Que no la tocáramos ya más, que así es la rosa, y la poesía pura, y la ortografía a su antojo, y las músicas de otros que traducía y Zenobia y un burro peludo y suave y Rabindranath Tagore, siempre Tagore, y el otoño que se lleva al infinito el pensamiento y la tarde como un sueño de colores y que quién pudiera hacer que el sueño fuese la vida y este poema, que me aprendí hace ya ni sé cuánto tiempo, el del tipo de la personalidad rara, y otro que hablaba de la noche y que ya olvidé pero para el que le pinté un cuadro mentalmente. Se llamó Juan Ramón Jiménez, murió hace cincuenta años y ni dios se ha acordado de él.
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostáljico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostáljico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
Imagen de *L*u*z*a*
12 comentaron:
A mí me enseñaron a odiarlo en la niñez y la adolescencia. Por eso no he querido acordarme de él. No pasa nada, seguro que se me pasa.
Al fin he podido descargarme la entrevista a Luppi. Como ya te han dicho, no te esperaba con esa voz.
Es cierto que en las biografías "oficiales" de Juan Ramón hay siempre un halo antipático, que mueve poco a la lectura. Aparece como un hombre muy pagado de sí mismo, suspicaz, displicente...
Por eso me sorprendió lo que contaban hace poco en "El País" (os dejo el enlace del artículo). Era lo que menos podía esperarme del ser huraño que describen las biografías oficiales... ¡Un don Juan! Así que empecé a sentir cierta curiosidad por el autor, y un día de estos (o un mes de estos) me acercaré a una biblioteca a buscar parte de su obra.
En cuanto a su ortografía particular... Confieso que, cuando estudiaba literatura en el bachiller, ese "capricho" de Juan Ramón me lo hacía más antipático aún. Ahora me es absolutamente indiferente.
Y me resulta curiosa la tolerancia que los "entendidos del idioma" -no yo,que soy de ciencias, como algunos saben- tienen cuando hablan de esa "originalidad" de Juan Ramón, con una media sonrisa de suficiencia algo adulona respecto al premio nóbel. Me pregunto si los aquiescentes no serán esos mismos que se tiran a la yugular de las mujeres que pedimos que algunas profesiones (no todas las palabras ni todos los adjetivos del idioma, por dios) empiecen a tener el equivalente femenino, porque no queremos seguir confusas e indistintas en el maremágnum de lo masculino-plural universal.
Que sí, que ya lo sé, que probablemente una cosa sea a la otra como el tocino es a la velocidad, y que doctores tiene la Iglesia y que ya sabrán ellos porqué es plausible una cosa, y la otra no. En ese asunto, sólo cabe confiar en los estudiosos y esperar a que resuelvan. Antes o después, lo harán: Al fin y al cabo, las mujeres vivieron sin alma durante gran parte de la historia de la Humanidad, hasta que en el Concilio de Nicea del año 585 los sabios dictaminaron que no eran tan animalescas como aparentaban. Por eso digo que hay que confiar y no precipitarse: Dios proveerá (y P. Reverte es su profeta). :P
Era un excurso, porque no quería hablar de Zenobia.
:)
(Espero que todo haya ido bien para ti esta mañana, Viajera-Soul. Un beso)
Estabas tú para acordarte. Ya sabes que la poesía no es lo mío (porque no me pongo, porque luego me encanta todo lo que vais publicando en vuestros blogs), pero da gusto que os acordéis. Besos niña.
Lo que más me emocionó de niña fue la muerte de Platero, porque en Salamanca mi bisabuelo tenía un burro blanco como él y me recordaba a esos tiempos en los que dejaba el norte para sumergirme en una Castilla anclada en el pasado. Del autor sé bien poco, del resto de su obra menos, pero del burro, todo.
En mi pueblo sí que se han acordado. Las bibliotecas de aquí han repartido gratuitamente libros suyos, una edición especial conmemorativa, preparada por la Junta de Andalucía, que se llama : "Conciencia sucesiva de lo hermoso : ANTOLOJÍA".
Un besote!
Pues este poema era el que yo me bía de memria y se me ha ido olvidando, asique: gracias por traérmelo.
Un abrazo.
Muerta Zenobia, muerto yo, dicen que dijo ante su tumba.
Es uno de mis imprescindibles. Besos.
(qué es eso del video de la entrevista de Luppi, me he perdido..dónde?)
Gracias por este momento
"La muerte es el reposo,
del día de la vida;
para que despertemos descansados
en el día total del infinito."
Dejémosle descansar, que está cogiendo fuerzas... :)
Un beso desde Munich.
Paupablo, no sé quién te hizo odiarlo, supongo que algún profesor penoso, pero es una pena. Dale otra oportunidad. Y con respecto a lo de Federico Luppi... ¿qué clase de imagen doy, dios?
Tupp, pues quizá tu reflexión sí venga a cuento... Lo que me ha hecho gracia ha sido lo de "plausible". La dije el otro día, yo, que me jacto de hablar a la pata la llana, y dos amigas mías me llamaron redicha. Ahora te la leo escrita y pienso: "¿Veis cómo no es tan raro?". Eso sí: el cachondeíto de plausible lo vamos a tener ya hasta que nos muramos...
Arwen, creo recordar que la poesía sí era lo tuyo...
Kupe, casi te he visto montada en el burrito...
Juanma, pues me alegra lo de tu pueblo, porque en el mío nadie...
Glauka, me alegro de recuperarte la memoria. Besos.
Princesa, no es un vídeo, es una entrevista: si pones "Entrevista Federico Luppi" en el eMule te la podrás descargar. Creo que aún anda por ahí, en el ordenador de algunos...
Ricardo, de nada...
Paula, bienvenida siempre, muniquesa. Eso sí: sigo queriendo tus palabras...
¡Ay quién pudiera hacer que el sueño fuese
la vida!, ¡Que esta vida fría y vana
que me anega de sombra, fuera ese
sueño que desbarata mi mañana!
Eso dijo... y se quedó tan "agustito". Y sin una sola jota que me confunda.
Me haces sonreír cada vez que te leo.
Lo de "sin una sola jota que me confunda", impagable.
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