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San Miniato al Monte |
El libro
Arte y arquitectura en Florencia, de Rolf C. Wirtz, que me dejó mi
padre, se ha vuelto imprescindible. Aquí se cuenta que en el año 250 después de
Cristo, san Miniato fue martirizado en Florencia durante el reinado del
emperador Decio. Cuenta la leyenda que, tras ser decapitado, el santo recogió su
propia cabeza y subió hasta la cima de la colina situada al sur del río Arno.
Allí se edificó una capilla sobre su tumba en la Alta Edad Media, en algún año
entre los siglos VII y IX.
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San Miniato de noche |
A principios del siglo XI, se hallaron sus restos y se edifició un monasterio
benedictino, que luego perteneció a los cluniacenses. En el suelo de la iglesia
figura el año 1207 -que yo no fotografío porque esto lo leo después- y suponen
los historiadores que el edificio ya estaba terminado para entonces. San Miniato
y el Baptisterio de San Giovanni son los ejemplos más sobresalientes del
protorenacimiento italiano. Las fachadas de ambos son de mármol blanco y verde
oscuro. La de San Miniato se inició en el año 1075. El águila que hay encima del
templo es el emblema del gremio de Calimala (los mercaderes de tela), que
financió la construcción de la iglesia.
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El águila de Calimala |
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Baptisterio, con el mismo tipo de mármol |
El campanario está inacabado: Baccio d'Agnolo lo construyó en 1518 porque el
anterior se derrumbó en 1499. Durante el sitio de Florencia de 1529, Miguel
Ángel lo hizo rodear de colchonetas para protegerlo de la artillería enemiga.
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El campanario, a la izquierda, y San Miniato, a la derecha |
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Tienda de los monjes |
Luego, el gran duque Cosme I convirtió la iglesia en fortaleza porque desde allí
se divisa toda la ciudad y, durante la epidemia de peste de 1630, San Miniato
funcionó como hospital y luego como asilo para los desamparados. Ahora, los
monjes que lo ocupan son benedictinos y visten de blanco. El techo es de madera,
los capiteles de las columnas son de varias épocas, algunos bizantinos. En el
siglo XIX se restauró el templo y se pintaron escenas en la nave central. El
suelo, que no se puede pisar, es una maravilla.
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Interior de San Miniato |
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Escenas en la nave central del siglo XIX |
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Cementerio de las Puertas Santas |
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