domingo, 5 de enero de 2014
Queridos Reyes Magos
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Los viajes que no hice
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1/05/2014 10:57:00 a. m.
Etiquetas: Navidad
lunes, 23 de diciembre de 2013
2013
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El mejor culo del mundo. El Perseo de Cellini. |
Nerea en Florencia |
Me fui a Granada a ver a la familia (hay familias de amigos que son tu familia, sí) y a estar con Ángel. Disfruté del teatro, como tantas otras veces: qué aburrido hubiera sido ser feliz. Bebí con Álvaro y me emborraché vilmente (y me hacía falta) con Ana, Bego y Nerea. Madrid son dos barrios y tres mujeres. Acudí al GRAF. Abracé, por fin, a Javier Olivares y a Christian Osuna y a Octavio y a Alberto y a Iñaki. David Aja me regaló una viñeta por mi cumpleaños. Álvaro Pons me corrigió un texto. No ha sido lo único que ha hecho, este año, ese tipo, ni lo único que seguirá haciendo el año que viene, espero. Y hoy, Manel Fontdevila me ha nombrado en su blog y me ha hecho sonreír mucho rato. Hubo muchos cafés los sábados y los domingos, con el grupo de siempre. Me regalaron libros.
Leí poesía y cómics. Muchos. De ambos. Entrevisté a gente interesante. Se me murieron otros. Javier Leoni, por ejemplo, y me quedé sin sus besos en los labios.
Llegó Raquel ("yo te vi y me enganché a ti", me dijo). Llegó Raquel, con sus ojos grandes y su confianza y toda su belleza y llegó Iván, que conoció primero unas letras y luego siguió escribiendo y supo del cuarto de atrás antes que de la luminosidad y la ternura y hubo franqueza y honestidad, mucha de ambas, sobre todos los temas que cuesta contar. También llegó Mónica, que ya no es (aunque lo sea y lo vaya a seguir siendo) mi dietista, sino mi amiga. Mientras me pesa y me mide nos contamos lo que nos ha ocurrido en las últimas tres semanas, apresuradamente. Y nos reímos. Nos reímos mucho juntas. De todo lo malo.
Y un día de abril, Ale y yo por fin nos abrazamos, después de cuatro o cinco años compartiendo mensajes fotográficos, charlas literarias, desahogos psicológicos, tutoriales y conocimiento. Me lo recordó él: que fue en abril, en Sevilla, en la Alameda, en el Bulevar, con un café y unas cervezas, porque a mí me parecía que habían transcurrido más meses. Este año también le veré más.
Hay veces que guardar silencio sobre algo se parece demasiado a mentir. Así que, cuando me caí y me rompí, yo, que no llamo nunca y que cuento pocas veces aunque no lo parezca, reuní a los amigos y les conté. A los viejos y a los nuevos. Me sirvió para conocer mejor a algunos y para constatar que tengo mucha suerte, siempre he sabido que tengo mucha suerte con la gente que me encuentro, ni siquiera sé por qué. Me acariciaron mucho rato en un sofá de Madrid, como si fuera una niña pequeña y, por primera vez en muchos años, me sentí protegida y acunada. Buscaron una wifi por Sri Lanka y me mandaron correos escritos en un avión. Luis me recordó su mucho criterio a la hora de elegir a la gente a la que quiere. Fui con Pupe a un balneario. Acudieron, de todas las maneras, cada uno a su modo, todos esos hombres y mujeres que hay en mi vida. Son muchos. Una veintena de gente que está pendiente de mí. A algunos, a los que están más lejos en distancia, los veré el año que viene, en Barcelona.
Y también le pondré nombre a las cosas que están mal.
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12/23/2013 06:57:00 p. m.
