La semana que viene me voy a Barcelona, con una promesa incumplida porque sí he tardado cinco años en volver. En Barcelona está mi más viejo amigo, que no el más antiguo. Le conocí por la red, porque yo a la red nunca le agradeceré lo suficiente algunas cosas, en el mismo tiempo en el que Neno llegó a serlo todo (todas las palabras, todos los libros, todo el cine y todas las ideas) y me dibujó sin haberme visto nunca, con el yin y el yan en un ojo y en el otro una paloma. Guaya, que en realidad se llama Joan, me lleva 38 años, pero yo no lo sabía cuando debatía con él de política y de literatura y de normalización lingüística y de sida y de homosexualidad. Yo lo supe mucho, mucho más tarde.
En Barcelona también está mi amigo más joven. Se llama Pablo y escribe y un día me preguntó por qué escribía yo (porque siempre lo he hecho, cariño: no hay otra razón). Pablo me gusta porque me recuerda a lo que yo fui hace diez años y porque es mucho más valiente de lo que yo lo fui y porque hay textos suyos que me hacen mirar el ordenador con la mirada que yo pongo cuando sé que voy a aprenderme un texto o una cita: cuando algunas palabras van a empezar a formar parte de mí.
A Pablo lo encontré en el mismo lugar que a Marc y a David. Marc siempre ha sido una mano, un corazón muy grande y mucho cerebro. Y David... bueno: estos dos llevan tantos años en tantos sitios (un foro de cine, Facebook, blogs, Flickr...) que a veces sé que me los voy a encontrar en cualquier parte.
Varios años más tarde llegaron los demás. Silvia y sus crónicas, Carlos y su agudeza. Y Miguel, que lleva mucho tiempo resolviéndome problemas, de varios tipos. Y Pertur. Y Emiliano, al que tengo muchas ganas de volver a abrazar. Y Neus, a la que quiero escuchar de nuevo. Y Rubén, Dwaitt, que me acoge en su casa porque desde que nos leímos por vez primera en el Foro de Nueva York caímos rendidos el uno a los pies del otro.
Y un niño pequeño al que no sé si voy a retratar, al fin.
Hay un par de razones por las que voy ahora.
De todos modos, la razón principal es un hombre.
Y no vive en Barcelona.
10 comentaron:
En Barcelona te esperamos, con los brazos abiertos y excursiones y café y charlas y fotografias y lo que haga falta.
Ya tardas :)
Ya mismo estoy allí.
Nos vemos pronto :)
Lo dudo: no sé quién eres... :)
Tengo el perfil manga por hombro... Pablo!
Ya te he leído.
Ay...
Yo sí que no sé quién eres, Losviajesquenohice, pero tu blog me parece maravilloso. Los demás me suelen aburrir. Gracias, muchacha.
Vaya (aquí iría un muñeco de rubor): muchas gracias...
Dentro de nada nos vemos por aquí. Un beso y hasta pronto.
Pero bien prontito que nos vemos y te doy un achuchón, cariño...
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