viernes, 13 de junio de 2008

Qué





















Tú estás ahí, humillada y desangrándote, y siempre hay alguien dispuesto a darte la puntilla. Da igual cómo: con la indiferencia, suponiendo lo que tú quieres oír (nunca te conocen tanto como para eso), o afirmando que las curas de humildad son maravillosas (salvo cuando se las propinan a ellos, que entonces duelen). Ni la presunción de inocencia, ni la confianza en lo que ves, o en lo que eres, o en lo que haces: nada de eso vale.


Yo me pregunto qué queda, entonces. Qué somos. Qué hay.

5 comentaron:

Luc, Tupp and Cool dijo...

Sí. Tú tienes que saberlo. Tienes que confiar en lo que eres y en lo que vales. No te fíes de lo que digan los demás (me refiero a esos "demás", que tienen sus propios intereses cuando fingen juzgarte "objetivamente").

Entre la fatuidad y el sentirse como una alpargata, hay un espacio inmenso para la confianza en la la propia valía: Ahí es donde hay que estar.

Siento el palo. Y también sé que las palabras no ayudan. Y que lo estarás pasando fatal.

Sólo podemos mandarte ánimos. Yo te los mando.

Los viajes que no hice dijo...

Ya te dije que el texto no hablaba de mí (que soy lo que tengo más a mano), pero lo que dices sí que me lo aplico y me lo guardo. Un beso, guapa.

(La verdad es que yo estallo dos días y luego se me pasa: creo que ya estoy mejor, si no ocurre nada más que me vuelva a bajar a los infiernos y haga que se me acabe el mundo, etc. etc. Sí, soy muy tremenda).

Isabel Sira dijo...

Bueno, mientras seas tremenda y se te pase tan rápido... A mí me dura un poco más... Llamé a quien tú sabes, ya te contaré. No sé si ponerme a reír o qué. Pero, sinceramente, y aunque parezca mentira, me sentó bien. A ver si te pillo y te cuento.

Regina dijo...

¿Realmente? No queda una mierda. En la vida de cada uno sólo hay dos o tres personas que merecen la pena. Cada cual elige quiénes (o lo eligen...).

:)

Los viajes que no hice dijo...

Arwen, los procesos son largos. Espero que encuentres el camino entre la niebla y esas cosas.

Random, encontrar a gente leal es complicado. Pero haberlos haylos. O por lo menos, lo que yo digo: No me quieras, pero no me jodas.