Le brillan los ojos cuando habla de teatro; se le anegan y se le rompen cuando habla de la Biblioteca de Bagdad, de la destrucción de la Biblioteca de Bagdad y sonríe todo el rato, se apasiona, enlaza (como yo) un tema tras otro: política, teatro isabelino, Irak, Nicaragua, Tokyo, Babilonia... Me recuerda a Ernesto Cardenal, me recomienda a Howard Zinn (y lo apunto para que no se me olvide) y volamos...
No me gustan las entrevistas. No me gusta hacer entrevistas. Empalmo un cigarro tras otro antes, porque queda mal fumar durante, me pueden los nervios y siempre tengo la impresión de que a ellos les apetece tanto como a mí.
Pero, a veces, lo mejor viene después. Cuando se para la grabadora. Cuando la persona a la que entrevistas te mira, te reconoce y os ponéis a hablar. De política, de teatro isabelino, de Irak, de Nicaragua, de Tokyo, de Babilonia... De Ernesto Cardenal, Rilke, John Ford, Dreyer, Bergman, Tennyson, Ibsen, Shakespeare, Chéjov, Petras, Chomsky, Sontag, Lope de Vega... Cuando Jaime Losada, que es su compañero (con quien comparte el pan) saca un tebeo de Julio Cortázar, al final de la charla, y me lo enseña y yo lo cojo con los ojos brillantes, como quien toca un incunable y seguimos hablando de poesía, de literatura, de clásicos, de anécdotas, de la Universidad, de lo impresentables que son algunos que ocupan según qué cargos, de pasiones, de que el teatro dice, de que ciertos textos te cambian la vida, de las vocaciones, la provocación, lo importante que es encontrar un modo de comunicarte... Cuando apoyo la barbilla en la mano, que es la mejor manera de decir que me estoy enamorando de esa mujer... Cuando nos miramos a los ojos, y nos interrumpimos, y nos quitamos la palabra de la boca y ella mira al chico de prensa y le pregunta: "¿Nos tenemos que ir?" y él niega y ella, y su compañero, siguen hablando conmigo en el mismo punto donde lo habían dejado antes y al final, cuando sí se tienen que ir, le digo que ha sido un placer y me mira: "No, no: el placer ha sido mío. Y ni siquiera te he invitado a un café...".
Y entonces recuerdo: la excusa para esta charla ha sido una entrevista.
(La imagen es de El País)
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 5 días
2 comentaron:
lo sabía.... que tú no haces entrevistas, que tú entablas conversaciones....
Qué suerte tienes, amiga mía! Y tiene razón palmiralis.
Y espero que hagas muchas más entrevistas así.
Y que me imaginaba que esta mujer ocultaba mucho.
Y que me tienes que contar con más detenimiento y dejarme oír su entrevista, aunque sea lo más pobre de vuestra charla.
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