miércoles, 20 de agosto de 2008

Promesas que me hice y se me olvidó cumplir

No hago propósitos de año nuevo. Miento: sólo una vez, en El Convento, Pupe y yo rellenamos una lista que hemos cumplido sólo a medias. Sin embargo, sí hay proyectos siempre. Proyectos que necesitan tiempo, dinero y ganas. En Facebook he rellenado un mapa con (casi) todos los lugares que he visto. Mi radio de acción se reduce a España (no está mi primera casa), Portugal (tampoco está mi segunda casa, que fue A Portagem) y el Norte de África. También he señalado los lugares a donde quiero ir. Algunos son típicos (Nueva York, Orlando, San Francisco, Los Ángeles, Roma, Venecia, Florencia, Buenos Aires, Santiago de Chile). Otros forman parte de esos viajes que una tiene en la memoria por las lecturas (Rouen, La Rochela, Yukon) y otros son destinos que siempre me atrajeron, aunque no pueda explicar por qué. Soy más urbanita que campestre pero siempre he querido ver los bosques canadienses en otoño. Y siempre, también, Transilvania y Kaz y Oludeniz desde que Neno me habló de ellas, más allá de Estambul.


También me propuse aprender idiomas, inglés sobre todo, porque queda lejos el tiempo en que abandoné el árabe, el francés y el hindi. El otro día estuve hablando con Sandra Canudas, que ha editado un libro, Manual para viajeras, que ya tengo y que reúne una serie de consejos para mujeres que viajan solas (Europa se despacha en cinco líneas: no hay ningún problema). Porque hay muchas mujeres que viajan solas y, mientras ellas preguntan, sobre todo, por aspectos relacionados con la seguridad, ellos lo hacen sobre si será aburrido hacer planes y ver sitios sin nadie a quien contárselo.




A mí comienza a atraerme ahora, que descubro que poca gente viaja como yo (que soy incapaz de patear y patear para verlo todo en un día porque, qué se le va a hacer, tomar café en un bar me gusta mucho mucho mucho) y también me digo que debería sacarme de una vez el carnet de prensa internacional (otra cuestión pospuesta mucho tiempo), colgarme una buena cámara al cuello y decir que soy fotoperiodista y estoy haciendo reportajes (que siempre dejan entrar en según qué sitios con más facilidad). Y, como sé que viajaré sola, sólo me he marcado destinos en los que supongo que podría desenvolverme a pesar de no saber el idioma (que a ver qué demonios como yo en Rumanía, además de chiorba y sarmale, que al menos sé lo que son): un Estados Unidos poblado de hispanos, una Latinoamérica en la que se habla español...

Por lo pronto me espera Madrid, como siempre. Y Lisboa. Y Granada. Y una boda en octubre. Y unos pocos días de vacaciones que no sé cuándo tendré. Y una cuenta corriente que alimentar para el año que viene. Y una mochila nueva. Para cuando cumpla de una vez todas esas promesas que me hice...


Imagen de Nueva York de _uncommon.

Imagen de Orlando de Stuck in Customs.

Imagen de Rumanía de Cristian or f_stop.



10 comentaron:

Tamaruca dijo...

Coincidimos en los sueños que transcurren en Canadá o en Transilvania... y mi "destino típico" es Japón, lo reconozco. Me siento estúpidamente atraída hacia esa gran potencia oriental, por su capacidad para convivir con el futuro y el pasado simultáneamente sin volverse (del todo) locos, son geniales.

Un besazo postvacacional ;)

Nodicho dijo...

Yo en los últimos tiempos he perdido la ilusión por viajar, aunque ya la voy recuperando (un verano tan casero como el que estoy llevando me recarga las ganas).

Mi "sueño" es Sudamérica: Chile, Uruguay, Argentina.

Un beso.

Regina dijo...

Te espera Donosti si tú quieres, ya lo sabes. No es Nueva York, pero...

:)

Anónimo dijo...

¿Estar en otro sitio...? El viaje verdadero
es aquel que se emprende sabiendo que ya nunca
volveremos al punto de partida, a la exacta
certeza de los puertos que dejamos atrás.
¿ Lo demás? Excursiones y argucias de la niebla.
El viajero cabal es el que nunca vuelve,
quien rompe las amarras y atraviesa la leve
espuma blanca y turbia que le unía al pasado,
el que rasga la túnica que ayer llevaba puesta.
El viaje verdadero consiste en no volver.

Santos Domínguez Ramos

Sintagma in Blue dijo...

Mi lista de cosas sin acabar es infinita...

ays

Anónimo dijo...

Peregrino.

¿Volver? Vuelva el que tenga,

Tras largos años, tras un largo viaje,

Cansancio del camino y la codicia

De su tierra, su casa, sus amigos,

Del amor que al regreso fiel le espere.

Más, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,

Sino seguir libre adelante,

Disponible por siempre, mozo o viejo,

Sin hijo que te busque, como a Ulises,

Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope

Sigue, sigue adelante y no regreses,

Fiel hasta el fin del camino y tu vida,

No eches de menos un destino más fácil,

Tus pies sobre la tierra antes no hollada,

Tus ojos frente a lo antes nunca visto.

(De Desolación de la quimera.)
LUIS CERNUDA

Isabel Sira dijo...

Gracias. Aunque sé que fue una tontería.
En mi caso, viajé por España bastante gracias a Javi, sinceramente. Este año estoy empezando a viajar de nuevo, esta vez más allá de nuestras fronteras. Es bonito viajar. Para mí es una extensión de mi continuo movimiento, hasta ahora frustrada por mí misma.

Los viajes que no hice dijo...

Tam, cuánto tiempo sin verte por aquí (si es que las mudanzas y las bodas no dan para muchas horas libres). Yo también quiero ir a Japón, quiero jartarme, con j, de comer sushi (que me encanta), saludar con una inclinación de cabeza y beber té y encontrarme, quizá, a alguna geisha. Pero sólo sé decir "borracho" en japonés y "adiós", así que tú me dirás... Claro que si me informo bien de cómo va el lenguaje corporal allí, me animo. Vamos, animada estoy. El problema es que cuesta más de mil euritos, el avión nada más...

Cable, no puedes haber perdido la ilusión por viajar, que casi acabas de comenzar tu segunda década de vida. Mi sueño también es Sudamérica. Bueno, mi sueño es cualquier extranjero que no sea Portugal, niño...

Random, pues mira, también me gustaría, porque dicen todos los que han ido que es la ciudad más bonita de España...

Anónimo, creo que nunca volvemos al punto de partida. Todos los viajes te vuelven distinta. Pero te regalo otro poema: creo que es EL poema de viajes...

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.

C. P. Cavafis. Antología poética. Alianza Editorial, Madrid 1999.

Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña

Sintagma, la mía también. Ni empezadas tengo algunas...

Arwen, si es que no se pueden ver tantas películas de Luc Besson, coñe.

Isabel Sira dijo...

jajaja jajajaja. En realidad solo he visto dos pelis suyas, jajaja jajaja.

Los viajes que no hice dijo...

Pues has visto la peli equivocada... Que lo sepas.