Etiquetas: Alemonic, Álvaro Pons, Angel Squembri, Begoña, CKDexterHaven, FLaC, Gusanitos, Iván, Marta, Mónica, Navidad, Nerea, Pertur, Pupe
lunes, 31 de diciembre de 2012
2012
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Nació un niño que es un redondel cuando se asombra. Nacerá una niña o quizá cuando se publique esto ya haya nacido, porque voy a trompicones actualizando el blog con las fotos y la crónica, vuelta a redactar a ratos, del viaje a Argentina: hay cosas que no puedo, ni voy, a contar. Me suicidé y sabía que me iba a suicidar pero entonces no me importó o no supe salir. Entrevisté, por fin, a José María Pou, y me dio un abrazo. Tuve una crisis laboral, y personal, de la que salí gracias a Charo Calvo, que me agarró de los pelos y me arrastró hacia la luz y la conciencia. Conocí a un chico que es de colores. Pero creo que él no lo sabe. Se fue alguien, en julio, y sentí frío: sigo sintiendo frío. Murió mucha gente a la que admiré y a la que quise: poetas, cantantes, actores. Rompí con la relación más dañina que he tenido en mucho tiempo. Utilicé canciones para sanar, como siempre. Escribí, volví a escribir, volví a estrenar libretas. Estuve en Sevilla, en mi casa. Pisé, nuevamente, un aeropuerto para vivir un mes en otro lugar, para descubrir a gente a la que quiero volver a abrazar. La Orquesta de Extremadura sobrevivió y eso, para mí, significa algo más que la música: una cierta unión, algunos cafés, ampliar los círculos. Llegaron los mineros, a Madrid, y canté, en la distancia, Santa Bárbara Bendita. Vi ballenas y orcas y glaciares y me enamoré de los Andes y del Lago Argentino y volví a cantar en un coche como cuando era pequeña, mirando al lago Futalaufquen. Probé el mate por primera vez y aprendí -estoy aprendiendo- a comer de una manera más consciente. Pedí permiso para hacer retratos.
Un amigo volvió a su casa, después de diez años en otro país, a abrazar a su mujer y a sus hijos, y me dijo que es feliz. Estuve en La Lonja, como cada verano, cenando penosamente pero riéndonos mucho. Invité a un tipo atrayente a cenar: nunca lo había hecho antes. Viví dos primaveras, con frío de hielo, con calor asfixiante, y me puse morena como hacía siglos que no me ponía. Hablé mucho y callé cosas, pero pedí ayuda, cosa que tampoco suelo hacer. Encontré a alguien que reacciona igual que yo ante las incoherencias sentimentales y fue un alivio, porque supe que no era lo que me daba más pánico ser. Volví a hacer fotos, al tuntún, sin pensarlas, en un viaje en el que el paisaje casi lo conseguía todo. Constaté que mi cuerpo reacciona cuando lo descalabran. Creé un blog de cocina. Tuve una charla sobre amores perdidos en Esquel con una chica que me gustó mucho. Conocí a un hada en Mechuque y la abracé. Se casó Ángel y nos vimos, después de ocho años, como vi a Jandro, a Mariana, a Miriam, a Martina, a Marcos, y me encantó lo que vi. Comencé el año con Noelia y lo acabaré, como siempre, en los brazos de un amigo que sabe que soy gilipollas, pero, aún así, le gusto, de todas maneras. Y me quiere. Jordi estuvo pendiente de mí y me salvó de la angustia y la agonía. Quise estar en San Sebastián para abrazar mucho a una persona, para abrazarla todo el rato y salvarla del dolor, aunque no sea posible.
Y, como todos estos años, sigo teniendo mucha suerte con la gente que eligió estar conmigo. Feliz año nuevo.
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12/31/2012 07:00:00 a. m.
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lunes, 24 de diciembre de 2012
Navidad
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Lo he dicho muchas veces, que a mí la Navidad me gusta. Ni siquiera sé por qué, todos los años se lía alguna y hay ciertos ritos que yo abandonaría con gusto para instaurar otros. Pero me gusta.
Ya no me importa hacer recuento.
