No sé, nunca he sabido, cómo guardarme el miedo. El miedo es el sentimiento más poderoso que existe, escribí una vez: más fuerte que el amor y más que el odio. Porque el amor y el odio te hacen avanzar en alguna dirección, pero el miedo te ata los pies al suelo, como raíces deformes, y no te da opción, ninguna opción, a avanzar o a retroceder.
Hubo un tiempo en que creí posible conjugarlo con palabras. Saberlo desde dentro, hacerlo mío, analizarlo, desgranarlo, destrozarlo, desaparecerlo. Pero el diccionario no me sirve, no me ha servido, para apartar ese sabor seco, la garganta de arena, la inmovilidad, el dolor de los músculos.
Se puede convivir con algo siempre y no volverse loco. Ya lo sé. Una aprende hasta a admitirlo. Lo dice en voz alta, tan tranquila, tan calmada, que parece que no afecta. Segura del todo, enarbolas el miedo, lo llamas, le pones nombre. Lo convocas. Los hombros alerta, los ojos abiertos, la quietud más pura.
Y el asombro.
No sé, nunca he sabido, cómo guardarme el miedo. No hay ninguna causa: sólo aparece. No lo vencen ni las palabras, ni los amores, ni los amigos. Ni siquiera los amigos. Ya no intento enterrarlo, sólo lo observo como quien mira al compañero más fiel que ha tenido nunca. Porque al final es eso y sólo eso.
No te echaré de menos si decides irte.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 5 días
2 comentaron:
En mi opinión el miedo no desaparece. Ni cuando se aborda su constitución, ni cuando se deja de lado. Mucho me temo que tampoco cuando se actúa contra él (o mejor dicho, sobre él), pues siempre será un justificante, la firma administrativa de que, en efecto, uno se asomó al hormiguero porque le daban miedo los bichos.
El miedo intuyo que se transforma. Se desdibuja para aparecer aquí y desaparecer de allí, mientras te exiges cumplir con otras labores indirectas, tangenciales. Como tú dices, un acompañante (que a veces indicará dónde está la importancia de las cosas, y otras sólo será un pesado).
Yo espero que desaparezcan ciertos miedos. No el miedo. Algunos miedos.
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