Le gustaba irse al monte, cuando era chinorri. Su padre, militar, le había enchufado en el Ministerio de la Gobernación, como aprendiz de conserje, para que hiciera carrera. La carrera se le truncó una Semana Santa. Su compañero tenía que haberse aliado con él, pero era mucho más dócil y bajó la cabeza: hoy es un alto cargo del Gobierno socialista. Tenía los festivos libres, había hecho horas de más, su madre iba a prepararle la mochila.
Cambiaron de opinión en el último momento. Él no:
-Yo me voy a Peñalara.
No le convenció nadie. Le llamaron, finalmente, al despacho del director general, "un tío de 60 años, un fascista, vestido de negro y con su gominola en el pelo, y su bigotito". Volvió a explicarle lo que llevaba toda la mañana contando: me lo habían prometido, he estado trabajando de más para poder irme estos cuatro días, yo ya había hecho mis planes.
-Usted va a venir mañana a trabajar.
-No, señor. Yo mañana me voy al monte.
-Creo que no me está entendiendo bien. Usted va a estar aquí mañana a las ocho de la mañana.
-No. Usted no me está entendiendo a mí. Le he dicho que yo mañana me voy al monte.
El tipo aquel miró al niño que tenía enfrente, un mocoso de 14 años de edad que le plantaba cara, una y otra vez, mientras se ponía, alternativamente, lívido y pálido, e hizo lo que mejor sabía:
-¡Está usted despedido! Y mire lo que le digo. Escúcheme: su vida a partir de ahora va a ser muy complicada, porque yo, personalmente, me voy a ocupar de hacérsela imposible.
De eso han pasado 45 años. Me lo contó hace poco, durante un café. Hablábamos de quienes no quieren ser salvados, del concepto de revolución, de la dignidad y la coherencia.
El chinorri le aguantó la mirada:
-Mire usted: la vida es muy larga y usted es muy mayor.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
8 comentaron:
Guau! tus amigos me encantan.
(gracias por el abrazo)
Esa sí es una frase. Y con mucha razón. Y qué huevos para tener catorce años. Echaba de menos leerte. Un beso muy muy grande
Lo de no querer ser salvado, me parece un ejercicio de coherencia admirable; sobre todo si se enfrenta a la sumisión con tanta entereza y con sólo 14 años.
Feliz viaje. Yo, marcho ya, esta vez conmigo, a ver si me reconozco o me sorprendo.
Una sonrisa y un abrazo
jajjajaa
El texto es surrealista, pero la foto me encanta.
Besos con azúcar glasé
Genial respuesta!
:-)
Brutal: nada peor que la sumisión y la aceptación que reina en los jóvenes de hoy en día. Si no se pelea cuando no se tiene nada que perder, ¿qué van a hacer cuando tengan alguien detrás que dependa de ellos?
Me ha gustado la respuesta del chaval... aunque se equivocaba, la vida no es tan larga, solo se lo parece a los que no se han dado cuenta aún de lo corta que es.
Princesa, te mando otro. A mí también me encantan mis amigos, te lo aseguro...
Ulyanov, gracias, guapo. Es que ahora estoy sin ordenador nada más que unas pocas horas... Así que escribo poco. Pero leo. Aunque no comente. Un beso grande grande.
Iliamehoy, espero que te sea fructífero... el viaje, digo.
Maritoñi, pues te aseguro que pasó así todo...
Sintagma, sí que fue genial, sí.
FLaC, muchas gracias: nos vemos pronto. En lo de los jóvenes, estoy de acuerdo: me estoy encontrando con cada vendido de veintipocos que me da miedo...
Outsider, para un chinorri de 14 años que responde así a un tipo de más de sesenta la vida es muy larga. Comienza a ser corta a partir de los 30. A los 14 no se tiene conciencia de que te puedes morir en cualquier momento: piensas que te vas a morir de viejo. Cuando se crece, ya sí.
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