Cuando llego a casa, Robert me está esperando. Hay dos Roberts, el de por la noche, con su camiseta y sus vaqueros, y el Robert del trabajo, traje, camisa y corbata. Está muy guapo, de las dos maneras. No sólo porque lo sea, que lo es, sino porque también es tan dulce, tan tierno y tan encantador que parece más guapo cada día. El domingo no me quedo en Nueva York: tenemos programada una excursión a Cold Spring, "un pueblo precioso, con sus casitas... típico americano".
Todo esto lo escribo en el Legal Grounds: creo que ya lo he dicho, pero estar en su jardín -hoy tampoco ha venido mi ardilla- es uno de los mejores momentos del día. Sin embargo, ya va siendo hora de ponerse en marcha: hoy toca Governor's Island y el Historic Richmond Town, si lo encuentro...
3 de septiembre.
Las profesoras
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Hace un par de años escuché por primera vez que los adolescentes varones
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Hace 1 semana



2 comentaron:
Este blog pronto tendrá que cambiar de nombre :)
Siempre habrá viajes que no haya hecho...
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