Aprendí a escribir mucho antes de haber aprendido a hablar. Esto no es cierto del todo, por supuesto, pero sigue siendo real, porque a mí hablar no se me da bien. Hablo mucho, pero nunca digo nada. Porque me ponen nerviosa ciertas miradas, aunque sepa que no me van a juzgar; porque generalmente no pido ayuda ni llamo a nadie a la desesperada; porque soy muy lenta para recuperarme y porque las pequeñas zozobras diarias o las heriditas que se ponen a sangrar de vez en cuando no merecen mención alguna.
Este espacio cumplió cinco años hace poco. Me lo pidió Sonia, porque en aquellos tiempos Lisboa era una duda y estábamos muy lejos y hacía meses que no nos veíamos ni hablábamos. Ella fue la excusa. Porque a mí, que me leyeran, siempre me dio mucha vergüenza. Los que me conocen lo saben: por eso no suelen preguntar sobre el blog ni sobre lo que en él se narra. Porque saben que puedo despacharme en dos minutos, por más definitorio que parezca un mensaje.
La imagen es una viñeta de Mauro Entrialgo de hace varios años. Entrialgo (que también tiene un blog) es otro de esos tipos a los que me gustaría entrevistar pero no entrevisto porque me da vergüenza -me da más vergüenza entrevistar a gente a la que sigo, no sé por qué-. Durante mucho tiempo, yo fui de las primeras. Luego, más, de las segundas. Hay blogs que echo mucho de menos (como el de Sorrow). Este ha tenido sus épocas y releyendo muchas de sus entradas, ya no me reconozco. La persona de hoy no es la de hace tres años, o la de hace cuatro, sino otra bien distinta, aunque siga siendo primaria y poco femenina y torpe e insegura o directamente estúpida. Pero lo fue. No he usado esto para trabajar, aunque haya hablado del trabajo. Y tampoco para contar lo que hago o lo que dejo de hacer: ni siquiera cuando mi nombre apareció en la portada de dos libros. Que es algo que me puso muy contenta, pero que no publiqué. Por pudor. Como siempre.
Lo he utilizado, al fin, para que los que están lejos (que han sido todos y que son la mayoría porque la mayoría de mis amigos están lejos) supieran cómo estaba por dentro. Alguno llegó que se hizo una imagen errónea y se creyó que yo era un personaje (pero no ha vuelto a aparecer, menos mal: los trolls se hacen muy cansinos). Otros llegaron y se quedaron. Otros (los más) leen y luego, en cuanto algo les chirría, mandan un correo por si hacen falta. Así actúa siempre una mujer sabia a la que le debo un mensaje de reconocimiento y amor y muchas de las ideas que me bullen en la cabeza (y que siempre va a hacer falta, sí). Y luego está quien no lo lee casi nunca porque no le hace falta leerlo.
Pero, sobre todo, lo he usado para curarme. Otros se lo hacen con una charla y una botella de vino, echando un polvo desesperado y triste o conduciendo hasta agotarse. Yo necesito escribirlo primero. Yo he necesitado escribirlo siempre. Escribir siempre estos dolores de andar por casa. Los otros, los que te rompen de verdad, tampoco los cuento porque me cansé de oírme y porque suelen destrozar todos los espejos.
Hablo de mí porque no sé hablar de otra cosa: no tengo opinión sobre casi nada (siempre pensaré que me faltan conocimientos, cualquiera que sea el terreno del que se hable), los blogs teóricos -sobre cine, sobre literatura, sobre física, sobre historia- acaban aburriéndome -son un a ver quién la tiene más larga- y, al fin, esto surgió por lo que es. En los foros lo enlazo durante un tiempo prudencial porque tengo esta manera de escribir categórica y contundente y suele haber bronca con los amantes del tenemos que respetar todas las opiniones -jamás he pensado que todas las opiniones sean respetables. Es más, pienso que algunas ni siquiera deberían decirse públicamente-. Y porque surgió para eso. Para que una amiga que estaba lejos supiera cómo estaba yo.
Lo que ocurre es que cada vez me resulta más complicado seguir.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
-
El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 3 días
11 comentaron:
Felicidades por el quinto aniversario. Y gracias a ti, Viajerita, por escribir-nos.
:)
Espero que sólo sea un punto y aparte, no un punto y final.
Alguien sabe si facebook y twitter están acabando con los buenos blogs? Tengo la impresión de que mi lista en el reader se va quedando cada vez más vacía. Y me da pena.
Los blogs personales surgen de una necesidad personal. El tuyo es un blog personal, obviamente. En aquel tiempo, hace 5 años, necesitabas escribir para mantenerte en contacto. Yo sé que necesitas escribir para muchas cosas más y que lo necesitas como respirar.
Ahora bien, ¿dónde y cómo necesitas escribir? Si cada vez te cuesta más seguir con este proyecto igual es que ya ha cumplido su objetivo porque quien estaba lejos ahora ya no lo está o porque ya no crees que esta es la manera que necesitas.