Porque yo sé, porque lo sé y porque lo he sabido siempre, que tengo mucha suerte. Que no hay dolores tan gordos que no resistan una charla de media hora con Pupe. Que no hay pereza que me impida constatar que Raquel está cada día más guapa y más sabia y que no hay una nube que una sonrisa de María no pueda disipar. Que si ocurre algo grave, si me ocurre algo grave a mí, si le ocurre algo grave a él, Jordi llamará. Y estará Miguel. Que siempre habrá una comida con Ana en Madrid y tiendas de cómics con Gerardo, una frase certera de Begoña, un paseo y un par de porros con Nerea, un nuevo descubrimiento con Kois, una charla rápida con Joaqui y café y abrazos en casa de Maricarmen. Me podré recostar en el sofá de Charo una tarde de invierno, conectaré un chat y le comentaré a Marcos cualquier desarreglo y veré a Blanca cuando abandone el frío vienés. Me entusiasmaré con Belén, me reiré con Cristina, me iré a la terraza con Antonio, Nacho me enseñará sus libros, Miguel me besará en los labios cuando me vea en la redacción, tendré una habitación en Málaga con Raúl, hablaré hasta las tantas con Regina, y Cristina y yo nos seguiremos mandando cinco o diez correos al día llenos de fotos de pasteles. Volverá Noelia, como siempre vuelve. Y veré a Juli. Sonreiré mucho cuando lea a Nico. Carlos y yo desayunaremos el día de Nochebuena. Jandro y Mariana estarán siempre cerca y Miriam, que es su hija, me dirá que me quiere mucho y yo me emocionaré como la primera vez que me tomó la mano para bajar las escaleras cuando tenía dos años. Abrazaré a Ángel, aunque esté a ocho horas y a Jesús, aunque nos separe un mar. Y a Sira, a María y a Leo, a Julia, a Carmen, a Javi, a Antonio: ellos me construyen la Sevilla que amo y Sevilla sin ellos no sería la misma. La casa de Toni y Buby será un refugio. Y un día cualquiera, sin venir a cuento, volveré a pensar en lo que añoro a Quique y en las ganas que tengo de ir al Eslava con él y con Elena.
Y pensaré, como pienso ahora, que a pesar de los dolores que vengan y las traiciones y todo lo que ocurra, estarán ellos y estarán otros. Que siempre habrá una mano y ningún motivo para dudarlo. Que habrá nuevas aperturas, nuevos aciertos y nuevas equivocaciones y que la única constante de mi vida ha sido que, cuando he caído, siempre he caído en algo blando.
Porque yo no sobrevivo. Yo sigo viviendo mejor y más entera. Lo escribo por si algún día se me olvida.
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12/24/2012 07:00:00 a. m.
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jueves, 31 de diciembre de 2009
Año viejo / Año nuevo
14
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No. Ni siquiera he escrito mi post de Navidad tradicional y no sé tampoco si escribiré carta a los Reyes Magos. Estoy completamente apática, como si me hubiera venido la astenia primaveral en medio de las granizadas y el frío gélido de este invierno raro: no leo (por placer: por trabajo leo mucho); no he recuperado la vida cultural, salvo algún par de obras de teatro; he abandonado las sesiones en la Filmoteca y ocupo mi tiempo en cosas que no me hagan pensar, sin mucho resultado. Por eso tampoco escribo: para no encontrarme. No me apetece.
Pero hace poco fui a ver a una amiga. Una amiga que ha tenido un annus horribilis, en todos los aspectos. Me emborraché con ella, por supuesto y como siempre. Y, mientras comíamos jamón (que es una buena manera de cenar, no me digan), me miró y me dijo: "Hay que celebrar que estamos vivos".
Espero que este año vuelvan las ganas y se vaya el cansancio.
Y que seáis felices y lo compartamos. Como siempre.
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12/31/2009 06:26:00 p. m.
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martes, 6 de enero de 2009
Los Reyes Magos llegaron
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He sido lo buena que se puede ser. Es decir, medianamente normal. No he matado a nadie, por supuesto, ni he robado (creo recordar), ni he mentido en cosas gordas (creo recordar, también). Y, como también es tradición, paso a enumerarles el cargamento de regalos que sus Majestades los Reyes Magos de Oriente han tenido a bien traer a mi sillón...
Apartado Cosas-de-Casa.- la Vitacuisine de Tefal para cocer alimentos al vapor y preparar arroces.
