domingo, 18 de enero de 2009

Asociación Anemia Falciforme Namhlanje

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Los que se pasean por aquí a menudo y los que se toman café conmigo de vez en cuando saben que soy vicepresidenta de una ONG (no había nadie más cerca). Está recién creada. Se llama Asociación contra la Anemia Falciforme Namhlanje. Hemos escogido la palabra "Namhlanje" porque, en zulú, significa "hoy" y a nosotros nos gusta mucho el "hoy", que mañana Dios dirá.

No tenemos logo aún (¡Ángeeeel!). Lo que sí tenemos es un blog y muchas ganas de trabajar. En el blog aparece nuestra dirección física y pronto aparecerán también las maneras de colaborar, como voluntario (ahora se les llama cooperantes), como socio o realizando una aportación puntual para alguno de nuestros proyectos, que son muchos y de los que ya os iré informando.

En el blog os podéis enterar mejor de qué es la anemia falciforme o drepanocitosis y por qué nos hemos comprometido con la población de Camerún para intentar luchar contra esta enfermedad. Sólo hay tres mensajes (acabo de colgar el último hace un rato), pero se irá actualizando convenientemente.

Esa imagen que veis ahí arriba se hizo el año pasado, durante el veranito, en el Hospital de la Quentinie, de Douala (Camerún), con una de las sillas de ruedas que se compraron con el dinero de los que ahora somos socios de Namhlanje. Las sillas de ruedas son importantes para los enfermos de drepanocitosis porque a veces se les tienen que amputar las piernas (y porque los dolores no les dejan andar).

sábado, 17 de enero de 2009

Anotaciones

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No hagáis como yo, que soy más corta que la chaqueta'un guarda. Y lo dicen mis libros, ¿eh? que conste. Que cuando uno va a comprar una cámara, la tiene que comprobar. La tiene que abrir, meterle una tarjeta, una batería, disparar al cielo, descargar la foto, ampliarla y, si ve que no hay nada raro, comprarla y disfrutarla en su casita.

Yo no. A mí me da vergüenza. Así que mi cámara nueva tenía un pelusón grandísimo en el visor, que no afectaba a las fotos, pero me la han cambiado muy amablemente. La (ya mucho más) nueva del todo está perfecta.

Hoy he aprendido a enfocar. Aquí unas muestras...






























Es muy simple: sólo hay que pulsar el botón de disparo hasta la mitad.

Ay madre mía: lo que me queda por aprender...

viernes, 16 de enero de 2009

Apunte rapidísimo

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Acabo de venirme a casa con esto:




Con esto, dos objetivos, una bolsa, una tarjeta de 4 gigas y un seguro por si me la roban antes de que aprenda a hacer fotos...

Seguiremos informando.

Sí, Javier: soy de compras compulsivas. Si lo pienso y no lo hago, no lo hago nunca más.

miércoles, 7 de enero de 2009

Propósitos de nuevo año

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  • No complicarme la vida. Es decir, dar a cada cosa la importancia que se merece. El año pasado lo aprendí (o me vino solo, yo qué sé) y este año procuro seguir en el camino. Saber qué es grave, qué no es grave y qué es producto de un calentón inmaduro.
  • Ir al gimnasio como si fuera un trabajo más.
  • Leer más, ver más cine, ver más series, escribir más (o publicar aquí más, que es distinto).
  • No hacer caso a chismes. Ni escucharlos siquiera. Dicen que la información es poder, pero yo he terminado pensando que, en determinadas cosas, es mejor no estar informada de nada.
  • Espolvorearme. En todos los aspectos.
  • Disfrutar. Siempre. De cualquier cosa.

martes, 6 de enero de 2009

Los Reyes Magos llegaron

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He sido lo buena que se puede ser. Es decir, medianamente normal. No he matado a nadie, por supuesto, ni he robado (creo recordar), ni he mentido en cosas gordas (creo recordar, también). Y, como también es tradición, paso a enumerarles el cargamento de regalos que sus Majestades los Reyes Magos de Oriente han tenido a bien traer a mi sillón...

Apartado Cosas-de-Casa.- la Vitacuisine de Tefal para cocer alimentos al vapor y preparar arroces.

