La capilla Mayor, que es una bestialidad ante la que podrías morir, se le encargó a Domenico Ghirlandaio en septiembre de 1485. Con contrato y todo: el contrato se conserva. Lo firmó con el banquero Giovanni Tornabuoni. Ghirlandaio contó con la colaboración de su hermano David, de su cuñado (que no era sino el mismísimo Sebastiano Mainardi) y dicen que, probablemente, de Miguel Ángel, que tenía 13 años recién cumplidos. Tardaron cuatro años y Ghirlandaio fue quien menos pintó. Están la muerte y la asunción de la Virgen, la Adoración de los Magos, la Matanza de los Inocentes, la quema de libros, el casamiento de María, la expulsión de San Joaquín del templo (que es un episodio de la Biblia que, curiosamente, desconozco -tengo que volver a leer la Biblia- y hasta el banquete de Herodes, amén de retratos de Tornabuoni y de Francesca Pitti-Tornabuoni. No se puede fotografiar muy bien porque no se puede pasar.
La verdad
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Mi afición enfermiza hacia todo lo tiene que ver con lenguaje, idiomas,
acentos, entonaciones o etimologías me ha servido para darme cuenta de que
cada v...
Hace 1 semana
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