Azul. Transparente y azul. Lo uso casi todas las noches, en libretas con las hojas cortadas, en cuadernos nuevos de pasta dura, en papel reciclado. Las primeras palabras siempre definen lo que vendrá a continuación, porque escribir es una terapia. Una terapia que a veces funciona, cuando consigues verte desde fuera, cuando consigues analizar lo que eres o lo que las letras muestran de ti. En silencio, siempre. Con tabaco, bebida (una infusión, ahora, o agua) y mil ideas o ninguna. Escribo a mano y luego tecleo y, mientras tecleo, corrijo algo: casi nunca, porque a veces las teclas llevan a otros caminos.
A otros viajes que no hice.
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Es curioso lo de BIC... la de cosas que se habrán escrito con esa marca... desde simples comandas mal garabateadas en un restaurante hasta buenas obras de la literatura (que seguro que las hay escritas con ese boli). Desde mi época de estudiante siempre he usado de ésos, hasta que hace unos años me regalaron un bolígrafo Parker.
¡Qué recuerdos! Para mí es inconcebible no llevar uno siempre en el bolso. Tengo otro debajo de la almohada, porque es cuando estoy a punto de dormirme cuando se me ocurren más cosas.
Larga vida a este blog.
Y a mí que los bic como que no... Los uso ahora en el curro, pero porque me los roban todos y paso de usar alguno de los míos... Siempre fui de bolis especiales, aunque costasen dos dudos, pero siempre regalados por quienes saben que adoro las cosas de papelería... Y durante años usé plumas...
No. Yo tampoco soy de bic, aunque es un diseño impresionante. Lo ves ahí, parece una cosa de cajón, pero lleva décadas funcionando.
No me gusta demasiado cómo corre la tinta, porque hay que apretar mucho y me parece como si las letras se quedaran prendidas en la hoja. Prefiero una buena pluma. Si no, un rotulador. Ahora mismo, cerca de mi mano, hay uno de esos bolígrafos de tintas de gel, un pilot G-02 07. El calibre 07 me gusta para los lápiceros de mina. Pero este boli (híbrido de rotulador-boli, más bien), para ciertas cosas, funciona estupendamente. Consigo bastante velocidad y me gusta la claridad de la letra y el aspecto de lo que escribo.
Yo también soy una forofa de la papelería.
El boli bic es lo mejor que hay. De hecho me regaló mi padre una Montblanc que se ha quedado como recuerdo; que por cierto tiene mucho, porque sólo se ha usado dos veces, una para que mis padres firmaran el día de su bosa y otra para escribir yo mis poemas.
Juanma, cierto: la tinta suave que se desliza, la rapidez con la que se escribe con un BIC (y lo mal a veces con un Inoxcrom) y la cantidad de cosas que se habrán escrito gracias a esa marca: Bic Naranja escribe fino, Bic Cristal escribe normal... Una de las canciones de nuestra infancia.
Suntzu, yo me he acostumbrado a llevar uno de bolsillo en el bolso. Lo de la almohada aún no. Gracias: espero que tenga larga vida y que no deba irme por patas otra vez.
Arwen, yo también usé plumas durante años. Tengo que estrenar una aún (cuando me vaya a vivir sola), que me regaló M. hace dos o tres Reyes Magos.
Tupp, es verdad eso: que el Bic es cotidiano. Pero yo nunca he tenido que apretar mucho para escribir con un Bic. Pero a mí no me gustan los rotuladores ni los de tintas de gel: termino emborronando las cuartillas y manchándome las manos. Y no escribo nunca con lápiz porque me da dentera.
Najarro, el Bic es lo mejor que hay (parece que me llevo comisión en alguna papelería), pero si me regalaran una Montblanc me plantearía ponerle los cuernos...
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