Esta mañana he estado repasando: no he ido a ningún museo, salvo al ICP; no he subido al Empire ni al TOR, no he comido en Bubba Gump y todavía no he visto Central Park (a pesar de que ahora lo tengo enfrente) ni he cruzado el puente de Brooklyn. Pero me he emborrachado un día entre semana con vino argentino, he aprendido a querer a un perro en diez minutos y a fijarme en qué establecimientos los permiten, he visto el Hudson Valley, me he tomado algo en (casi) todas las tabernas históricas de la ciudad, he pasado horas en la Strand asombrada y babeando, he tenido algunos encuentros emocionantes y memorables y estoy siendo muy feliz.
Los museos no se van a ir nunca del sitio. Es curioso cómo lo que te parece imprescindible de la ciudad cambia del todo a medida que comienzas a pisarla.
Yo aquí sólo quiero estar en la calle.
9 de septiembre.
La foto es de la casa de Elia Kazan (una de sus casas).
2 comentaron:
Me están encantando las publicaciones de tu diario de viajes de Nueva York.
Tengo que volver a ir a Nueva York (eso ya lo sabía antes de leer tu diario de viajes), pero tengo que volver a ir en un viaje tranquilo, sin prisas, para patearme la ciudad y saborearla como has hecho tú.
Un beso
Cada día que pasa la echo más de menos. Jamás pensé que me fuera a resultar tan duro irme y que tuviera tantas ganas de volver.
Porque el caso es que sé que será volver a casa.
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