que Kois me baje la persiana para que el sol no me despierte. Probar platos nuevos y hablar un ratito, avergonzada, con el dependiente de The Comic Co. sobre "La vida es buena si no te rindes", de Seth, que me he traído a casa después de que Nerea se lo haya ventilado apresuradamente, como antes leyó algunos U que también están ya conmigo.
Esa foto de la Plaza Mayor tiene una gota en medio porque llovía. No he hecho muchas más fotos y ninguna salvable: hacía tiempo, mucho tiempo, que no pasaba tanto frío en Madrid y que el tiempo no era tan desapacible.
Es testimonial. He vuelto a ir, claro. Yo siempre vuelvo.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Ir a Madrid
8
comentaron
Desde hace once años, ir a Madrid es pensar en alguien a quien nunca veré.
Le debo parte de lo que soy. Mucha parte de lo que soy. Frases que digo. Expresiones. Concepciones del mundo. Cierta militancia.
Si le viera por la calle, no le reconocería.
Ya no hablamos. Da igual: está dentro de mí.
Tampoco hablo con otro alguien a quien nunca veré.
No sé su nombre y le pedí que se fuera.
Lo he contado mil veces. Es una historia vieja.
De esto hace tres años.
Volvió por un rato y fue peor. Fue muchísimo peor.
Ya sé que no puedo ir a la Plaza Mayor sin que se me vuelva el estómago del revés. Y que me muero por hacerle una foto nocturna al templo de Debod, pero posiblemente no vaya nunca.
Siempre que voy a Madrid me ocurre lo mismo.
tan bien
(y tan mal)
al mismo tiempo...
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/09/2011 12:30:00 a. m.
martes, 8 de marzo de 2011
Cien años
2
comentaron
Han pasado cien años desde que comenzó a celebrarse.
No es una celebración, sino una reivindicación.
Si me quejo, o si me indigno, siempre recibo las mismas respuestas.
Que soy una víctima. Que no me puedo quejar, porque antes estábamos peor. Que odio a los hombres.
Yo no nací mujer.
Ni siquiera supe devenir en una.
La conciencia de género me la despertó un hombre. Fue un hombre quien me habló de Seneca Falls por primera vez. Y de Elizabeth Cady Stanton.
Existir, existen. Y existieron. Marx. Engels. Stuart Mill.
Raúl, que intenta entenderme. Carlos. Ángel, cuya escultura sobre la igualdad, uno de sus sobresalientes en Bellas Artes, preside mi estantería desde hace años. Luis. Agu. Carmelo. Javi. Alfredo.
Los amigos que tengo.
Y Neno.
Gracias.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/08/2011 10:33:00 a. m.
jueves, 3 de marzo de 2011
Por el placer de volver a verla
0
comentaron
Si se habla, y se escucha, a lo mejor podemos entendernos un día, o hacer como que nos estamos entendiendo, o creer que nos estamos entendiendo, porque creyendo, quizá se vuelva real. Escribir, también. Escribir, sobre lo duro que es crecer. Sobre lo difícil que es crecer.
Eso nos han contado Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza. Miguel y Nana. Que alguien es importante cuando te apetece volver a verlo.
Publicado por
Los viajes que no hice
en
3/03/2011 11:47:00 p. m.
Etiquetas: Blanca Oteyza, Diario de navegante, Miguel Ángel Sola, Por el placer de volver a verla