Cuando no trabajo, no leo los periódicos. Ni siquiera la sección de cultura. Nada, casi nunca. Así que me acabo de enterar por Buby y por Toni, cuando salíamos a hacerle fotos a las luces de Navidad, de que se había muerto Enrique Morente. El mismo señor al que entrevistaron María y Maricarmen para su primer trabajo serio en la Facultad y que fue tan amable y tan atento con ellas. El mismo señor que llegó al Hotel Las Lomas de Mérida y me preguntó dónde era la rueda de prensa y estuvo hablando un rato conmigo, sin saber que yo era periodista y sin que yo hiciera el más mínimo ademán de reconocerlo.
Se fue a tomar un café y luego habló, con Estrella, y con Antonio, del concierto que iban a dar en el teatro romano de Mérida, hace dos años.
Fue la primera y última vez que le oí cantar en directo. Hay pocas voces flamencas que reconozca al punto: la suya y la de Camarón.
Hoy sonaba por las calles de Badajoz, en una atracción para niños.
Qué pena más honda.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 1 día
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