En mi mente, Tom Sawyer tiene la pinta de los dibujos animados de mi infancia. Huck también. El sábado pasado, ese niño ocurrente volvió a salvarme. Me enseñó, de nuevo, que cierto tipo de lenguaje hace que las palabras no signifiquen nada y que lo que más quieres es lo que más cuesta conseguir porque somos así de estúpidos. Ahora recuerdo una charla, hablando sobre los escritores que te cambian la vida. Yo nombré a Dumas. "¡Dumas, no! ¡Dumas te entretiene!". Supongo que Mark Twain está en el mismo saco. Y Rafael Sabatini. Y Stevenson.
Me hace gracia esa división. Literatura entretenida, literatura elevada. Porque acabas pensando: "Dios, Twain es un clásico. Como Kafka. Algo tendrá. ¿O seré yo? ¿Estoy infantil, yo? ¿Es Twain peor que Kafka?" Y aún más: "¿Le pasa esto a Twain porque es americano o porque cometió la audacia de hablar de niños?".
No he releído Príncipe y Mendigo desde antes de la adolescencia, pero podría contar la historia entera y alguna anécdota, como la del sello real que servía para cascar las nueces. También he leído algún best seller. Los pilares de la tierra (menudo coñazo). El alquimista (horroroso). La sombra del viento, que me enganchó y me lo bebí (está hecho para eso). Todos se han ido. Ni recuerdo la trama, ni los personajes siquiera. Otros permanecen. Huckleberry Finn. Tom Sawyer. Athos. Aslan. Edmundo d'Antés. La Pimpinela Escarlata. Scaramouche.
También se quedan otros. Gregor Samsa. Sidney Carton. Los poemas de Juana Inés de la Cruz y de San Juan de la Cruz y de Quevedo. Las reflexiones literarias de Virginia Woolf. El Lazarillo de Tormes (¿eso es de aventuras, también?). Atticus Finch.
Me entretienen, todos. Toda la literatura que leo es literatura de entretenimiento. Ensayos incluidos. Si no me entretiene un libro, lo cierro. Y sí: Dumas te cambia la vida y Tom Sawyer te la salva un sábado cualquiera de un mes de junio.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
5 comentaron:
Diosssssssss!!!!! la de veces que habré leído el Lazarillo.
Lo que no me entretenga...cinco páginas me dura, no doy más opción.
Un besazo preciosa
Está claro: si un libro aburre, al carajo con el libro. A menos que sea lectura obligada.
A mí em tiene que enganchar como para cepillármelo en un par de días, si no, nada.
El libro que más rápido me he leído en mi vida ha sido El retrato de Dorian Gray. El que más me ha costado en mi vida, Tiempo de silencio.
Así son las cosas.
En un cuentacuentos teatralizado con el que giré por los coles de Extremadura, decíamos a los niños (entre otras cosas) que si querían, podían cerrar un libro, para sacarles esa idea que tenían de que "libro" era igual a "obligación"...
Por otro lado, admiro tu hábito lector, a mí me aburren más libros de los que me gustaría...sin embargo, me he cruzado con Alicia en el país de las maravillas hace poco, y he descubierto que es un libro para niños que tiene un trasfondo muy, muy serio.
Un beso moza
A mí esa división me toca la moral, por no decir otra cosa. El arte, en general, creo que está hecho apra ser comprendido, disfrutado y compartido (esto último, a veces no es posible). A mí me sobra un libro que no soporto leer, que no me dice nada, que no ha hecho sonar nada en mi interior a pesar de llevar leídas 200 páginas. Yo en un libro busco magia, aventuras, aprendizaje, introspección, diversión, reflexión, nostalgia, esperanza, alegría, melancolía, amor, odios eternos, decepciones, traiciones y amistades incondicionales. Lo que sea, pero que me diga algo que se quede en mí, que lleve conmigo para siempre.
Ricardo, a mí me pasa lo mismo: a veces no paso ni de la segunda.
Random, algún profesor de Literatura de los que se pasa por aquí me va a matar, pero Tiempo de silencio es un coñazo. Un coñazo auténtico.
Chesku, pues verás cuando te leas A través del espejo con esas colinas que son valles... Aunque yo soy de las que piensa que Alicia no es para niños...
Suntzu, jamás hubiera podido describirlo mejor.
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