En el principio era el Verbo, y esa frase nos sirvió para un cuarto de hora de charla: el verbo, la palabra, el logos, la filosofía japonesa, El Evangelio según Jesucristo y El Paraíso perdido, Saramago, Milton, Shakespeare siempre, un Trivial, Lope de Vega, Alejandro Casona.
En el principio era el Verbo y en mi casa siempre se comienza, y se termina, hablando de Literatura...
Creo que nunca lo agradeceré bastante. Crecí esperando un constipado porque eso significaba cómics de los Vengadores, la Patrulla X, Spiderman. Con estanterías llenas de libros en los que aprendía a deletrear nombres: Somerset Maugham, Steinbeck, Rilke, Papini, Williams, Conrad, Zweig, Twain, Stevenson, Kipling, du Maurier, Goethe, Mann. Con señoras gordas haciendo gorgoritos y Alfredo Kraus a todas horas. Desde entonces, cuando llego a una casa extraña, me detengo en las estanterías: junto con la manera de escribir de alguien, es lo que me da una idea más fiel sobre quién es. Si no hay libros, o si hay pocos, me sube un sabor de bilis a la garganta.
Ahora me esperan muchos, pero sólo me dedico a ver teatro. Y a sufrirlo.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 5 días
6 comentaron:
Por eso lo de los "lados sugerentes". Miramos las estanterías de los otros, sí. El otro día, con pintores (de brocha gorda) en casa, lo de siempre. ¡Cuánto libro! ¿Usted es maestro, no?
Envidiable la familia, los gorgoritos y los libros.
Tiene sus cosas, como todas las familias. Mi madre no estudió ninguna carrera universitaria, pero se pasea como un alma en pena por la casa si no tiene nada que leer y me enseñó prioridades (ejemplo: la última vez que fuimos a comprar ropa juntas, nos pasamos primero por una librería, porque qué es esto de gastarse tanto dinero en ropa y no comprar libros. Y, después de llevarnos siete, me miró aliviada y me dijo: "Venga, ya podemos mirar pantalones sin que me entre cargo de conciencia"). En mi casa se lee por cosas como ésa, por imitación, y porque la televisión casi nunca está encendida...
Me alegra verle por aquí...
Yi sí la enciendo, pero con el dvd de acompañamiento, jajaja.
Hombre descansar viendo la tele o comprarte los pantolones de tu vida tampoco está mal eh?
¿Nacho hermano mayor? Qué gusto...
Najarro, no está mal... Pero son costumbres: después del telediario, se apaga la tele (si quieres ver algo, te aguantas: tiene sus desventajas). Se enciende por la noche. Y como mi madre se duerme la siesta en el salón, no se puede hacer ruido. Resultado: se lee.
Pues que sepas que apenas tengo libros. Los saco de las bibliotecas, que es mucho más útil si tienes la media de mudanzas que llevo yo (que no es mucha, pero que es un coñazo si tu coche es un fiat punto y casi nadie te ayuda a cargar con los libros). ;P
Pues yo no sé porque leo, porque en mi casa se lee, pero se ve la tele mogollón. Supongo que leo por lo mismo que hago casi todo: huir, descubrir nuevos mundos, ser otra yo (y que conste que ahora mismo estoy agustísimo siendo la yo que soy, quizás por eso apenas leo...)
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