De mis 16 recuerdo varias cosas y, salvo una pelea con un profesor que duró todo el año y con el que me reconcilié más tarde, todas tienen que ver con la misma persona. Él de espaldas, mirando unos árboles (la memoria guarda fotografías, no películas): "qué bonito es esto, qué bonito". Sonriendo mientras me respondía: -¿qué te estás leyendo? -Las obras completas de William Shakespeare. Tocando la guitarra, cantándome Yolanda (años más tarde, varios años más tarde, dos amigas mías se la aprenderían para cantármela como regalo de cumpleaños en lo que ha sido, hasta la fecha, de hecho, uno de los mejores regalos de cumpleaños que he tenido jamás), enseñándome quién es Silvio Rodríguez y que, ciertamente, nadie canta Al Alba como Rosa León.
Esos son mis recuerdos de los 16. Y una libreta con músicos de jazz en la que me escribió para decirme que con él había hablado mucho pero con los demás no y que terminaba con un te quiero.
Siempre me ha pasado eso. Al final, sospecho, cierta clase de hombres me recuerdan los unos a los otros. Carlos me recuerda a José María que me recuerda a Jordi que me recuerda a Raúl. O quizá es que a mí solo me gusta cierta clase de gente.
Luego yo me largué a Sevilla y nos vimos una vez cada dos años. Hace más de una década que no me lo encuentro. Me he acordado de él de tanto en cuanto, muchas veces. Ni siquiera sé por qué ocurre que haya gente que sigue siendo importante en tu vida o para tu vida sin que les hayas visto más después.
Hoy me he topado con su blog, en la red: "La última vez que te vi fue en televisión, comentando sobre los Carnavales, con la misma voz dulce y la misma mirada inteligente".
Ni siquiera pensaba que se fuera a acordar. Pero me ha respondido con un enlace a Google Maps: la calle donde nos vimos por última vez. Yo ni siquiera había comenzado a trabajar. Luego me iría a Melilla.
Me he pasado el día sonriendo. Resumiéndole qué he hecho desde que no le oigo cantar. Y diciéndole lo que ya sabía: que me gusta mucho desde hace mucho tiempo.
6 comentaron:
Por lo que cuentas que hacía, cómo actuaba, está claro que es una persona fantástica.
A mí me gusta mucho, sí. :)
Gracias, niño. Por escuchar.
me he sentido indentificada, yo también tengo en mi baúl gente de la que hace tiempo que no sé nada, pero siguen estando ahi casi a diario. Me gusta leerte, niña.
Bonita historia que muchos hemos vivido. Nunca perdemos del todo a quienes hemos amado. Aunque un día la vida nos aleje físicamente, siempre queda un soplo de emoción en el recuerdo. Besos
Que bonito...
Es tierno y delicado...
Pasan los años,pero no la gente que nos llega,que nos llena.
Un abrazo.
Mrosa, tú has sido otro de mis reencuentros. Qué quieres que te diga...
Laura, y lo bueno que es cuando vuelve, cuando ese alguien vuelve, y estáis en el mismo punto, en el mismo reconocimiento, que cuando os dejásteis de ver.
Altos y bajos, siéntete en casa. Muchas gracias, un abrazo.
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