jueves, 22 de octubre de 2009

Mapa y territorio

Dicen que, para aprender a hacer fotos, o para hacer fotos buenas en los viajes, debes mirar muchas fotos de otra gente que haya estado en los mismos lugares. Yo no sé cuándo te vi por primera vez: en qué imagen, en qué programa de televisión, en qué enciclopedia. No fue, desde luego, cuando te encontraba en casi cada esquina, erguida, discreta, para recordarme que de veras estaba caminando por las calles de Toronto. Todo era nuevo. Las calles estaban llenas de gente, yo las miraba desde el primer piso de un autobús y me asombré, nuevamente, de que la ciudad existiera antes de que yo pudiera verla. Antes de que me hubiera dado cuenta de que podía imaginármela. Pero estabas tú, que eres un símbolo, aunque no vayas a saberlo nunca. Y quise verte de cerca y anduve muchas horas hasta el puerto y subí muchas escaleras para sentir vértigo al mirarte desde abajo.



Me gustaste. Pero ya te conocía.

Lo he descubierto en este viaje, transitando por esos sitios que sólo salen en las guías locales y que están llenos de sorpresas. Hace tiempo, unos amigos se fueron de viaje a Nueva York y le enseñaron las fotos a mi hermano Nacho: les fue diciendo el nombre de cada calle. Por las películas. Así conozco yo París. Y Roma. Y Praga. Por las imágenes de otros. Por lo que otros vieron antes que yo, que no lo he visto.

Lo descubrí también en Québec. Prefiero tomar fotografías de apuntar y disparar y asombrarme cuando veo las cosas por primera vez. Prefiero el asombro de no sentir que estoy en un sitio por el que pasé antes, sin verlo. De que las calles y las plazas comienzan a existir cuando yo las transito y nunca antes. Lo prefiero, realmente, para no tener más esta sensación de que sigo andando por el mapa y no por el territorio.

4 comentaron:

migrante dijo...

Me gustó mucho la idea de andar por el territorio, y le agregaría que es muy reconfortante descubrir que en ese andar se puede mirar sintiendo.
Bso.

Luc, Tupp and Cool dijo...

Yo soy más bien de mirar lo imprescindible antes de ir a un sitio. Y, si ya sé muchas cosas, prefiero no tenerlas demasiado presentes, para no perderme esa sensación de descubrimiento que siempre tienen los viajes. A veces, cuando más leo sobre un sitio es precisamente cuando he vuelto.

Eso no quita el placer de descubrir en los lugares retazos de tantas cosas que imaginé o pensé alguna vez, al hilo de un libro, de un cuadro, de una película, de una música o por cualquier otra cosa...

También me gusta olvidar las cosas que he visto (o que he leído, o que he sabido), por el mero de placer de poder encontrármelas de nuevo.

En cuanto a fotografiar las ciudades, no estoy muy segura. Yo pienso que se fotografían bien si se dan alguna (o varias o todas) de estas condiciones: por casualidad, porque la conoces muy bien o porque más que fotografiar la ciudad estás fotografiando algo que llevas tú ya dentro.

Estoy viendo poco a poco tus fotos de Canadá y viajando un poco a través de ella. Para cuando yo vaya, ya lo habré semi olvidado y será como ir de nuevas.:)

Manuel Barranco dijo...

Lo propio sería abrir otro blog de viajes sí realizados.
Bonita foto.

Los viajes que no hice dijo...

Migrante, es una imagen que me dio mi hermano: lo de andar por el mapa y no por el territorio y que deberíamos andar por el territorio: sintiendo, sí. Tienes razón.

Tupp, eso quiero hacer yo: mirar poco antes y mirar mucho después, aunque haga pocas fotos o no sean buenas porque no pueda adoptar un punto de vista diferente. En fin. Y ve a Canadá, sí: es maravilloso...

Manolo, es que no me da para mantener tantos... Gracias por lo de "bonita foto". A lo mejor es muy típica, pero es de las pocas que se salvan de las muchas que le hice a la CN Tower...