viernes, 25 de noviembre de 2005

La esperanza

Dicen que es lo último que se pierde, pero hay veces en que te gustaría perderla de vista por un tiempo. Claudio Magris decía que el desencanto es una forma irónica y sutil de la esperanza. Freud habló miles de veces de los deseos. ¿Es posible desear dejar de desear?

"Desde luego que la esperanza es para nosotros, porque no nos tocará ver nada de lo que estamos hablando. Si pudiéramos verlo hablaríamos de espera, no de esperanza". Eso dijo Norbert Bilbeny un día, en una conferencia, no sé a santo de qué.

La esperanza es frustración. Eso es lo que he aprendido últimamente. Que si esperas lo que sabes que no vas a tener nunca, te llenas de cicatrices, la autoestima se te va a cientos de miles de kilómetros hacia la corteza de la Tierra, lo más abajo posible, y los pensamientos destructivos no desaparecen nunca. Para vivir sin esa frustración, lo único que hay que hacer es matar el deseo. Que ya no te importe. Aunque te preguntes cada día por qué tú no y qué has hecho para que tú no. El problema real es que siempre se sigue esperando, siempre estamos buscando esa rendija de la felicidad de la que hablaba Hanna Arendt: sabemos que no existe, pero la buscamos, como tontos. Es la mayor tontería del hombre: esa búsqueda de una fisura que no ha sido nunca para ti y que otros siempre han encontrado antes que tú y de una manera mejor que tú.

1 comentaron:

Anónimo dijo...

me gustaria matar el deseo ...

como?