Quería ver las luces de Madrid, la Plaza Mayor repleta, tan repleta que uno
no puede acercarse a los puestos de Navidad. El vaho saliendo de la boca, los
guantes que siempre se olvidan, los vaqueros fríos, el chocolate caliente. Los
pequeños ritos de invierno, del puente de diciembre.
Pensaba que era mi despedida del año. Un poco antes. Pero mi despedida, la guinda redondita al 2011 que se acaba y que no ha sido ni bueno ni malo porque no lo recuerdo porque no lo escribí. Las castañas echando humo (siempre me hacen sonreír, las castañeras: me gusta tiznarme las manos), las luces de diseño sorprendentes. Buscar una obra de teatro, irme al Prado a ver la exposición del Hermitage el sábado por la mañana.
Esconderme en ti. Mirar el mundo contigo un ratito.