Apartado Mona-de-la-Muerte.- Dos bolsos. Uno negro de Mango y otro gris marengo que mi madre se empeña en que es para los días de diario y yo quiero usar los fines de semana, porque es muy sport, pero es de marca y es carísimo. Se parece al del enlace que pongo. También una cartera, que no es ésta, pero es poco más o menos; es decir, con cremallera y no con una solapa. Y unos guantes negros de tela pintados a mano, que son preciosos: en el reverso de la mano izquierda tienen una flor y en la mano derecha tienen tres flores. Son negros y las flores en tonos marrones. También una sombra de ojos de Lancôme, (pinchad en la de los tonos azules), que venía con dos muestras de colonia Miracle. Y una camiseta de Adolfo Domínguez (¡la arruga es bella!) con un estampado rarísimo, pero muy bonita. También para los fines de semana. Y una tarjeta de 100 euros de El Corte Ingles y otros 120 euros adicionales más que me fundiré en las rebajas, si es que encuentro algo que sea de mi agrado y que me pueda poner en los meses sucesivos, independientemente del peso que pierda. Lo mismo me compro ropa deportiva para el gimnasio, que me hace falta... Y el batiburrillo de cosas de belleza que ya os dije: exfoliante, bolitas para ese baño que nunca tomo, sales, cremas, jabones, zapatillas para después de la ducha y demás...Apartado Palomitas y Manta de Sofá.- La segunda temporada de Heroes. La primera temporada de Mad Men. Las dos primeras temporadas de Doctor en Alaska.
Apartado Cultive usted su mente.- From Hell, de Alan Moore (guión) y Eddie Campbell (dibujos), de la que todos me han jaleado para que termine de leerme el primer capítulo, que según parece es bastante denso porque trata de los masones. Watchmen, de Alan Moore (guión) y Dave Gibbons (dibujos). Como podéis ver, Alan Moore no me gusta nada. La Enciclopedia Marvel (sí, yo soy marveliana; a mí DC me llegó tarde), que me estoy aprendiendo de memoria; Cuentos reunidos de Clarice Lispector. Que, aunque la Wikipedia recalque "una de las más importantes escritoras brasileñas", ustedes ya saben que un escritor y un lugar no son lo mismo y que "una de las más importantes escritoras brasileñas" sólo significa "una de los más importantes escritores (añadan: 'del mundo', si les place)"; Década (1997-2007), de Andrés Neuman, al que le daremos una oportunidad porque no es que me caiga excesivamente bien, el chaval -desventajas de tener amigos comunes, aunque quizá haya cambiado algo desde los tiempos de la Facultad...-; El mundo y mi cámara, de Gisèle Freund; Historia de la fotografía en España, de Publio López Mondéjar; Los Maia, de Eça de Queiroz; Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, de Joan Coromines; y David Copperfield de Charles Dickens.Me faltan otros muchos libros, que me entregará mi hermano pequeño en febrero o marzo, cuando nos veamos. Pero con esto ya tengo para meses...
Ea, queridos Reyes Magos, hasta el año que viene...
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1/06/2009 05:54:00 p. m.
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lunes, 5 de enero de 2009
Queridos Reyes Magos
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Vamos a seguir con la tradición, porque ustedes saben que yo soy muy tradicional para ciertas cosas, o muy ritual, no sé cómo llamarlo. Sea lo que sea, aquí estoy un año más, dispuesta a pedir lo de todos los años, la manta para los días de frío. Sí, sí tengo. Varias, además. Lo que quiero es que no les pase nada. Y, ya puestos a pedir, quiero que este año no se muera nadie. Que ya sé que es ley de vida y que donde está el cuerpo está el peligro, pero es que, miren, yo soporto muy mal las ausencias.
