Las bodas siempre me producen un poco de vértigo. Por la seguridad que supone que dos personas quieran compartir sus vidas. Por la capacidad que tienen, esos dos, de concitar en torno a sí la felicidad de otros muchos, mayores y jóvenes, que saben, cada uno, una parte de lo que son. Los padres, los abuelos, los compañeros de la Facultad, los amigos que llegaron luego por las causas más inverosímiles.
Conocí a FLaC en Málaga, hace algunos años más, en un momento de zozobra que parece que ocurrió hace siglos. Ayer, después de comprar aprisa y corriendo unos pantalones negros porque se me habían olvidado los míos en otra ciudad, estuve en su boda para darme cuenta de que todo el mundo sonreía y a todos les brillaban los ojos, para emocionarme cuando bailó con su abuela la canción de apertura, el Take This Waltz, de Leonard Cohen que todos coreamos, para reírme hasta que me dolieron los carrillos con las ocurrencias de sus amigas y para llevarme una foto de los novios, un vídeo de los niños cantando por Camilo Sesto y una botella de ron miel de comercio justo.. Ahora se van de viaje de novios a llevar material escolar a La Habana y Cayo Guillermo. Ahora paseo por Málaga, tres horas caminando, un bolso nuevo con muchos bolsillos, muchas charlas con Raúl y la promesa de una obra de teatro de José María Pou y pescaíto frito en el puerto mañana.
Y me acuerdo de las charlas. De cuando me contó que iría sin corbata y lo vi con pajarita, la barba recortada y una chapa de Ahí lo llevas, un grupo de dos a cuyo cantante, doy fe, imita Iván Ferreiro. De cuando me escribió para decirme: oye, vente. Y de cuando yo no sabía si iba a poder estar. Ver de nuevo a Ale, asombrarme cuando apareció Celia, guapísima y luminosa, escuchar a Virginia y a Eva hablar de los dos por los que estábamos todos allí, estar con Raúl de nuevo, ahora yo en su casa, los abrazos del reencuentro y la copita de antes de la ceremonia. A la que le faltó un micrófono para que fuera perfecta.
Para ellos lo fue. Lo que no sé ahora es qué se siente al estar casados. Yo creo que lo hicieron por la juerga.
No se me asusten: escribí el texto en un bar, como siempre, el día 29 de mayo. Sí: soy tardona.
6 comentaron:
Qué guapos y qué bonita foto. This waltz, this whaltz, this whaltz... ¡Me encanta!
:)
...hay que quitar dos haches.
Sip, lo hicimos por la juerga. Ya estábamos "casados" antes. Es decir, vivimos juntos desde hace dos años, o sea que no ha cambiado nada.
Cuando nos veamos, recuerdame que te cuente una anécdota de esa canción. Aquí no es posible.
Hoy en día las bodas ya no son tan vertiginosas: lo de la noche de bodas, salir de casa de los padres para vivir juntos, el "para siempre"... en fin... esas cosas ya no tienen por qué preocupar actualmente. Lo que preocupa es la declaración de la renta, la hipoteca, legalizar la situación,...
Es muy emocionante reunir a toda la gente que te importa en una gran sala y echarte unas risas y unos bailes y unas fotos que lo inmortalicen.
El "till death do us part" es realmente "hasta que puedas pagar un buen abogado y la pensión de los niños..."... pensándolo bien... esto último sí que da vértigo porque las cantidades que se manejan son de las que echan los ojos p'atrás...
De todas formas, el mejor momento para casarse con alguien es cuando realmente te conoces a ti misma y se lo muestras tal cual a la persona indicada y ambos se aceptan tal cual. Entonces no hay dudas, no hay vértigo, no hay miedos. Te tiras a la piscina con el corazón por delante.
¿Esto te asegura el éxito? Nooooo. ¿Sabes seguro que serás feliz con esa persona el resto de tu vida? Noooo. ¿Sabes algo seguro? Noooo. Lo que sí sabes es que en ese momento único e irrepetible esa es la persona con la que te sientes en casa, vayas donde vayas, y en ese instante eres feliz. Chimpún! Lo que venga, vendrá y se toreará como se pueda, pero sin dejar de ser una misma.
Bueno, y después de este rollo que te he enchufao, me voy al cortar el pelo que ya no aguanto con estas greñas.
Besazo
Dios, qué comentarios más interesantes.
FLaC, el primero, porque es el que se casó... Te veo con pajarita y se me despierta la sonrisa. Le contaba la boda a Pupe y me emocioné. Ella también, por cierto. Y eso que sólo te conoce de oídas.
Tupp, también nos acordamos de ti...
Manolo, esa anécdota no me la pierdo...
Bubbles, ya lo dije por aquí. La única razón por la que me casaría sería por reunir a todo el mundo que me importa en un mismo lugar. No, nada es para siempre y te casa el banco. Aunque, como dice mi hermano pequeño, yo no quiero que el amor me dure eternamente: con 80 años me conformo...
Y yo voy a cortarme el pelo la semana que viene. Y me haré la foto de carnet y todo.
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