Tardo un instante en hacer que regresen los fantasmas; cinco minutos en redactar una noticia y otros cinco en fumarme un cigarro; siete minutos en ir de mi casa al trabajo; diez en ducharme y vestirme para salir; dos horas en buscar una primera frase; un momento en decidir qué me apetece comer; cuatro minutos en encender la tele y apagarla y medio año en darme cuenta de que ya no te echo de menos.
Que es mentira, claro, porque sí te echo de menos. Lo que ocurre es que, por fin, no me acuerdo de ti todos los días ni a todas horas ni por cualquier cosa y que tardo exactamente tres minutos en hacerte desaparecer de mi memoria.
Normalmente me asusta la capacidad que tengo para prescindir de gente que antes hubiera considerado importante y necesaria. Ahora, aquí, hablando de ti, es todo un alivio.
10 comentaron:
Dios mío, escribes de fábula. Pones voces y palabras a sentimientos que me cuesta hasta entender...
Un beso muy grande.
Y muchísimas gracias, de todo corazón
Es genial cuando por fin pasa eso. Genial. Y sé que habrá un día en que no los echemos de menos. Ni esos tres minutos.
Ulyanov, muchas gracias. Te sigo, aunque no tenga tiempo para comentarlo todo. Cosa que me pasa con la mayoría de los blogs que leo, por cierto. O leo, o comento. Aunque más bien lo que hacen es inspirarme... Un beso grande, niño.
Arwen, ¿se puede recordar sin echar de menos? Estoy intentando averiguarlo aún...
Te lo dije. Te dije que pasaría.
No, no se puede recordar sin echar de menos. Si no echaras de menos no recordarías. La añoranza es la base del recuerdo, aunque luego se vuelva amargo.
El truco es no "añorar" todos los días.
Y sin llorar ¿eh? y ahora sin llorar
Random, cierto: lo dijiste. Y yo te creí sólo a medias.
Ricardo, la verdad es que por esta historia he llorado poco. Y menos mal.
Pues yo discrepo.
Creo que sí se puede recordar sin echar de menos, y además lo creo en un porcentaje bastante elevado, siempre dejando el huequito justo para que un buen argumento me pueda convencer de lo contrario...
Pero sí. Yo recuerdo a personas, y momentos,con cariño incluso, pero no querría vivierlos (ni convivirlos)de nuevo.
Recuerdo a menudo a una amiga muerta, y me encantaría que siguiera aquí... Pero ya no la echo de menos en mi día a día, hace demasiado que no está.
Recuerdo la época en la que vivía con mis padres, y sonrío a veces, y otras suspiro... A veces con ternura, otras con agobio... Pero no la echo de menos.
Recuerdo a algún ex... Y pienso en cómo he cambiado, o en cómo pude, o en cómo me equivoqué... Pero no lo extraño.
Sí. Yo, al menos puedo recordar sin echar de menos.
Aunque, por supuesto, no en todos los casos.
A veces, es sólo cuestión de tiempo, otras, quizás sea imposible.
Creo que sí se puede recordar sin echar de menos, afortunadamente. Recuerdo muchas cosas sin extrañarlas, simplemente son recuerdos, sino creo que me sentiría incapacitada para volver a amar, por ejemplo, porque si echo de menos un amor pasado, ¿cómo querer verdaderamente a la persona presente? Al menos es lo que me pasa a mí...
Hombre, yo partía de un recuerdo en particular. Evidentemente, recuerdas, por ejemplo, una operación de apendicitis, pero no la añoras.
No quería decir que todos los recuerdos conlleven añoranza, pero sí aquellos de los que habla S./O./U.E./V. (luego me dices a mí por el cambio de nombres xD) en esta entrada.
Estaba ciñéndome a lo que trataba aquí. :)
Adela, tienes razón. Y Arwen, también, pero la que más razón tiene es Random, porque ella sólo se refiere a éste único recuerdo. Y sé que no voy a poder recordar sin echar de menos. Una lástima, una putada, una lo que sea. Pero es así.
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