También quiero seguir manteniendo mis vicios. A saber: libros y cómics cuando me apetezcan, buena comida, restaurantes y las tapitas de los martes y los miércoles (patatas meneás, tosta con huevo de codorniz, salmón con salsa tártara y bolsitas de gambas y queso). Y también quiero tiempo e ingredientes para meterme en la cocina y aprender a realizar platos muy apetitosos y muy bajos en calorías, porque cuando se me acaben las vacaciones tendré que retomar esa dieta que he abandonado en pos de un desenfreno de chocolate que me ha hecho probar en diez días todas las marcas de bombones del mercado. Ah y fuerza de voluntad para ir al gimnasio y un remedio milagroso contra las agujetas. Cuando esté monísima de la muerte, de aquí a un año o año y medio, también quiero una cabeza cuerda para no convertirme en una fashion victim. Lo de la cocina es indispensable: quiero aprender a cocinar. La teoría la tengo muy clara: desde los 18 años habré almacenado unas diez mil recetas, de las cuales no he hecho ninguna (miento: este año he aprendido a hacer un exquisito puré de calabacín y un no menos exquisito puré de champiñones). Y eso que sólo guardo las que me gustan. Prometo echarles una mano, plantarme las mallas y la camiseta todos los días, sudar la gota gorda en las clases de spinning e investigar con hojas de lechuga, espinacas, salmón ahumado y el sinfín de hierbas aromáticas que tanto me gustan. Pero infúndanme ánimos de todos modos.
Y seguir feliz. Quiero seguir feliz, que no haya malentendidos, ni suspicacias, ni desasosiego, ni agobios, ni preocupaciones...
Y no, este año tampoco quiero enamorarme. Tampoco quiero desequilibrios.
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1/05/2009 03:00:00 p. m.
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miércoles, 31 de diciembre de 2008
Aquí Strauss, aquí unos amigos
6
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Y aquí el señor Karajan, of course...
(Sí, otra vez).
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12/31/2008 05:07:00 p. m.
lunes, 29 de diciembre de 2008
Feliz Año Nuevo
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Mis años siempre comenzaban en otoño. Hasta marzo, poco más o menos -menos desde que comencé a trabajar, por aquello de que en mi oficio hay que saber siempre el día en el que escribes, por si lo tienes que hacer para el mañana-, me liaba y decía siempre que estábamos en el año anterior. Cuando me había acostumbrado, casi tenía que tomar las uvas. Después comencé a contar mis años por ciudades y luego me estanqué, de tal modo que siempre digo que conocí, por ejemplo, a Sonia y a Pupe hace un sexenio cuando ya ha pasado casi una década. Pronto comenzaré a no saber mi edad, aunque seguro que, por ahí, alguien me la recuerda un día.
Este año ha sido, también más o menos, como todos. Eso iba a escribir, pero luego me he dado cuenta de que mentía. Se me ha muerto alguna gente, he sentido alguna añoranza por alguien a quien le pedí que se fuera (si es que tengo una boquita...) y hubo algún percance laboral del que procuro no acordarme porque no tiene la más mímima importancia.
Pero también perdí la mitad de los kilos que me sobran (en fin: la mitad menos los que habré puesto durante estos días plenos de comidas y bombones), conocí a varias personas interesantes, Madrid y Sevilla estuvieron ahí como una promesa cierta, tuve un día inmensamente feliz, comencé a vivir sola (que ha sido lo mejor que me ha ocurrido en mucho tiempo: esa sensación de llegar a casa y saber que es tu espacio y la sensación, también, de que es un espacio compartido en el que siempre habrá quien se autoinvite al menos una vez por semana) y mi vida social ha sido muy activa y... Y fui de boda, carajo, y ahora tomo los mejores cafés del mundo.
Y, además, supongo que habré llorado, pero no lo recuerdo.
Así que pido lo mismo que el año pasado: Virgencita, que me quede como estoy.
Feliz año nuevo a todos.
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12/29/2008 08:55:00 p. m.
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miércoles, 24 de diciembre de 2008
A mí sí me gusta
23
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No es un villancico, pero...
Me ha gustado la iniciativa. Músicos de todas partes del mundo cantando esta canción. Que, además, es una de mis favoritas.
