Hay temas que no me merecen ningún tipo de debate. Son dogmas de fe, si quieren, y ni siquiera me molesto. Ya no. Que te eduque tu padre, pienso. O una biblioteca.
Que la gente ha de saber dónde están sus muertos; que una lengua no se impone; que habría que legalizar todas las drogas; que la mujer está discriminada; que habría que nacionalizar ciertos servicios; que los impuestos de un país no pueden mantener a una persona y su familia por razón de cuna. Y así.
No gasto mucha tinta, ni saliva, en convencer a nadie, aunque contesto cuando me preguntan, si tengo ganas. Lo malo es que después, saben, la gente opina. Y se escriben editoriales en los periódicos y nuestros políticos se la cogen con papel de fumar y dan vergüenza ajena y hasta se publican cartas de lectores destacadas, en recuadritos, en los medios de comunicación.
La última vez la vi allí, sin respuesta, en una revista destinada al público femenino, con esas cosas que les interesan a las mujeres (belleza, pareja, cómo hacerle disfrutar a él en la cama, hijos, consultorio psicológico, cocina, moda). La publicaron, digo yo, por aquello de la pluralidad de opiniones y de la autocrítica, faltaría más.
Que a ver cuándo alguien se atrevía a investigar cuánto había influido el grado de violencia psicológica que ejercen las mujeres hacia los hombres que son sus parejas antes de que éstos, agotados ya y sin otra opción, hubieran decidido darles una paliza o matarlas. En defensa propia.
Yo estaba allí con mi cigarrito, fuma que te fuma, el sol calentándome la espalda después de un frío invierno muy frío, leyendo aquello, negro sobre blanco y volviendo a releer, como hago con todas las frases de los libros que me abren la mente y me espolean.
Y me jodió, entiéndame. Porque una a veces tiene este tipo de revelaciones sobre los temas sobre los que ha pensado mucho. Y carajo, pensé: esto cómo no se me ha ocurrido a mí antes.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
9 comentaron:
Pues a mí eso me suena al ojo por ojo diente por diente. No me parece justificación, estoy segura de que por ahí hay perfectas torturadoras, pero joder, si te están machacando, si te amargan la vida, lárgate. Y hazlo sin meter ruido. Siempre está esa opción.
A mí a lo que suena, que a lo mejor no he explicado bien de qué iba la carta, es: "Si el marido la mata, es porque ella ANTES le ha machacado psicológicamente".
Vamos, que al final tenemos la culpa nosotras.
Como cuando te hablan del techo de cristal y te dicen que son las mujeres las que no quieren asumir responsabilidades profesionales en sus empresas porque eso significa estar menos con sus hijos.
Al final, tenemos la culpa nosotras.
Por los siglos de los siglos.
Eso es simple ignorancia del proceso que ocurre durante un maltrato, ya sea hacia hombre o mujer.
Desgraciadamente seguimos pensando que, el derecho a la liubre expresión es que todo el mundo puede opinar sobre lo que le dé la gana, y el derecho de poder decir lo que queramos y, aunque no nos guste, no todo el mundo tiene derecho a opinar (para ello hay que tener una opinión, con todo lo que eso conleva).
Escuché en cierta ocasión en un pueblito a una anciana decirle a otra "cómo le tendría al pobre para que llegase a darle esa paliza con lo buena persona que es el Manolo"
Vamos, poco más o menos lo mismo que cuentas (creo)
Un besote preciosa
Ah vale viajes! ya me extrañaba, no había captado la ironía, perdón por confundirme, estaba un poco empanada...
Y me quedo más tranquila. Disculpa viajes.
Amiga viajera, las guerras casi siempre son de quien posee la mayor fuerza, aun careciendo de razon.
Un beso.
Y también se podía hacer un estudio para ver lo jodidos que estaban los que pusieron las bombas en los trenes de Madrid, o las humillaciones de un pistolero a sueldo de cualquier organización.
Niego la mayor. Todos hemos pasado malas épocas y no hemos dado ni un empujón. Lo siento, no vale.
Es lo que tiene esto de pensar, no siempre es interesante...
Entonces leo algo que pueda consolarme, en este caso, a ti.
Un saludo
Antonio Ayuso, estamos de acuerdo: para variar.
Ricardo Colomer, es exactamente eso.
Princesa, aclarado está. Pero no te disculpes, que no hace falta... Besos, guapa.
QueManía, algunos se podrían meter la fuerza por donde les cupiera...
Puntos de vista, eso: haremos todos como en Un día de furia...
Antonio Ruiz, bienvenido y muchas gracias...
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