Siempre he tenido una imaginación fragmentada. Nunca recuerdo el todo: sólo planos detalle y sensaciones, sabores, olores, palabras. La curvatura de un hombro dorado; la línea de separación del pecho; unas manos muy sabias, de dedos cuadrados, perfectos, que no se me van de la cabeza; una caricia en la pierna que tuvo el poder instantáneo de hacerme temblar como un preludio; unas pestañas muy largas, muy tupidas, sobre unos ojos que saben escuchar; mi risa ante un ronroneo -no te rías- que fue espontánea porque me alboroza ver cómo alguien disfruta; una piel suave, muy suave, cuyo tacto recuerdan ahora las yemas de mis dedos; la manera de apresar un pezón entre los dientes; los dibujos que me hacían cosquillas en el costado; las palabras que no dije por pudor, vergüenza, bloqueo o -mucho me temo- gilipollez; un sexo muy duro rozándome el muslo al principio y su sabor -muy, muy rico- más tarde; la forma de entornar los ojos en una embestida; un susurro que jadea y un gemido; el color del semen encima del ombligo; un beso en el cuello; una lengua que entra en mi boca como si fuera suya; un cuerpo desnudo en la cocina; un antebrazo con la forma exacta.
Todo eso recuerdo.
También evoco lo que no ocurrió. El sabor terroso, amargo y seco de las ganas de más, desde hace días.
Ahora he descubierto que el tiempo a veces no mitiga: potencia.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
11 comentaron:
Querida amiga, el tiempo tiene un par de secuaces muy malvados: la imaginación y la memoria selectiva, que olvida lo malo y enfatiza lo bueno.
Aun así, me quedo con tus palabras que, si bien algunos no sabrían digerir por lo reales que son, yo las adoro por lo mismo.
Tambien adoro, tanto como tus palabras, las sensaciones que describes.
Mil besos y que pronto tengamos experiencias que nos den notas en nuestras libretas para nuestras palabras.
Pues sí.
Estoy con ciudadanokani, el dolor se olvida y las buenas sensaciones se recuerdan multiplicadas por mil. De todas formas, yo siempre he sido de las que sienten alegría al recordar esas cosas, no nostalgia.
Ahh, el agua fría en la nuca y las películas de terror vienen bien para liberar la mente. Y las pelis de Doris Day, que te dejan el cerebro hecho fosfatina y equivalente al de un infante de tres años. Infalibles. Te conviertes en pura inocencia.
:)
¡Qué pasada de texto! Niña, te has lucido.
Y muy bueno tu tratamiento de choque, Random. ¡Jajajajjaja!
El tiempo es solo tiempo. El tiempo ni amortigua ni potencia, solo pasa. Somos nosotros quienes amortiguamos o potenciamos.
Por otra parte los placeres pasados, al igual que los dolores no son también más eso: pasados.
Pero vendrán placeres nuevos, no te quepa duda.
Y, por supuesto, siempre es fantástico recordar con cariño.
Pues nada de fragmentos, yo he visto un puzzle completo, perfecto y delicioso en tu evocación.
Gracias por tus buenos deseos. Recargué fuerzas y lo pasé estupendamente.
Un abrazo.
Me enamoro, indefectiblemente, cada vez que me pasa algo parecido a lo que describes.
Me enamoro perdida, loca y desesperadamente durante exactamente quince días.
Ni uno más, ni uno menos.
Gracias a la memoria selectiva, después sólo sonrío al recordar.
Y nada más.
Maravilloso texto y extraño final.
Me quedo con la última frase: el tiempo a veces no mitiga, potencia.
Porque es lo que lleva haciéndome a mi desde hace unos años y no sabía ponerle palabras.
Merci.
CiudadanoKani, tienes toda la razón en lo de la imaginación y la memoria selectiva. Y lo de las experiencias, las suscribo. Aunque mi estadística es exigua exigua…
Arwen, pues sí ¿qué? ¿A lo que dice CiudadanoKani o a lo que digo yo?
Random, yo la alegría y la nostalgia las entremezclo… Pero me apunto tus remedios para la calentura.
Suntzu, muchas gracias. De verdad.
FLaC, yo te aseguro que el tiempo a veces potencia. Y de qué manera. En lo de que vendrán placeres nuevos, no lo dudo. El problema es que a mí me vienen, algunos, muy de tarde en tarde y así no hay manera…
Índigo, me alegra tu vuelta, te echaba de menos en el blog. Me gusta lo que has dicho del puzzle: he llegado a verlo así mientras te leía. Otro abrazo fuerte.
Tormento, yo no me enamoro. Pero me hacen gracia tus tiempos: quince días, ni uno más ni uno menos… Pero sonreír por recordar está muy bien: creo que es de las mejores sensaciones que existen…
HembraBeta, de nada. El problema es que el tiempo te potencie lo que no quieres potenciar… Que espero que no sea así. O que deje de potenciar del todo.
A lo tuyo.
Pues eso. A veces el cansancio lo mitiga, Arwen...
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