viernes, 27 de junio de 2008

25 de junio

Cumplo 32 y las últimas horas de mis 31 me las paso escribiendo, hablando de periodismo y de política, con agujetas de un gimnasio al que no iba desde hacía más de un mes y con la mente en blanco porque no sé qué decir, aunque empuñe la pluma de todos modos.


Cumplo 32 y no puedo ver el futuro. Me ha pasado siempre: conozco a quien proyecta a largo plazo y me admiran, porque yo nunca he sido capaz. No me creo el cuento de que uno es capaz de elegir su propia vida y, si fuera cierto, daría exactamente igual porque siempre me equivoco en las decisiones importantes. Más bien, pienso que los hechos -llamemos hechos al mercado laboral y a ése no me queda más remedio que aceptarlo- te van llevando de un lado a otro. Ha habido de todo todos estos años, pero incluso aunque el mundo se derrumbara (y se derrumbó muchas veces: a los 13, a los 16, a los 19, a los 25...) siempre hubo un refugio. Ahora estoy mejor que nunca, digo, pero sé que no es cierto, porque he sido muy feliz. Y me he dado cuenta de que era feliz en el mismo momento y no dos años más tarde, lo cual supongo que es un triunfo o, cuando menos, que demuestra cierta clase de consciencia.

Llego con ideas y sin planes, para que nada los tuerza en el último momento. Llego con la convicción de la soledad, que por primera vez no me parece tan terrible, y con un montón de destinos por descubrir. Y llego como siempre: un tanto irónica, presta para la risa, perdida y con la curiosidad intacta.

No es mal equipaje, para viajar.

16 comentaron:

Isabel Sira dijo...

No,no lo es. Y tienes razón, uno no es capaz de elegir su propia vida, porque era de las que proyectaba a largo plazo y el futuro convertido en hoy siempre me rompió los esquemas...
Un beso, las felicidades ya te las dije...

JC dijo...

Felicidades aunque sea con retraso!

algunas (muchas) cosas no se pueden planear, así que tampoco hay que darle muchas vueltas al asunto.

Es más bien cuestión de pillar los trenes que pasan en el momento justo.

Regina dijo...

Pues me parece cojonudo. ¡Ah! Creo que nadie planea su propia vida porque, además de ser repipi, es imposible.

Si te sirve de algo, yo también voy tirando a golpes.

Felicitarte no te felicito que ya te felicité.

Javier Álvarez Amaro dijo...

Un año más, un año menos. Una fecha marcada en el calendario que la costumbre nos ha enseñado a celebrar. Porque, a pesar de todo, seguimos aquí. Pese a que a menudo apetece salir corriendo. Pese a que a veces uno siente que su lugar está muy lejos. Un año más, un año menos. Sigues aquí. Felicidades

Adúlter dijo...

Felicidades, Excusas...

Estás en la edad perfecta y en el lugar perfecto, piénsalo. :)

beso.

Adela dijo...

Durante una época, una psicóloga se empeñaba en que proyectara a medio-largo plazo, porque lo creía necesario... Nunca lo consiguió, porque nunca quise. Ni quiero hacerlo. De hecho, con todos mis respetos para quien tienen la agenda llena hasta el 2009... soy una enamorada del "sobre la marcha".

El día de mi cumpleaños, y del tuyo, encendí la radio -pensando que la canción que saliera me aportaría un mensaje- y apareció Julieta Venegas. El título: "El presente es lo único que tengo".

No pudo gustarme más.

Se hace camino al andar...

Los viajes que no hice dijo...

Arwen, cierto: el futuro acaba por romperte los esquemas…

Juan Carlos, muchas gracias. Procuraré estar en la estación cuando corresponda.

Random, ¿repipi? Cuánto tiempo hace que no oía esa palabra. Al final, todos tiramos a golpes. Bueno, habrá quien no lo haga: pero será porque no piensa.

Javier, sigo aquí. Sigues aquí. Seguimos aquí. Lo celebramos la semana que viene. Juntos.

Adúlter, lo siento así.

Adela, yo tampoco soy capaz. A mí también me gusta mi hodiernismo “sobre la marcha”… El presente es lo único que tengo. Me la apunto.

Regina dijo...

Será que me estoy pasando de moda... :P

:)

Los viajes que no hice dijo...

Será. Es lo que tienen las que ven pelis de los años 30 :P

Regina dijo...

Jajajaja, Dios, qué golpe más bajo...

xDDD

Eso sí, el remoto día en que tenga una negligé, sabré ponérmela y lucirla de la muerte.

Los viajes que no hice dijo...

Ole.

¿Qué es una negligé? Voy a buscarlo...

Regina dijo...

jijijijij. Es que no ves pelis de los años 30 (aquí es cuando te saco la lengua).

Antes de que encuentres referencias erotico-modernas, te diré que una negligé es la prenda de vestir que toda dama de la alta sociedad de principios de siglo (XX) se ponía para "pasar la mañana" en casa o en tiempos de ocio dentro del hogar. Solían ser muy sofisticadas y caras, hechas con bordados y gasas, muchas de ellas incluso con plumas, siendo algo a caballo entre una bata y un vestido elegante para casa.

¿Ha valido? :)

Isabel Sira dijo...

Sí, ha valido. Quiero una negligé ¡YA!

Los viajes que no hice dijo...

Random, pues busqué fotos y fue un poco pornográfico... Tu explicación me gusta más.

Arwen, yo también la quiero. Y una boa de marabú alrededor de mi cuello mientras canto jazz en un burdel...

Regina dijo...

Yo no sería yo sin mis referencias cinematográficas, así que...

En Ninotchka, cuando ella vuelve a Rusia tras haber conocido París, su compañera de cuarto Anna le pide que le cuente cómo es "ese otro mundo".

- Al levantarse se pone una negligé. Y más tarde un traje de mañana.
- ¡De modo que se lleva un vestido diferente en las distintas horas del día!


¿Has visto Ninotchka? Aquí, sondeando...

Los viajes que no hice dijo...

Sí, he visto Ninotchka, en versión original, la Garbo, blanco y negro, magnífica. Me encantó.

Si encontrara una negliglé, te la regalaba...