Mostrando entradas con la etiqueta Juan Ramón Jiménez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Ramón Jiménez. Mostrar todas las entradas

sábado, 31 de mayo de 2008

Juan Ramón Jiménez

12 comentaron

Que no la tocáramos ya más, que así es la rosa, y la poesía pura, y la ortografía a su antojo, y las músicas de otros que traducía y Zenobia y un burro peludo y suave y Rabindranath Tagore, siempre Tagore, y el otoño que se lleva al infinito el pensamiento y la tarde como un sueño de colores y que quién pudiera hacer que el sueño fuese la vida y este poema, que me aprendí hace ya ni sé cuánto tiempo, el del tipo de la personalidad rara, y otro que hablaba de la noche y que ya olvidé pero para el que le pinté un cuadro mentalmente. Se llamó Juan Ramón Jiménez, murió hace cincuenta años y ni dios se ha acordado de él.


Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostáljico.

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.


Imagen de *L*u*z*a*