Después quedan la culpa y la espera.
Y menos mal que hay calma.
Después quedan la culpa y la espera.
Publicado por Los viajes que no hice en 3/31/2007 10:57:00 p. m.
Etiquetas: Jero
Volví a bailar contigo y cambié un bolígrafo por un mechero. Siempre me traigo algo. El picor en la piel, las risas, los recuerdos y el fuego que uso para encender los cigarros con los que escribo.
Volví a bailar contigo y esto es una isla. Pero en la isla no existe nada más.
Después de la isla, sí.
Dentro, nunca. A no ser los abrazos urgentes, la necesidad de que te escondas en mí (sí, lo sé: es lo más bonito que te han dicho nunca), de ser un refugio o una balsa...
Dentro, me redescubrí. Redescubrí la apertura, la confianza, la entrega.
Vuelvo a repetirlo, porque lo constato. Es genial bailar contigo.
Publicado por Los viajes que no hice en 3/25/2007 09:35:00 p. m.
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