domingo, 10 de agosto de 2008

Los libros que cambiaron tu vida

El País publica hoy una lista de 100 escritores que escogen, cada uno, 10 libros que les cambiaron la vida. Las listas van cambiando y, además, considero que los libros que tienen ese poder lo ejercen, sobre todo, en la infancia y la adolescencia, cuando estamos descubriendo el poder de la lectura. Por eso, entre tanta sesudez, me encanta encontrarme con un Javier Marías que destaca La isla del Tesoro, o con quienes no son sospechosos de profesar religión alguna y nombran La Biblia, cuyo Eclesiastés yo sigo nombrando a la menor ocasión. La he guardado, para que me sirva de guía, pero me encantaría un porqué. Qué tuvieron esos libros que no tienen ninguno de los demás para poder cambiar a alguien, si es que ese cambio ha sido real y no se basa en una mera relación de títulos para la galería. Quizá los que yo nombre no sean mis preferidos, pero sí tuvieron ese poder.

1.- Rebelión de verano. No recuerdo el autor, según internet y si no hay ningún libro que se llame igual -en teoría no, pero en la práctica existen- pueden ser Bill y Vera Cleaver. Yo sólo sé que lo leí cuando tenía seis o siete años, que terminé llorando a moco tendido y que, cuando lo terminé, volví a abrirlo por la primera página para releerlo. Hablaba de la malaria y, sobre todo, hablaba de los dependientes ("el dependiente" se llamaba Luke), de quienes necesitan siempre a alguien al lado. Luego descubrí que soy dependiente a ratos, pero que la dependencia enfermiza de mí me provoca ahogo y angustia.

2.- La Historia Interminable, de Michael Ende. Fue el primer (y único) libro que he leído al alimón. Mi hermano mayor y yo, antes del desayuno, cuando aún dormíamos juntos, nos levantábamos para cotejar nuestra visión de Atreyu, Bastian y Fújur; para imaginarnos cómo seguirían esas otras historias que deberían ser contadas en otra ocasión y para disfrutar como pocas veces he disfrutado más tarde de un libro -por lo que tenía de primera vez y de descubrimiento-.

3.- La isla del tesoro y El Club de los Suicidas, de Robert Louis Stevenson. Porque, leyéndolos, me di cuenta de que se podía envidiar a un escritor: yo, que siempre me he vanagloriado de no sentir envidia alguna de nadie. Sólo me ocurre con él y ni siquiera pienso que sea el más genial de los escritores que frecuento. Pero, cuando una lee cierto párrafo del Club de los Suicidas y comienza a insultar a su autor, al final ha de colegir que eso es envidia de la mala.

4.- Corazón, de Edmundo d'Amici, ese señor que decía que el destino del hombre depende de que en su casa paterna haya habido, o no, una biblioteca. Porque tenía razón y porque he crecido con Garrone y con el Albañilito y con ese personaje aprendí a que me gustara la suciedad que procede del trabajo.

5.- Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, porque de ahí viene mi concepto del honor.

6.- Trilce, de César Vallejo, porque lo leí con once o doce años y fue el primer libro de poemas que me emocionó.

7.- Cualquiera de los libros de Louise Cooper, que fue mi primer acercamiento a la literatura fantástica y a la que le debo, en mucha parte, la manera que tengo de preguntar cuando el tema es doloroso para mi interlocutor. Me falta la segunda parte de El Señor del Tiempo y Timun Mas los tiene descatalogados. Cabrones.

8.- Dumas. Los tres mosqueteros, Veinte años después y El Conde de Montecristo, porque fueron los primeros personajes (junto con Tarod, del Señor del Tiempo, de Louise Cooper) de los que me enamoré físicamente. Taquicardia me entra cuando los leo, oigan.

9.- El libro de la selva (que en la edición que yo tengo se llama El primer libro de las Tierras Vírgenes y El segundo libro de las Tierras Vírgenes) que me hizo darme cuenta, cuando los leí, (también era muy pequeña: ¿veis? los libros que cambian la vida, al menos a mí, son los de infancia) del daño que ha hecho Disney y de que la falsa modestia no sirve de nada. Y qué carajo, porque siempre quise ser Bagheera.

9.- Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz, porque me lo sé de memoria y me sigue emocionando. Cada vez que lo recuerdo se me pone la carne de gallina. No sé en qué me cambió la vida, pero supongo que si despierta en mí todo eso, es que algo debió de hacer en favor de mi sensibilidad.

10.- Matar un ruiseñor, de Harper Lee y Rebeca, de Daphne du Maurier: los dos por la misma razón: por mostrarme, al más puro estilo David Lynch, que las cosas no son lo que parecen.

16 comentaron:

Anónimo dijo...

Cuentos de Cortazar (el único que me suscita envidia de la mala).

El Quijote (y como diría el bachiller: no hay libro malo que no tenga algo bueno), puesto que es uno de los escasos libros que se crea con cada nueva lectura.