Últimamente África me llama. Y otras muchas partes, pero sobre todo África. He acabado el año siendo vicepresidenta de una ONG que se pondrá a trabajar "en serio" una vez pasen las fechas navideñas; he aprendido a despreocuparme por lo que no puedo cambiar; he aprendido a controlar ciertos aspectos de mi carácter (algo que le debo a un hombre maravilloso que se llama Luis y al que nunca se lo podré agradecer lo suficiente, porque él va a pensar que no hizo nada cuando lo hizo todo); se me ha muerto alguna gente de la que ya escribí aquí; comencé este blog y otros dos más; he sido muy feliz, inmensamente feliz, a pesar de las épocas de sequía y de hastío, que llegan todos los años y... Bueno, se supone que este mensaje debería escribirlo el día 31, pero como supongo que estaré muy liada comprando regalos y demás, no está mal tampoco hacer balance ahora.
¿Qué vais a hacer esta Navidad... o estas fiestas del Solsticio? A mí me faltarán un hermano y una cuñada (dios, qué mal suena lo de cuñada: un hermano y una amiga que da la casualidad de que vive con él desde hace no sé cuántos años) y esta noche estaremos tres a la mesa y sacaremos el Trivial, que es un entretenimiento tradicional y divertido y descorcharemos vino, supongo, y nos relameremos con una buena zapateira... Y, además, estoy de vacaciones.
Me gusta la Navidad. Queda fatal decirlo, con lo moderno que es que no te guste la Navidad, pero a mí me gusta la Navidad.
Así que feliz lo que sea.
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12/24/2008 01:00:00 p. m.
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domingo, 6 de enero de 2008
Ya han llegado los Reyes
20 comentaronY no sé si he sido buena o no he sido buena. Pero han llegado cargaditos...
Vertigo, el mismo Vertigo de DXC, un tipo culto, inteligente, irónico y asombroso, me mandó por correo El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Nunca se lo agradeceré lo suficiente: ni la confianza, ni el detalle, ni ese estar pendiente ni lo que me hace aprender cada vez que le leo. Pero ha habido más libros: de Dumas -Los tres mosqueteros, Veinte años después, El Caballero Héctor de Saint-Hermine-; de Dickens -Cuentos de Navidad, Casa desolada, Los papeles póstumos del Club Pickwick-; de Umberto Eco -Historia de la fealdad-; de Robert Louis Stevenson -La hechicera y otros cuentos; Historias escocesas-; de Sor Juana Inés de la Cruz y una antología de poesía andalusí y otra de Francisco de Quevedo y dos poemarios de Juan Gelman -Sidney West y otros poemas y Anunciaciones-. Y La Aventura de los Polos. E Historia Mundial del Arte -un tochazo impresionante y buenísimo-; Historia del Arte en España; e Historia del Arte Celta (es que me ocupo de cultura en mi área de trabajo y tengo unas lagunas digamos que inmensas, por ser fina); Tumbas, de Cesc Noteboom; El mal absoluto, de Pietro Citate y África Negra, que recoge las tribus de África, con textos y fotos. Y La Conquista de los Polos. Y un atril para libros bonitos. Y cien eurazos que me servirán pamicuerpo. Es decir, que no me lo voy a gastar en necesidades primarias.
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1/06/2008 10:32:00 p. m.
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viernes, 4 de enero de 2008
Queridos Reyes Magos:
18 comentaronNunca pensé que resultaría tan difícil escribir una carta con un plazo definido. Es día 3 por la noche, acaba de llover, tengo tabaco en los pulmones y sé bien qué necesito. Lo que desconozco es si ustedes -la única razón por la que me gusta la monarquía- podrán hacer algo con eso.
Sigo pidiendo una manta para los días de frío, porque a medida que crezco, las que tenía no me llegan. Los nuevos afectos, ya saben, lo reducen todo a un café y ningún plan. También quiero que se me acabe el medio tarro de esperanza que les pedí hace siete años: ya no me hace falta, pero no mengua. Y que ninguna persona vuelva a convertirse en un fantasma inútil y que sepa ver quién y cuándo comienza a jugar con lo que soy y lo que siento; que sepa verlo antes de haberme abierto lo más mínimo: no quiero malgastar decepciones ni lágrimas ni me apetece agotarme dando vueltas en laberintos.
