jueves, 6 de julio de 2006

Espejos rotos


Es el lugar más propicio para crear una imagen. Lo que siempre quisiste ser y nunca te atreviste a ser, porque nunca fuiste valiente. La gran mujer luchadora, culta, madura, sexual. Pero no contabas con esto. Con que hay percepciones agudas, a los dos minutos, a los cuatro. Con que a veces se traspasa la irrealidad y se descubre que no eres más que una princesita egoísta. Con que las demás ya sabíamos. Ya habíamos descubierto.
Jode perder, ¿verdad?
A mí me ha gustado ganar.

27 comentaron:

Anónimo dijo...

No sé si es bonito por lo duro que es o simplemente es bello...Te sales

Anónimo dijo...

Ya no sólo es bello lo que escribe, si no que también lo adereza con unas imágenes preciosas...Y nos entras.

Anónimo dijo...

Precioso. De verdad.

Anónimo dijo...

Más que precioso, era rabioso... De hecho Sonia me ha preguntado si era ficción... Pero no: es pura realidad. Ha sido mi manera de desquitarme de un insulto en otro lugar... Lo que ocurre es que creo que ella no lo va a leer nunca.

Anónimo dijo...

Se notaba, se notaba ese gustazo que da la venganza, revancha o como quieras llamarlo. Las 2 últimas frases, demoledoras.

Anónimo dijo...

Era suntzu, que no sé por qué ha salido esto en plan anónimo. Me alegro de que te haya salido bien la cosa , unaexcusa, aunque la prota de tu relato no lo vaya a leer nunca. La satisfacción es la misma... creo.

Anónimo dijo...

Pues sí que es una lástima que la otra no se entere, pero los caminos del Señor son inexcrutables, así que dale tiempo al tiempo.
Y me encanta la mala leche, la rabia y todo,porque se lo merecen, nos merecemos la revancha, ¡qué leches!

Anónimo dijo...

Y lo a gusto que se queda una...

Anónimo dijo...

Me ha gustado eso de "princesita egoísta"... conozco a unas cuantas. Yo no suelo albergar rabia ni sentimientos de venganza, creo que no he recordado querer vengarme de alguien o tener rabia hacia alguien nunca; siempre conservo la calma y tiro de esa frase que dice "el tiempo pone a todo el mundo en su lugar". Tranquila, Sarm, que puede que tú no lo veas, pero la gente siempre acaba pagando, bien con lo que los demás le devuelven por lo que ha hecho mal o bien destruyéndose a sí misma (que no sé qué es peor) ;)

Anónimo dijo...

Creo que va por el camino de destruirse a sí misma...

Anónimo dijo...

Much@s en su ignorancia, ni se saben perdores, nunca aprenderan nada de la lección recibida. El tiempo no siempre hace justicia... ¿tiene alguna importancia?

Anónimo dijo...

No, no la tiene.
Creo que el tiempo sólo comete la injusticia de la infelicidad: es decir, que el tiempo te demuestra que es@s much@s serán infelices.

Que lo son ya.

Un beso dulce.

Anónimo dijo...

Picky, tú mensaje me ha hecho pensar en algo que con frecuencia me jode bastante. Una persona muy cercana a mí hace mucho daño a los demás y es tremendamente egoísta (una princesita, sí); siempre que hablo con los demás de ella me dicen que seguro que ella se da cuenta de lo mal que hace las cosas y ahí es cuando yo me cabreo, porque esa gente verdaderamente no se da cuenta de que hace daño o es una hijaputa, viven en su mundo perfecto y nunca, nunca cederán ni tomarán en cuenta a los demás. Supongo que por eso yo confío en que el tiempo les de su merecido, ya que ellos son incapaces de ver más allá de sus narices. No sé si me he explicado, estoy un poco densa :P

Anónimo dijo...

A mi me parece que el texto puede valer para casi todos nosotros, puede valer para la mayor parte de las personas.

Para los demás siempre somos la imagen que proyectamos, nadie nos conoce. A veces ni nosotros mismos, pero casi siempre tratamos de dar una imagen que nosotros entendemos correcta y casi siempre creemos tener la razón (cómo si eso pudiese ser). Supongo que todos somos egoistas por naturaleza y en mi opinión si se da cuenta la princesita de que hace daño. Supongo que todos dudamos y tenemos momentos de inseguridad. Todos somos humanos e infelices.

Que más dá, aunque el tiempo no lo arregle. Es mejor no esperar, es mejor aceptarse y quererse a uno mismo.

Menudos rollos que tenemos últimamente xDD

Saludos a tod@s ;)

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de verte por aquí, Jorge...

Anónimo dijo...