Apartado Mona-de-la-Muerte.- Dos bolsos. Uno negro de Mango y otro gris marengo que mi madre se empeña en que es para los días de diario y yo quiero usar los fines de semana, porque es muy sport, pero es de marca y es carísimo. Se parece al del enlace que pongo. También una cartera, que no es ésta, pero es poco más o menos; es decir, con cremallera y no con una solapa. Y unos guantes negros de tela pintados a mano, que son preciosos: en el reverso de la mano izquierda tienen una flor y en la mano derecha tienen tres flores. Son negros y las flores en tonos marrones. También una sombra de ojos de Lancôme, (pinchad en la de los tonos azules), que venía con dos muestras de colonia Miracle. Y una camiseta de Adolfo Domínguez (¡la arruga es bella!) con un estampado rarísimo, pero muy bonita. También para los fines de semana. Y una tarjeta de 100 euros de El Corte Ingles y otros 120 euros adicionales más que me fundiré en las rebajas, si es que encuentro algo que sea de mi agrado y que me pueda poner en los meses sucesivos, independientemente del peso que pierda. Lo mismo me compro ropa deportiva para el gimnasio, que me hace falta... Y el batiburrillo de cosas de belleza que ya os dije: exfoliante, bolitas para ese baño que nunca tomo, sales, cremas, jabones, zapatillas para después de la ducha y demás...

Apartado Palomitas y Manta de Sofá.- La segunda temporada de Heroes. La primera temporada de Mad Men. Las dos primeras temporadas de Doctor en Alaska.

Apartado Cultive usted su mente.- From Hell, de Alan Moore (guión) y Eddie Campbell (dibujos), de la que todos me han jaleado para que termine de leerme el primer capítulo, que según parece es bastante denso porque trata de los masones. Watchmen, de Alan Moore (guión) y Dave Gibbons (dibujos). Como podéis ver, Alan Moore no me gusta nada. La Enciclopedia Marvel (sí, yo soy marveliana; a mí DC me llegó tarde), que me estoy aprendiendo de memoria; Cuentos reunidos de Clarice Lispector. Que, aunque la Wikipedia recalque "una de las más importantes escritoras brasileñas", ustedes ya saben que un escritor y un lugar no son lo mismo y que "una de las más importantes escritoras brasileñas" sólo significa "una de los más importantes escritores (añadan: 'del mundo', si les place)"; Década (1997-2007), de Andrés Neuman, al que le daremos una oportunidad porque no es que me caiga excesivamente bien, el chaval -desventajas de tener amigos comunes, aunque quizá haya cambiado algo desde los tiempos de la Facultad...-; El mundo y mi cámara, de Gisèle Freund; Historia de la fotografía en España, de Publio López Mondéjar; Los Maia, de Eça de Queiroz; Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, de Joan Coromines; y David Copperfield de Charles Dickens.

Me faltan otros muchos libros, que me entregará mi hermano pequeño en febrero o marzo, cuando nos veamos. Pero con esto ya tengo para meses...

Ea, queridos Reyes Magos, hasta el año que viene...

Las imágenes representan a Charles Dickens, una página del From Hell y a una de las (múltiples) formaciones de La Patrulla X.

lunes, 5 de enero de 2009

Queridos Reyes Magos

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Vamos a seguir con la tradición, porque ustedes saben que yo soy muy tradicional para ciertas cosas, o muy ritual, no sé cómo llamarlo. Sea lo que sea, aquí estoy un año más, dispuesta a pedir lo de todos los años, la manta para los días de frío. Sí, sí tengo. Varias, además. Lo que quiero es que no les pase nada. Y, ya puestos a pedir, quiero que este año no se muera nadie. Que ya sé que es ley de vida y que donde está el cuerpo está el peligro, pero es que, miren, yo soporto muy mal las ausencias.