Momo, descubrí que por él no pasa el tiempo, mientras que la historia interminable se me hizo demasiado infantil en las lecturas posteriores.

El Arte de la Guerra: sin comentarios.

20 poemas de amor y una canción desesperada: gracias a ese libro comencé a escribir poesía (o algo parecido a eso).

La Isla del Tesoro: porque sí.

Mortadelo y Filemón: no son tebeos, son novelas que interpretan la condición humana (y si cuela, cuela).

Inés de la cruz (no la llamo de Sor por respeto a su persona).

Y muchos más que, de todas formas esta lista es un poco absurda para mí, puesto que, si me planteo la cuestión dentro de una hora, seguramente dijera títulos distintos, exceptuando El Quijote (pobre, que pedante suena decir este título gracias al acoso a que ha sido expuesto, y a Cortazar..., bueno, y a Neruda... jo, es que no se pueden decir diez libros, y los otros qué, pobriños...

Isabel Sira dijo...

Pues no podría hacer esa lista, o no hacerla ahora. Para mi desgracia se me olvida lo que leo, entonces me acordaría sobre todo de lo que leí hace poco. Eso sí, recuerdo que Mujercitas fue el primer libro que me ha hecho llorar a lágrima viva. Y que Momo me dejó así, no sé. Y que la primera vez que leí El señor de los Anillos pensé que nadie podía describir mejor algo para que me lo imaginara tan a la perfección.
Y Nada me dejó con el corazón encogido por lo bonito que me pareció.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Bueno, los libros importantes de la vida de uno, no tienen que ser ni siquiera grandes obras de la literatura universal. Mi primer gran libro de mi vida fue un atlas lleno de mapas y descripciones de los pueblos del mundo.

Recuerdo el Lazarillo y La Regenta en 2 de BUP, que nos "obligó" a ller un profesor majísimo que se llamaba Jesús. Me asustó al principio el nº de páginas pero fue uno de mis libros.

Y el verano de 3º a COU, que aprobé todo, y me leí dos veces Cien años de soledad, cuentos de Cortázar, El coronel no tiene quien le escriba, El Extranjero de Camus, poesía del 27, Neruda, etc.

EL verano de COU me recuerda el canto II de la Eneida, libro del que me quedé prendado por mucho tiempo y que me cambió radicalmente la vida.

Luego vino la época de leer (para/y) estudiar, cosas infumables y maravillas. Entonces disfruté de El Quijote, de Horacio, de Catulo, de Ovidio, de Plauto y Terencio, y releí La Regenta y me gustó mucho más, y hasta el teatro de Miura, Valle-Inclán, Galdós,...

Luego llegó el tiempo de leer en otras lenguas: Jane Austin, las hermanas Brontë, Auster, David Lodge, Saramago, Torga, Vergilio Ferreira, Lobo Antunes, Pessoa, Eça, Mia Couto.

Y nació Marcos al poco de leer el Libro de los Espejos del Subcomandante Marcos y es mismo aó puse el mundo PATAS ARRIBA con la Escuela del Mundo al revés de Eduardo Galeano. Ese sí que ha sido fundamental en mi vida.

Y te hace mayor y no te acuerdas ya de lo que has leído, como las películas.

Este verano se me está quedando el corazón helado, llevo 400 páginas y no quiero que acabe.

¡Qué rollo he soltado!

Suntzu dijo...

Tengo que pensarlo. Mucho. Me ha gustado mucho, mucho esta entrada. Me encanta conocer las lecturas preferidas de la gente. O los libros que cambiaron tu vida o tu forma de entender las cosas, que no siempre tienen por qué coincidir.

Te contesto mañana.
Un beso.

Nodicho dijo...

Te copio la idea :)

Regina dijo...

¿Puedo copiarte la idea con pelis? La verdad es que no tengo demasiados "libros clave", aunque podría intentar una entrada doble.

:)

Anónimo dijo...

¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan!

Federico García Lorca

Nosotros
los poetas
caminantes
exploramos
el mundo,
participamos
en la lucha terrestre.
¿Cuál fue nuestra victoria?
Un libro,
sin soledad,
con hombres y herramientas,
es la victoria.

Pablo Neruda

Anónimo dijo...

Dios ponga en mi alcance libros
aunque viva prisionero;
asomado a estas ventanas
no me acobardan encierros.

Eduardo Marquina

Todos los libros del mundo
no te dan felicidad
pero te conducen en secreto
hacia ti mismo.
Allí encuentras todo lo que necesitas,
el sol, las estrellas y la luna
pues la luz que tú buscas
habita en ti mismo.
La sabiduría que buscaste
en las librerías
reluce en cada página…
Y ahora es tuya.

Herman Hesse

El libro es fuerza, es valor
es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento
y manantial del amor.