A todos nos pasa eso de las épocas de abandono de viejos proyectos. Yo aún no he conseguido adivinar si es por mí, por los demás o porque he cambiado tanto que ni me reconozco. Me leo y no me veo. Pero sí, soy yo. Igual que tú eres tú y siempre lo serás, estés donde estés.
Es un comentario bastante inútil, lo sé; pero chica, algo hay que decir en estas situaciones en las que alguien se replantea muchas cosas.
Besos.
, los cinco años los cumplí en agosto... y ya me felicitaste. ;)
Juan Carlos, no sé si será un punto y aparte o un punto y final. Sé que si no escribo, no vivo. El problema es que no estoy escribiendo nada. Y me vuelven las ganas de lanzarme a la calle y escribir en los bares, pero no sé qué. Ni siquiera sé cómo comenzar. No creo que sea culpa de Facebook. Es culpa de que algo que parezca ilusionante luego se transforme en una rémora.
Doodd, no podría haberlo descrito mejor. De todos modos, no sé qué haré con esto. Y era una "muerte anunciada" porque, salvo el viaje a Nueva York, que fue un escrito a la antigua usanza (en bares), no he actualizado mucho en el último año y pico. Sonia ya no está lejos, desde luego. Pero siguen lejos todos los demás: Javi, Maricarmen, Agu, Alfredo, Raúl... Escribir tiene una capacidad terapéutica que no ha tenido nada jamás nunca para mí. De hecho, me ahorró psicólogos, creo. Muchos. Y me ahorró caer y hundirme. Y me lo va a seguir ahorrando, porque escribiendo yo me veo desde fuera. Lo que no sé es si me apetece que lo vean los demás. Y esto necesita unos mimos que no sé si me apetece darle.
Y no te creas que no me preocupa, porque no escribir me parece un atentado contra la memoria. Y me conozco: tengo tanto proyecto delante de un ordenador (filmografías que debo actualizar; crear una revista cinematográfica o algo así -no sé qué es- para Cine-Clásico; intentar crear una página web para la ONG -no tengo ni idea de cómo se contrata un servidor ni cómo se hace y no sé si me puedo comprometer a incluir contenidos a tutiplén: esto va a ser el parto de la burra-; intentar aprender a hacer fotos; apuntarme al GAP cuando salga -que es un grupo de aprendizaje de fotografía con ejercicios-) que sé que no voy a escribir. Y eso me aterra.
Básicamente. Hago, pero no sé si soy. Y para escribir tengo que ser. Y no sé qué contar. Por eso no sé qué hacer con esto.
No tengo ni idea de por qué no sale "Tupp", pero bueno...
Por lo que he visto desde que empecé con mi primer blog, creo que "mantenerse" tiene tantas condicionantes que tarde o temprano se pasa por una situación similar a la tuya.
Despues de muchos altibajos te diré que lo mejor es no forzarse y escribir cuando uno siente que tiene algo que decir.
Y si las palabras no quieren salir, pues bien, esperar hasta que vengan.
Por otro lado, enhorabuena por los cinco años!.
Besos.
Tu blog no es un blog de opinión, es verdad; pero no es un blog anodino como tantos. Porque en cada entrada hay vida, la tuya y la de quienes citas. De ellas compartimos trazos y nos hacen pensar y sentir cosas.
Claro que debe ser costoso escribir sobre jirones de la propia piel. Eres libre de hacer lo que quieras. Pero debes saber que al leerte, al menos yo, recibo mucho. Y lo agradezco.
He aquí que ha comentado Manolo lo que muchos pensamos.
Ahora, piensa que fuera al revés, que Manolo te dijera que no sabe sobre qué hablar, que no sabe qué hacer con su blog ¿tú que le dirías?
Supongo que le soltarías un "¡Me parece muy fuerte!" Pues eso te digo, porque... que ni se te ocurra, "forastera".
Pero haz lo que debas.
Un abrazo.
Chica, menos mal que tengo donde buscarte que si no vaya tragedia la (posible) defunción del blog.
La verdad es que de un tiempo a esta parte el espacio cibernético ha evolucionado hacia webs más inmediatas que los blogs. Pero siempre es un placer leerte (y escucharte, aunque tú digas que no).
Pues sería una auténtica pena que pudieramos perderte los que sólo te conocemos vía red.
besos y abrazos
Migrante, ¡es que no sé si tengo algo que decir!
Manolo, si esto fuera un foro, aparecería aquí ahora mismo un muñeco sonrojado.
Luis Carlos, si Manolo dice eso, yo le mato, directamente. Je. De todos modos, tu charla telefónica "No sé de qué escribir, no sé de qué escribir", me revolvió. ¡No hay nada como sentirse ridícula!
FLaC, te debo una visita a Málaga. No se me olvida. Y tú una a Mérida. Tampoco se me olvida.
Fco. Gil, a ver. Un tema. (Esto es una coña o no tanto: en una temporada de sequía -otra- Arwen me propuso un tema (la desesperanza del amor que debe ser esperanzado, qué mujer) y volví a escribir y a pensar. Pues eso, que un tema. Di. Anda.
Publicar un comentario