miércoles, 28 de julio de 2010

La Malbaie y Cap à l’Aigle

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En nuestro viaje por Charlevoix tuvieron mucho que ver el chaval que nos alquiló el coche (que nos recomendó un establecimiento que tampoco sale en ninguna guía, el Café Chez Nous, de La Malbaie) y el cocinero que allí nos encontramos. Os lo presento. Se llama Aldo:


Aldo cocina un arroz de camarones y una pasta con camarones (langostinos, para que nos entendamos) que son una delicia. También una sopa de verduras a la que le adiviné un poco de curry, supongo, pero de la que no me dio la receta (¡Aldo! ¡Ya sabes! ¡Manda correo!) y que fue una comida de lo más reconstituyente una noche de frío. Él también nos recomendó que fuéramos al Cabo del Águila, a Cap à l’Aigle y la Ile aux Coudres, con una sidrería la mar de curiosa. En teoría en Cap à l’Aigle hay indios, pero no los vimos. Lo que sí vimos fue esto.


También vimos a los barcos de vela navegar por las aguas del río San Lorenzo y un sinfín de flores preciosas. Pasear por Les Jardins de Cap à l’Aigle transmite asombro y tranquilidad. Yo echo de menos eso que nunca ha ocurrido: vivir allí, hacerme amiga de la mujer que cobra la entrada (muy simpática, por cierto), llevarme un libro y sentarme en el banco o en el césped. Si supiera pintar, me llevaría un lienzo, para retratar los cambios en los colores de los árboles y la forma en que las flores se recogen hasta que llega la primavera.


lunes, 26 de julio de 2010

Sainte Anne de Beaupré

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En Sainte-Anne-de-Beaupré vimos los primeros árboles que cambiaban el color. Siempre me había imaginado Canadá como una sucesión de los más bellos tonos del otoño: aquí un ocre, aquí un amarillo y el rojo arce abarcándolo todo, pero llegamos cuando el calor aún no se había ido y el verde de las hojas dominaba. Sainte Anne de Beaupré es un santuario dedicado a la madre de la Virgen María, la santa patrona de los náufragos (no sé si el patrón de los náufragos ha cambiado: santa Ana lo era en 1650, cuando un grupo de marineros, agradecidos por salvar la vida, prometió erigir una capilla en su honor). Los 26 de julio acuden allí más de un millón y medio de personas. Pero la basílica que se adivina detrás de estas hojas se construyó en 1920, el quinto templo que se edificó en el lugar. Santa Ana es también, desde hace siglos, la patrona de Quebec.


Nuestro destino era Baie St Paul, una localidad que aparece nombrada de pasada en las guías (salvo en la muy completa de Lonely Planet) y que es uno de los lugares más encantadores de Charlevoix, una comarca (¿se llaman comarcas en Canadá?) que la Unesco nombró Reserva Natural de la Biosfera. De Baie St Paul son las dos siguientes fotos que existen. Eran casas particulares, en medio de esa población llena, sobre todo, de galerías de arte, porque durante el siglo XIX, los pintores quebequeses se trasladaban a esta localidad pequeñita para pintar paisajes y reivindicar así la hermosura canadiense. Charlevoix tiene 6000 kilómetros cuadrados y tan sólo unos 30.000 habitantes: eso nos da una idea de lo despoblado que está el país. Durante cuatro días, sólo vimos pueblos pequeñitos, pero preciosos, a la orilla del río San Lorenzo. Verde y agua han sido los elementos principales de este viaje a Canadá. Y una indescriptible nostalgia también y el imaginar cómo sería mi vida allí.



viernes, 23 de julio de 2010

Y vuelta la burra al trigo

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Para no tener problemas en un futuro, ni en la red ni en la vida real, es necesario aprenderse unas cuantas reglas:

-Puede que en un futuro muy, muy lejano, o en una realidad alternativa que yo, gracias al Cielo, no voy a visitar, Paulo Coelho o Ken Follet o Stieg Larsson sean grandes clásicos y me los estaré perdiendo por no leerlos.

Aclaro que sí, que he tenido la desgracia de leer a dos de ellos y la suerte de no acordarme de nada de lo que leí a los dos minutos de haber cerrado el libro.

-Si alguien dice que Follet es maravilloso y Cervantes es un truño, es una opinión que debo respetar. Tanto como la contraria.

-Mi opinión, por supuesto, es sólo eso, una opinión, tan válida como otra cualquiera (aunque quien exprese ese "otra cualquiera" no sepa para qué sirven las comas ni las tildes) y no puedo decir que algo (un cantante, una serie de televisión, una película, un libro) es bueno sólo porque me guste a mí. Porque yo no decido qué es bueno y qué no.