También quiero seguir manteniendo mis vicios. A saber: libros y cómics cuando me apetezcan, buena comida, restaurantes y las tapitas de los martes y los miércoles (patatas meneás, tosta con huevo de codorniz, salmón con salsa tártara y bolsitas de gambas y queso). Y también quiero tiempo e ingredientes para meterme en la cocina y aprender a realizar platos muy apetitosos y muy bajos en calorías, porque cuando se me acaben las vacaciones tendré que retomar esa dieta que he abandonado en pos de un desenfreno de chocolate que me ha hecho probar en diez días todas las marcas de bombones del mercado. Ah y fuerza de voluntad para ir al gimnasio y un remedio milagroso contra las agujetas. Cuando esté monísima de la muerte, de aquí a un año o año y medio, también quiero una cabeza cuerda para no convertirme en una fashion victim. Lo de la cocina es indispensable: quiero aprender a cocinar. La teoría la tengo muy clara: desde los 18 años habré almacenado unas diez mil recetas, de las cuales no he hecho ninguna (miento: este año he aprendido a hacer un exquisito puré de calabacín y un no menos exquisito puré de champiñones). Y eso que sólo guardo las que me gustan. Prometo echarles una mano, plantarme las mallas y la camiseta todos los días, sudar la gota gorda en las clases de spinning e investigar con hojas de lechuga, espinacas, salmón ahumado y el sinfín de hierbas aromáticas que tanto me gustan. Pero infúndanme ánimos de todos modos.

Y seguir feliz. Quiero seguir feliz, que no haya malentendidos, ni suspicacias, ni desasosiego, ni agobios, ni preocupaciones...

Y no, este año tampoco quiero enamorarme. Tampoco quiero desequilibrios.

La imagen es anónima, del siglo XII.

domingo, 4 de enero de 2009

Café, copa y puro

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No hubo copa y no hubo puro, pero sí un reconocimiento, porque eso pasa a veces: las dos pensábamos que iba a ser un cafelito rápido, entre las compras navideñas, Reyes Magos van, Reyes Magos vienen, y nos plantamos en La Tetería (hacía siglos que no iba por allí) más de tres horas. Nos habíamos visto antes, en pleno frenesí de Ágora, durante una charla con Gonçalo M. Tavares, en la que terminamos cuatro personas hablando hasta las cuatro de la mañana de un día de diario, quitándonos la palabra de la boca, riéndonos à toa y abriéndonos de a poquito. Así que, como nos gustó, quedamos, pero sólo las dos, una tarde de lluvia en la que también hubo pastelitos de coco, café, batidos y té moruno.

Al final terminamos contándonos la vida, hablando de los vampiros psicológicos (había cosas que no contaba también desde hacía años: el resto de la gente que me acompaña se las sabe de memoria), pensando en lo que escribí esa vez, que los desconocidos son amigos que todavía no te han presentado; de la Facultad, de las ciudades que habitamos, de los jaleos que siempre ocurren en los pisos de estudiantes (que son siempre los mismos y siempre divertidos, porque al final todo el mundo acaba viviendo con auténticos locos), de la feminidad que se nos escapa porque nadie nos enseñó cómo hay que combinar un jersey y un collar largo y los tacones se nos resisten...

Como si nos conociéramos de toda la vida, oigan.

Imagen de Bright Tal.

jueves, 1 de enero de 2009

1 de enero

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Despedí el año de la mejor manera que se puede, aunque yo despidiera el año el día 31 por la mañana y volví a ser muy feliz. Por la noche, vinieron los Reyes, adelantados: me regalaron el Vitacuisine de Tefal (ahí, haciendo publicidad), que probaré en mi casa (en esa casa en la que vivo sola) con zanahorias, pescado, carne y arroz, y una bandeja con jabón, zapatillas para el baño, exfoliante, sales que no usaré porque yo sólo me ducho (y además no tengo bañera, pero aunque la tuviera: qué desperdicio de agua) y algunas cosas más que no sé qué son. Me harté de comer, como desde que comenzaron estas fiestas y me dieron las uvas.

Empecé el año de la mejor manera que se puede, a la una y pico de la madrugada, con una reunión de amigos, guitarras y buena música en la que no faltaron pasteles, pastelitos de hojaldre salados, ruedas de patatas (mis favoritas), garbanzos fritos, quicos, gominolas y cortezas de cerdo; y tampoco faltaron el caldo con jerez, el café ni las migas. Cantamos villancicos, nos pareció estar en Carnavales por un rato aunque falten dos meses y me fui a acostar a las ocho de la mañana, de las últimas (llevaba yéndome desde las seis, para variar).

No sé si hacer propósitos de nuevo año. O quizá sí: seguir igual de expansiva, después de una temporada en la que no me apetecía conocer a gente nueva.

Y lo que tenga que ser, será...