Rubén Darío

Discreto amigo es un libro:
¡qué a propósito habla
siempre en lo que quiero yo,
siempre en lo que yo no quiero…!

Calderón de la Barca

Luc, Tupp and Cool dijo...

Te contesté en mi blog, Viajerita.

Los viajes que no hice dijo...

Antonio, me gustan tus libros. Bueno, El Quijote me gustará cuando me lo acabe de leer (o, más bien, cuando comience a leérmelo: sí: era obligatorio en la Facultad y en el instituto, pero no lo leí nunca). Momo: también: me enseñó lo importante que es escuchar de tal manera que a la otra persona la vuelvas inteligente. El Arte de la Guerra, lo tengo pendiente: de hecho, siempre que lo veo, me digo: me lo tengo que comprar. Veinte poemas de amor y una canción desesperada... "Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos". De todos modos, yo me quedo con Estravagario y la "Fábula de la Sirena y los Borrachos". Mortadelo y Filemón geniales: igual que Zipi y Zape, Rompetechos (siempre me sentí identificada con él) y Carpanta... Inés de la Cruz es una de mis imprescindibles, ya lo sabes. Y Cortázar: yo tuve un hermano (...) Mi hermano despierto / mientras yo dormía, / mi hermano mostrándome / detrás de la noche / su estrella elegida

Arwen, no se te puede olvidar lo que lees. O es que no le prestas demasiada atención cuando lees. ¿Sabes que nunca he leído Mujercitas? Comencé por Aquellas mujercitas y luego no he encontrado una edición que me satisfaga de Mujercitas... Y mira que me gusta Jo...

Puntos de vista, podría hacer mil listas como ésta, depende del momento... Eso sí: no he podido con Austen. Tengo una amiga que no se lo cree. Mi hermano mayor no se lo cree. Y lo he intentado, mira que lo he intentado, pero no soy capaz de acabarme ni uno de sus libros. Y eso me ha pasado con las Brontë (y mira que me gusta la poesía de las hermanitas) también: creo que por asociación. Con Cumbres borrascosas, ni lo he intentado: está ahí, en la estantería de mi casa, una edición del año de la Tana, pero no lo he abierto nunca... Y no: El corazón helado, no hay quien se lo crea. Ya llegarás al final, pero salvo la historia de Ignacio y Anita... Muchísimo mejor Los aires difíciles o Malena es un nombre de tango, dónde va a parar...

Suntzu, hecho. Piénsalo. Pretendía justo eso: los libros que cambiaron mi vida: no mis preferidos, aunque muchos de ellos están entre mis preferidos. También podría hacer una lista de Libros que me sé de memoria...

Cable, me gustará leerte.

Random, no: con libros, sólo con libros. Las pelis, en otra entrada :P

Anónimo, gracias.

Tupp, te leí ipso facto...

Anónimo dijo...

I

La alarma sodomiza el silencio
de mi cuarto sepulcral.
Mi boca huele a humo verde
con un poco de muerte
y mi cabeza se ahoga
en remordimientos vacíos.
Pero hoy sale en televisión
la chica endeble
y de brillantes ojos;
la de sonrisa amplia y
Entonces no importa nada.

"La temperatura oscila
entre los 100 y 150 grados
y va en aumento".

Dice mientras su cuerpo
pronostica que será
un día húmedo.
Llovérá, lloverá pensando en ella:
En su perreo etéreo
y en su delgada figura
estremeciéndose
como si la sensualidad
convulsionara corriéndose.


II

He salido de casa apestando
a muerte.
Emergió un tifón del atlántico,
el agua ya me llega al cuello.
Olvidé traer paraguas,
olvidé que no podía salir hoy.
Me quedé tatuando en la mente
su imagen alta y cálida,
sus eminentes senos color cobre
y maquinando este poema
de halago para la chica
que da el clima perreando.


III

Al final un poco de glu, glu, glu, glu
y la sensualidad coronando su altura
se desvanece.

gracias

Los viajes que no hice dijo...

De nada.
¿Juan Charrasqueado?

Lo único que ocurre, por si te estás equivocando de persona a la que lanzarle los poemas, es que yo no doy el tiempo...

unnombrealazar dijo...

Te puedo enviar los tres volúmenes de El Señor del Tiempo, si te apetece.

Los viajes que no hice dijo...

Los del Señor del Tiempo los tengo. Los que no tengo son los tres volúmenes de la segunda parte: La impostora, la usurpadora y la vengadora.

Si los tienes, me da un pasmo...

unnombrealazar dijo...

Ahhh... Pues el placer de regalar libros y dar una pequeña alegría se me va al traste. Pensé que te referías al segundo volumen de la primera trilogía.

¿Que cómo llegué a tu blog? De link en link y tiro porque me toca.

Los viajes que no hice dijo...

Ya decía yo...

Pues nada, bienvenido... si es que te quedas (soy experta en visitas fugaces de un comentario :P). O bienvenida, no sé.