Pero, sobre todo, lo que quiero es tiempo y condiciones. No me salen las cuentas: o me voy a vivir sola -que lo necesito-; o me compro un coche -que estaría bien haberme gastado 3.000 euros para nada-; o viajo -que me apetece-. Las tres cosas juntas no. No les voy a pedir una lotería (aunque ahí va la idea): sólo tiempo y condiciones y allá se las averigüen. Porque, además, y eso sí lo saben, tengo varios -y caros- vicios.
Qué más... Prudencia. Un poco de prudencia. Un poco de eso que se llama "morderse la lengua". Un poco menos de irritabilidad ciertos días (esos días). Un poco de voluntad.
Todo eso. Porque lo de la paz en el mundo y el fin del hambre y las guerras y... no les corresponde a ustedes. Eso es en otra ventanilla, ¿verdad?
El cuadro es de Durero.
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1/04/2008 04:00:00 p. m.
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lunes, 31 de diciembre de 2007
¿Feliz año?
19 comentaron
Todo se soporta en la vida, con la excepción de muchos días de continua felicidad. Eso decía Goethe, que era bastante más listo que yo, así que no sé si desearos feliz año. O no enteramente feliz año. Pero tampoco muchas tristezas, que no tenemos ya salud ni edad para las pérdidas, sean del tipo que sean aunque sucedan por una ley de vida de las que no sabemos nada.
Hace algún tiempo, vi en una librería magnífica de Mérida (la San Francisco) unos cuadernos con títulos tan sugerentes como "Cosas de mi pasado que prometiste no remover" o "Promesas que nunca cumpliste". Yo siempre me hago el mismo propósito para comenzar el año, pero nunca lo cumplo, o lo cumplo sólo unos meses. Me valdría un renglón de la libreta, porque ya no quiero cambiar nada. Soy así de caótica y he aprendido a que me gusten el caos, la irritabilidad y la desidia y la pereza.
Lo del tiempo es una convención, dicen: como vestirse, como visitar a la familia, como quedar con los amigos, como el lenguaje. Acaba un año que ha sido muy bueno. La mayoría de los días he sido feliz y he sido consciente de que era feliz en ese preciso instante y no cuando el momento es ya un recuerdo muy lejano. Me he reído mucho. He descubierto la comida japonesa (y me encanta). He tomado conciencia de estar sola.
Sería bueno poder trazar una línea y que los hechos no se movieran de ahí.
Virgencita que me quede como estoy.
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12/31/2007 02:12:00 p. m.
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domingo, 30 de diciembre de 2007
Recuentos
8 comentaronRecuento las cicatrices y los fantasmas. Un atracador a mano armada, una palma que no me recorrerá el cuerpo, un tipo con acento alemán al que no oiré reírse, esta concepción eterna de que el futuro (me) será siempre incierto; la soledad buscada, impuesta o elegida; la sensación de quedarme atrás, en tantas cosas; la escarcha que me quema cuando sé que te he perdido; la incapacidad para ser un buen soldado.
No son demasiadas, o las olvido, porque siempre me fijé más en los árboles que en el bosque. Pero de vez en cuando atacan, o aparecen.
Me apetecería que me mimaras.
Me apetecería, digo: el condicional me recuerda que nunca me dirigiré a un tú concreto.
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12/30/2007 09:48:00 p. m.
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sábado, 29 de diciembre de 2007
Balance
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12/29/2007 07:14:00 p. m.
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domingo, 23 de diciembre de 2007
A mí sí me gusta
20 comentaronY qué. Eso iba a decir. Que a mí sí me gusta la Navidad, y qué. Porque a nadie le gusta, ya sabes, y aun más: hay quien la odia directamente y quien se burla de la bondad que otros dicen que se manifiesta en estas fiestas, como si la bondad fuera algo de lo que burlarse o como si fuéramos todos unos cabrones malpensados, maledicentes y malhechores todos los días del año y los buenos deseos sólo fueran hipocresía. Y hay, en fin, a quien no le gustan los regalos, ni hacerlos, ni pensar en otros, ni esforzarse por encontrar algo que les guste ni las cartas a los Reyes ni la llegada de ese señor gordo vestido de rojo que nos trajo la Coca-Cola y que dibujó, hace ya mucho tiempo, Thomas Nast.

