domingo, 21 de noviembre de 2010

Feliz no cumpleaños





Como en el Candle Cafe. Un indian plate. Es un vegetariano que está al lado de J.G. Melon, también recomendadísimo por sus hamburguesas (pero no voy a comer hamburguesa otra vez). Aquí también las sirven, pero son de seitán. Todo ecológico y de productores locales, que es algo que se potencia mucho en Nueva York: luego te dan vasos de papel en todas partes y, por mucho que sean de de papel reciclado, la tapa es de plástico y hay que ver la cantidad de basura que se genera).




Alice's Tea Cup, decorado con alas de mariposa y con dibujos de Alicia en el País de las Maravillas, es un sitio encantador que, además, huele maravillosamente bien. He pedido un Birthday and Unbirthday Tea (feliz no cumpleaños, me digo) y un carrot cupcake, por aquello del conejo. Antes, he estado dando una vuelta por este barrio de gente rica, lleno de rubias con perlas y faldas tableadas, señores encorbatados, porteros en todos los edificios (mansiones, más bien), limusinas y puertas para el servicio, subterráneas, porque no está bien mezclarse con la chusma, ya saben, como en la casa de Joseph Pulitzer.

El cupcake está impresionante. Y encima me acaban de traer otro postre gratis, un camarero guapísimo (que habla español porque su abuela es puertorriqueña): un pastel caliente de calabaza, con nata y frambuesa. El barrio será muy pijo, pero por este lugar ya merece la pena.





No he visitado los museos, pero sí algunas de sus tiendas. En el Museo de la Ciudad he comprado otro libro, la guía que editó el New York Times sobre los lugares donde se han rodado películas. Hoy me he encontrado con el rodaje de una, White Collar, creo: en Jersey hay otro. No sé quién actúa ni me he detenido: soy muy poco mitómana. En Toronto hubiera podido ver a mi mito sexual más mito y más sexual (a dos de ellos, además: George Clooney y Willem Dafoe, aunque me refería a Dafoe y no a Clooney con lo del mito sexual) y me los perdí porque, cuando veo cámaras de televisión, huyo y huyo. Aunque de eso sí que me arrepiento, así que espero que no esté rodando aquí y enterarme días más tarde.

Me queda una semana. 

Qué rápido se pasa el tiempo en este lugar y qué poco cunden las horas. Yo ya lo sabía antes de venir: esta ciudad no se agota nunca.
9 de septiembre.