No estoy acostumbrado a trabajar en eventos de este tipo.
Emilio del Valle dirige y escribe, con Isidro Timón. Y crean o recrean un texto de Sófocles con reminiscencias de Esquilo. Blanca Portillo lo dijo: "Lloré como un bebé". Y yo, que soy una descreída con lágrimas difíciles, asistía escéptica a los monólogos, a la declaración de intenciones del coro, a las palabras de ese Tiresias hablando de José Couso, de las noticias como espectáculo, de apagar la cámara porque lo que no se cuenta no existe y lo que no se nombra no existe y lo que no sale en la tele no existe. Antígona llegaba muy desnuda ya antes de quitarse la ropa. Y nos fue desnudando a todos. Por el amor. Y las lágrimas fueron surcando las caras, calladas, despacito.
Luego llegó la fiesta. Estar con los amigos, abrazar, dar las gracias, bailar con desinhibición, reír mucho, el llanto que se transforma en felicidad y la cabeza que quiere recordar un texto hermoso y publicarlo y releerlo.
Me harían falta mil años para explicar con palabras lo que siento por ti, pero me sobraría un minuto para poder verte otra vez.
4 comentaron:
Qué bien cuentas las cosas, viajera!
Las gotas personales de intimidad perfumando la noticia le dan un carácter propio. Además, escribes muy bien.
Lucas.
Me ha encantado esta entrada. Y la foto también.
Descansa, que te lo has ganado.
Lucas, bienvenido. No sé si te he conocido en alguna red social de las de últimamente o no. Pero bienvenido y muchas gracias por lo que me dices.
Miguel, la foto no es mía. No sé de quién es porque no estaba firmada. O de Jero Morales, o de Brígido o de Cefe López...
Ya ves que sí se pueden hacer fotos en el teatro de Mérida :)
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