No mata la calidad sino la cantidad
En demasía lo bueno se hace malo,
la píldora veneno
y vicio la caricia;
sabes de todo un poco y vas al cine,
sabes de todo mucho y te suicidas.
Mucha vida (cien años) es la muerte
-se hace malo lo bueno en demasía-.
La soledad, es ese gran espejo
donde acabas por verte monstruoso;
el silencio la tuerca en el oído
que se te va ajustando al agujero,
demasiado silencio es igual que una bomba
y demasiado amor es igual que un entierro.
Escrito
Queridos tíos:
Me llevan a los baños y yo me quejo sola,
porque dicen que dejo lo blanco por lo negro,
y es que hago más falta en negro que en lo blanco,
y cazo mariposas vestida de torero.
Escribo en las paredes y lloro en los armarios
y con luz apagada me miro en los espejos.
A veces, sólo a veces, del último que llega,
porque clavo entusiasmo en todo lo que leo.
Los ruidos de la calle es lo malo.
Sólo bebo agua, sólo como jilgueros,
sólo duermo una esquina, sólo vivo un entierro.
Me quemo las rendijas, ardo en mis propios huesos
queriendo por el alba a dos carameleros.
La verdad es que no tengo nada de bastante,
me da por robar almas en los tranvías llenos,
me da por hacer cuadros, solicitar fantasmas,
hablar con los mendigos, rezar en los museos.
Se me olvidan las cosas y me pierdo en el Metro.
Gloria Fuertes
Brazos abiertos
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Me he acordado muchas veces de la portada de este periódico de hace 10
años. Aquel 3 de septiembre de 2015 había una fotografía con un titular de
letra...
Hace 1 semana