-Por supuesto, todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión (y a expresarla en público, además), aunque esa opinión sea poco fundamentada, ignorante, discriminatoria o absolutamente imbécil.

-Tengo que (es decir: estoy obligada a) debatir e intentar razonar con personas que escriben "Viva la ignorancia" (sí, sí, como lo leéis: con dos cojones), porque, si no discuto, soy una fascista y no soy capaz de expresar mis argumentos.

¿Y sabéis qué? Que, encima, esta gente vota.

martes, 13 de julio de 2010

FLaC: 28 de mayo: Celia

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Las bodas siempre me producen un poco de vértigo. Por la seguridad que supone que dos personas quieran compartir sus vidas. Por la capacidad que tienen, esos dos, de concitar en torno a sí la felicidad de otros muchos, mayores y jóvenes, que saben, cada uno, una parte de lo que son. Los padres, los abuelos, los compañeros de la Facultad, los amigos que llegaron luego por las causas más inverosímiles.

Conocí a FLaC en Málaga, hace algunos años más, en un momento de zozobra que parece que ocurrió hace siglos. Ayer, después de comprar aprisa y corriendo unos pantalones negros porque se me habían olvidado los míos en otra ciudad, estuve en su boda para darme cuenta de que todo el mundo sonreía y a todos les brillaban los ojos, para emocionarme cuando bailó con su abuela la canción de apertura, el Take This Waltz, de Leonard Cohen que todos coreamos, para reírme hasta que me dolieron los carrillos con las ocurrencias de sus amigas y para llevarme una foto de los novios, un vídeo de los niños cantando por Camilo Sesto y una botella de ron miel de comercio justo.. Ahora se van de viaje de novios a llevar material escolar a La Habana y Cayo Guillermo. Ahora paseo por Málaga, tres horas caminando, un bolso nuevo con muchos bolsillos, muchas charlas con Raúl y la promesa de una obra de teatro de José María Pou y pescaíto frito en el puerto mañana.

Y me acuerdo de las charlas. De cuando me contó que iría sin corbata y lo vi con pajarita, la barba recortada y una chapa de Ahí lo llevas, un grupo de dos a cuyo cantante, doy fe, imita Iván Ferreiro. De cuando me escribió para decirme: oye, vente. Y de cuando yo no sabía si iba a poder estar. Ver de nuevo a Ale, asombrarme cuando apareció Celia, guapísima y luminosa, escuchar a Virginia y a Eva hablar de los dos por los que estábamos todos allí, estar con Raúl de nuevo, ahora yo en su casa, los abrazos del reencuentro y la copita de antes de la ceremonia. A la que le faltó un micrófono para que fuera perfecta.

Para ellos lo fue. Lo que no sé ahora es qué se siente al estar casados. Yo creo que lo hicieron por la juerga.

No se me asusten: escribí el texto en un bar, como siempre, el día 29 de mayo. Sí: soy tardona.

lunes, 12 de julio de 2010

El partido

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Foto: EFE

Ayer lo vi. Iba a irme a un bar, pero en mi casa se estaba mejor, con mis Coca-Colas, mis paquetes de tabaco (no sé cuántos cayeron: qué nervios), mi televisión con su TDT (hacía siglos que no lo usaba: sólo veo series), mi aire acondicionado y mi sillón orejero que no he ocupado durante dos semanas.

No distingo un penalti de un geranio. Tampoco sé qué es un córner. En el Alemania-España, aprendí por qué se produce un fuera de juego. Pero entiendo lo suficiente de buenas prácticas como para saber que darle patadas en el pecho a un contrincante no es la mejor manera de ganar. El partido de la semifinal me gustó mucho. Este, lo sufrí. Me dio mucho asco y me dio mucha pena. Hasta que marcó Iniesta y me descubrí gritando Gol y palmeando. Feliz.

Yo, hasta ayer, no sabía quién era Iniesta. Luego me he enterado de que perdió a su mejor amigo, Dani Jarque, del Espanyol. Y que llevaba mucho tiempo queriendo marcar para recordarle.



España también ha ganado el premio Fair Play. Y acaban de llegar, los chavalines, contentos, como estamos todos. Y qué quieren: hemos tenido pocos momentos para estar felices, todos juntos, últimamente.

Y qué quieren también. Yo estoy monotemática.
El Empire State, con la bandera de España.