X me cuenta que ha aprendido muchas cosas que quizá pueda aplicar cuando se vaya de vuelta a su país, porque allí los niños desayunan lo mismo todos los días. Hoy, en Legal Grounds, me preparan un bagel en dos: una parte con pavo, otra con salmón, y un café americano -no, no, que el café americano está asqueroso, le digo. Aquí no, me responden- que estoy saboreando (tenían razón) mientras escribo. Aunque me levante a las seis y media de la mañana, nunca salgo de Legal Grounds antes de las ocho y media o las nueve: estar en su jardín, mirar las flores y la parra, la hiedra trepando por las paredes, el cigarrito... se está transformando en el mejor momento del día. En el más plácido. Abrir la Moleskine grande con los sitios de interés, sacar la Moleskine pequeña para hacer crucecitas en el mapa, decidir a dónde voy mientras escucho a los pájaros y saludo a la ardilla que viene a verme todas las mañanas y que hoy, por cierto, ha faltado a la cita.
Creo que mis pies reclaman hoy un museo fotográfico.
2 de septiembre.
2 comentaron:
Uhmmmmm, echo de menos esos bagels con todo tipo de relleno...
Por cierto gracias por ponerme en tu blogroll, es un honor.
No, no, el honor es mío... :)
Yo también echo de menos los bagels...
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