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12/23/2007 08:40:00 p. m.
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lunes, 10 de diciembre de 2007
Regalos
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12/10/2007 08:09:00 p. m.
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lunes, 1 de enero de 2007
2007
3 comentaronComienzo a contar el año en otoño y así no se me olvida lo que ocurrió. O por ciudades. Desde junio, en Mérida. Pero antes, ya no recuerdo en qué fechas, en Melilla, Almería, Granada, Sevilla intermitente, temporadas en Madrid... Mi 2006 empezó en junio, trabajando. Antes se desdibuja, salvo algún reportaje para la GEO, divertido y estimulante. El 2007 llega con nueva gente, o con vieja que se muda de ciudad (bienvenida, Sonia) y con amores antiguos, entusiasmos, retos.
Hace mucho que no le escribo una carta a los Reyes, en la única época en que me vuelvo monárquica a ultranza. Sigo pidiendo, me temo, lo mismo que hace seis años (siete: siete ya). Una manta para los días de frío; un poco de esperanza (si es que algún día descubro qué es), muchas risas; ver más a los que están lejos, o sentirlos cerca; descubrir nuevos ojos; que sigan caminando conmigo esos pies; poder abrazar a alguien a quien nunca he abrazado (aunque ahora sean dos "alguien" y no sólo uno, como aquella vez); que siga la buena racha en el trabajo -esto es, Virgencita que me quede como estoy-.
Lo que si sé es lo que habrá. Habrá, los domingos, cafés con Raquel, María y Joaqui. Las citas con Pupe y Cuqui. Viajes a Sevilla, de vez en cuando, para ver a Maricarmen. Propósitos de ir a Granada más a menudo. Calorcito de amigos. Cotidianeidad pura y dura, momentitos. Risas. Supongo, espero, que ningún llanto, porque hace mucho que no lloro y tampoco tengo edad ni salud para berrinches, aunque no podría firmarlo. Habrá conflictos que no sabré gestionar, como siempre. Y obsesiones. Y amor. Y viajes. Y alguna maleta donde guardar lo que no quiere ser perdido.
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1/01/2007 03:15:00 p. m.
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domingo, 24 de diciembre de 2006
Navidad
7 comentaronMe gusta la Navidad. Es toda una declaración de principios, porque a los modernos, cultos e intelectuales no les gusta la Navidad. Pero a mí sí, desde siempre. Y deseo Feliz Navidad a todos y feliz existencia y feliz año nuevo, lo mismo que doy la bienvenida al otoño (aunque sólo se la dé a una persona). Me encantan las luces horteras por las calles, el olor a castañas asadas, los preparativos, poner un polvorón para los Reyes Magos en la mesa y los zapatos debajo del sillón (el agua para los camellos ya pasó a mejor vida), escuchar villancicos de niños repipis por la calle y rescatar los del folclore extremeño, en castúo, y el rito (paterno) de cantar Las Doce Palabritas, porque tardamos años en aprenderlas y hay quien todavía ni se las sabe. Y los mariscos de una vez al año, las zapateiras, la llegada de los que viven lejos, preparar la cena, sacar el vino, comerse las uvas sin piel ni pepitas, quedarse otro año en casa (o ir a casa de Raquel) en Nochevieja porque yo no pago 8 euros por cubata de garrafón en ningún bar porque no me da la gana (y además ningún año tengo ropa apropiada que ponerme para la ocasión ni me la voy a comprar). Y la Noche de Reyes, así en mayúscula. Comprar los regalos, gastarte una pasta (que este año sí tengo, menos mal), madrugar ese día... Y esta vez será de lujo, porque dormiremos todos en casa después de años sin estar juntos.
Así que Feliz Navidad.
Imagen de Thomas Nast
Publicado por
Los viajes que no hice
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12/24/2006 05:16:00 p. m.
Etiquetas: Navidad