miércoles, 24 de septiembre de 2008

Os presento

31 comentaron


Hugo, mis amigos.
Mis amigos, Hugo.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Más feliz aún

12 comentaron


¡Mi sobrino va a nacer!
¡Mi sobrino va a nacer!
(Quién me ha visto y quién me ve, Dios).

jueves, 11 de septiembre de 2008

Asociación Santa Lucía

4 comentaron

Está naciendo ahora: supongo que será un parto duro, pero que saldrá bien. La idea ha sido de una compañera de un foro de cocina (sí, le doy a todos los palos) y, como sé que aquí llega gente de muchas partes de España, pues me gustaría que lo dijérais en vuestros sitios por si alguien está en la misma situación.

Os dejo el enlace a su página: sí, es un blog de recetas riquísimas, pero os pongo el enlace en el que habla de la asociación y de Jordi.

Muchas gracias.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Javi

22 comentaron


Nunca he hablado aquí antes de él y su casa fue, durante años, uno de mis dos refugios en época universitaria. Un amigo suyo lo definió perfectamente: el mejor anfitrión del mundo incluso sin café y sin leche y sin azúcar. Me lleva a Ikea para no volver más, damos paseos por Sevilla, vamos al cine, me mima, me toca, me besa y me abraza. Nos lo contamos todo -sobre todo, lo escabroso- con pelos y señales y nos reímos mucho. Cada día está más guapo. Y me presta a sus amigos.

Es inteligente, es culto, es divertido, le ocurren cosas extrañísimas que no voy a contar porque estamos en horario infantil y que darían para un libro sobre el comportamiento humano y, sobre todo, tiene un corazón como una catedral. No es nada nuevo: mis amigos suelen ser amorosos, por muy fríos a la hora de expresarse que sean unos pocos, pero él es bueno y dulce y provoca muchísima ternura. Y un deseo enorme de protegerlo, aunque al final creo que los roles se invierten aunque no lo veamos y es él quien abarca y acoge y se encabrona cuando los demás damos vueltas y más vueltas a una frase o una mirada que no significan mucho. Puede ser duro, también, porque al final ocurre lo de siempre: aguantamos bien el dolor propio, pero el de la gente que queremos se nos vuelve insoportable.

Hace mucho nos traía las mejores patatas fritas del mundo. Ahora las hemos cambiado por lechuga y pollo a la plancha. Y sí: tenemos menos pelo y somos 13 años más viejos, pero sabemos que estamos mejor que nunca y es real.

Lo bueno de mirar atrás y contar el tiempo es eso: que sabes que llegarán otros trece años y que hay gente, como él, que no se irá nunca.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Desmemoria

9 comentaron


Se me olvidó que te olvidé.

Se me olvidó tanto que paseé por Madrid sin sentirlo, descubriendo calles y más calles desconocidas, tiendas de cómics y delicatessen, un nuevo cansancio en las piernas, unas fotografías geniales. Te recordé con Nerea y, donde antes hubiera habido una charla larga y sondeante, ahora sólo hubo una anécdota mínima, una de esas cosas que tienes que contar porque ella está delante y tenías que contárselo, pero sin rabia, sin pena, sin preguntas.

Se me olvidó que te olvidé.

Se me olvidó tanto que paseé por Madrid y acabé en la Plaza Mayor. Alcé la vista y se me cayó encima, entera, como un yunque: cada uno de los soportales y los arcos, cada una de las mesas de los bares, cada uno de los postigos, la estatua de Felipe III, los escudos. Toda. Me ahogué durante tres segundos y quise reponerme pero sólo dije una frase:

-Vámonos de aquí.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Gracias

26 comentaron

Ayer fui muy feliz.
Inmensamente feliz.
Lo escribo para que no se me olvide esta cosa tonta.
Que ayer fui muy feliz.

martes, 2 de septiembre de 2008

Defecto de fabricación

9 comentaron



Soy experta en sanaciones, en lamerme las heridas y en avergonzarme de hechos que pasaron mucho tiempo atrás.

También me cuelgo de tíos raros, pero eso es una tara más que otra cosa. Uno más de mis defectos de fabricación.

Seis eran dieciocho

2 comentaron

Creo que éste ha sido el meme que ha tenido más éxito de todos cuantos circulan por la red. Os recuerdo: seis cosas tontas que te hagan feliz. Ya he dicho que las mías no son tontas. Me lo ha enviado alguien y sus deseos son órdenes. Podría decir muchas más, pero dejad de mandármelo, por favor.

- Llegar a casa de Nerea y hablar, hablar, hablar... y descubrir, hablando, cosas en las que no había pensado antes.

- El abrazo fuerte de Juan Carlos Blasco cuando llego a trabajar. Todos los días.

- Los mojitos con una rubia y una andaluza hablando de vidas y de libros.

- Volverme loca comprando ropa para un niño que no ha nacido aún. Y no quiero ni pensar en qué haré cuando tenga edad de leer...

- El primer abrazo de alguien que te demuestra que ya has entrado en su vida.

- Hacer planes con Pupe, o que surjan.