Le lleva el órgano a los integrantes de la Capilla Real de Madrid y se quedó en la mesa más lejana, donde yo estaba sola, para mantener una conversación conmigo, porque me observó hablar con otros dos y pensó: "vaya: ¿y esta tía?". Es de San Sebastián, querría cultivar cerezos del Jerte pero allí arriba no existen la tierra ni el clima.
Ese día hacía mucho frío. El verano se volvió loco, pero cantaron, y tocaron, maravillosamente. Aunque tuvieran que reafinar los instrumentos una y otra vez ("que son viejitos"). Pero lo mejor fue el encuentro fugaz, porque hacía mucho que no hablaba tanto tiempo con un desconocido sin sentirme incómoda y sin quedarme sin palabras y sin pensarme extraña o tímida.
Luego me contó que se había quedado por eso. Porque me oyó hablar. Y, cuando se despidió me dijo: "eres muy amena y muy divertida".
Qué bien sienta creerse ciertas cosas...
Fotografía: Jorge Armestar.
Riadas y catástrofes
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Cruzo el Guadiana casi todos los días y desde hace algún tiempo apenas
corre el agua en su tramo urbano de Badajoz. No es la primera vez que vemos
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Hace 6 días



2 comentaron:
Sobre todo si son verdad.
Eso digo yo. A veces viene bien vernos con los ojos de los demás.
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