Va siendo hora de abandonar alguna costumbre que ya no tiene sentido. Ya iré repasando el Archivo, que como todo sea como la última anotación promete ser emocionante ;Þ

Ni príncipes, ni princesas...

Estoy con doodd: no se preocupen, el karma tiende a equilibrarse (aka «AtodocerdolellegasusSanMartín»). No vale la pena que pierdan su valioso tiempo en gente que no es merecedora de tal privilegio.

Me alegro de leerles. Tanto aquí como en sus respectivas casas...

Anónimo dijo...

Me alegra verte.
Y ver que rompes tus reglas.
Y...
Gracias.

Anónimo dijo...

Yo no estoy de acuerdo.

El karma no se equilibra. Creo que muchos solemos (suelen) pensar que se equilibra para sentirse aproximadamente satisfechos con nuestra no actuación en plan Gandhi.

Señores, no somos Gandhi. Las cosas nos joden y... (aquí va una disertación sobre nuestro anhelo más íntimo)... a pesar de lo cual seguimos manteniendo una "moralidad" que no deseamos vulnerar.

Bien.

Cambia de moralidad según con quien trates. No me siento peor por ser más hijoputa con un hijoputa.

Y lo digo en serio.

¡¡Joder, trátame bien!!
Y dime a quién tratas mal.
Eso sí, no me mientas...

Anónimo dijo...

Miénteme...

@jacob: estoy contigo en que cada caso requiere un tratamiento específico. De hecho, hay ocasiones en las que es más productivo y menos cansado comportarse a la Ghandi a la hora de ser hijoputa con un hijoputa. El desprecio estupendo instrumento es.

No sé si la petición final era general, pero me da igual, te contesta: yo suelo tratar mal a aquellos que me quieren.

Anónimo dijo...

Uf! montaraz me parece que eso es algo muy común. A mi también me pasa aunque procure evitarlo.

y Jacob: ¿aún te preocupas en pedir que no te mientan? En mi opinión es algo inútil.

Anónimo dijo...

Yo suelo tratar mal a aquellos que me quieren, dice m0ntaraz...

¿Y a aquellos a quienes quieres?

Hay matices.

Anónimo dijo...

¿No había quotes en Blogger?

@Sarmale: la tendencia a maltratar a cualquiera que me demuestre cariño, con intensidad directamente proporcional al cariño demostrado.

No es consciente, ni premeditado. Llega como llega, y se va cuando me percato del asunto. Al igual que Jorge procuro evitarlo, pero como dijo el escorpión (y mira que me jode admitirlo :roll:), «No puedo evitarlo. Es mi naturaleza».

Salud.

Anónimo dijo...

Pero sigues sin responderme a mi pregunta...

Lo otro lo había entendido.

Pero no sé si maltratas a quien te demuestra cariño precisamente porque te lo demuestra y no quieres que lo haga porque tú no sientes lo mismo y te irrita comprobar que esa persona te quiere... lo que supondría que lo haces para ahuyentar o maltratas también a quienes quieres.

Jacob... Yo no me sentiría mal por portarme como una hijaputa con un hijoputa... O eso creo y eso asumo. El problema es que no soy capaz: no sé si es la conciencia esta, o la vergüenza, o que huyo de los conflictos como de la peste, o imposibilidad de que se me ocurran hijoputeces.

Anónimo dijo...

En «la tendencia a maltratar a cualquiera que me demuestre cariño», falta un verbo y resaltar una palabra.
Creo que queda más claro así: «la tendencia es a maltratar a cualquiera que me demuestre cariño».
«Cualquiera» quiere decir «cualquiera», sin distinciones.

Resumiendo: no es que vaya mordiendo consciente y sistemáticamente las manos que me acarician, sólo es que esas manos en ocasiones me incomodan. Y muchas veces me lo callo o me limito a gruñir; y unas otras pocas veces muerdo.

Pero no estábamos hablando de mí, sino de princesas... ;Þ

Anónimo dijo...

Debo de explicarme muy mal...

Anónimo dijo...

Creo que, si nos acorralan, todos somos capaces de hacer daño. Hace unos meses, me vi haciendo y diciendo unas cosas que JAMÁS hubiese pensado que podría llegar a hacer y decir. Estaba haciendo daño a una persona y lo hacía a propósito. Y lo peor es que no me daba pena, porque si no, la que lo iba a pasar mal, muy mal, era yo.
Nunca lo había hecho y espero no volverlo a hacer.

Pero ahora sé que soy capaz de hacer daño a propósito. Y no me enorgullece, precisamente.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me enorgullece, suntzu (no sé qué dice El Arte de la Guerra de esto). De hecho, intento neutralizarlo. Pero mi carácter primario en ocasiones puede más.
Aunque hace siglos y siglos que no me ocurre nada así (creo que desde tiempos de la Facultad).