En las ferias del libro me pasa lo mismo que en las librerías: me entran sudores y me pongo mala (de verdad: no puedo estar en una librería más de diez minutos: me descompongo. Es una reacción física que no sé de dónde sale: Sonia la achaca a la ansiedad que me entra de ver tanto título que no he leído). Hoy ha sido divertido. Un grupo de adolescentes buscando dos libros que hablaban del amor absoluto y la felicidad absoluta. Ese treintañero engominado y con gafas (parece que los hacen de molde) comprando "¿Quién se ha llevado mi queso?" y yo mordiéndome la lengua para no decirle lo que le debería haber dicho, que le habría hecho un favor, no te gastes siete euros en eso, criatura, que es una mierda, ahora mismo te lo cuento, va de dos ratones, se lee en un cuarto de hora y dos minutos después de lo único que te acuerdas es de eso: que salen dos ratones... Un cuarentón buscando "La caja vacía", que lo presentan el viernes: "Lo editó Visor" "Sí, pero no lo encuentro" "Yo estoy buscando '42' y tampoco lo encuentro" "'42' lo tenemos nosotros: ¿lo quieres?" "Claro que lo quiero". Un viejecito diciéndole a un librero que siempre llega pensando: "No me llevo ninguno", porque un día se va a tener que ir de casa para que le quepan los libros... Dos niños leyendo cómics, cientos de títulos que no leeré o no pretendo (Jiménez Losantos, Dan Brown, Susanna Tamaro, Paulo Coelho, la última finalista del premio Planeta -que por cierto firmaba hoy-) y mi compañero Da Silva preguntándome si me interesa Luis Alberto de Cuenca para ir a cubrirlo mañana. Y no, no me interesa, no me ha interesado nunca lo más mínimo. De hecho, no le veo interés ninguno a mantener un encuentro con un escritor, ni a que te firme un libro. Sólo hay uno con el que me hubiera gustado, pero está muerto, y no me hubiera firmado nada. Me hubiera contado un cuento.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
7 comentaron:
Yo creo que a los escritores es mejor leerlos y, si acaso, quedar para tomar algo, pero no entrevistarlos. De hecho creo que se sobrevalora a las entrevistas.
Por cierto, a mí también me entra cierta angustia al entrar en las librerías y ferias de libro y bibliotecas, precisamente porque hay tanto por leer. Pero me encantan, de todas formas, como las papelerías.
Y, ahora que lo mencionas, tengo que pasarme por la feria del libro de Sevilla...
A mí lo de la Feria del Libro, me eleva a otro plano de la existencia. Tanto que leer y tan poco tiempo, y tan mala memoria... ayyy.
Por cierto, ¿a quién te refieres al final del texto? Si se puede saber...
No, si a mí me encantan... El problema es que mi cuerpo reacciona y yo no lo controlo.
¿Con quién me he imaginado yo sentada, de noche, al aire libre, contándome cuentos? Robert Louis Stevenson.
Ahí le has dado.Tocada y hundida.
los libros que no has leído y los que ya tienes en casa y te esperan... es un placer ir contigo a las librerías porque no veas lo que se aprende!!!
Tres opiniones (si me lo permites):
1) Conocer a Luis Alberto de Cuenca, tanto su persona como su obra, merece mucho la pena... aunque no quieras que te firme, que me parece genial. Te lo recomiendo.
2)Los pocos ejemplares que había de "La caja vacía", según me dijeron, se agotaron el primer día y hasta el viernes no los repusieron. Tiene gracia que "42" ha sido más fácil de encontrar...
3) Creo que Badajoz, este año, ha tenido la mejor feria del libro de Extremadura... (aunque, de las importantes, nos falta por ver Mérida).
Gracias por acercarte a mis poemas.
Un abrazo,
José Manuel
Permito todas las opiniones del mundo... (Bueno, no: miento: no permito todas las opiniones del mundo, no las he permitido nunca, qué demonios).
1) Es que no me atrae Luis Alberto de Cuenca... Quiero decir, no me atrae ahora, que tengo una trilogía de C.S.Lewis por leerme; uno de Joseph Conrad; uno de Kawabata; uno de Dickens, uno de Andersen y uno de Wilde esperándome en la librería de Mérida y tres de Ursula K. LeGuin, uno de Ana Akhmátova, dos de Mijail Shólojov que hacen por diez, cuatro de Pierre Bourdieu y uno de Marina Tsvetáieva en Badajoz. Que se me acumula el trabajo, José Manuel. Y, entre todos los que te he dicho, y Luis Alberto de Cuenca... ¿Sabes que es lo malo de los escritores vivos? Que yo puedo saber que Rimbaud era un hijo de puta, pero no me afecta. Y Luis Alberto de Cuenca no me acaba de entrar... A lo mejor me pierdo al autor de mi vida... Aunque quizá te haga caso, porque te creo con criterio. Por mucho que no me acabe de entrar. En fin: que ya veré.
2) Referí esa conversación porque me hizo mucha gracia y me hizo gracia la forma tan casual de encontrar '42' que he vuelto a releer después de haber estado paladeando sus textos una semana.
3) He releído mi texto y creo que no hago ninguna referencia a mi opinión sobre la feria del libro de Badajoz... Tampoco podría darla: fui sólo una tarde. Yo querría más clásicos y menos Matilde Asensi y Dan Brown, a los que por cierto tampoco he leído ni ganas que tengo y posiblemente, aunque lo dudo mucho, también me pierda a los autores de mi vida...
No sé si leerás esto siquiera, porque el mensaje ya está muy abajo, pero, con respecto a lo de acercarse a tus poemas, es un placer. Y yo leo por placer (que es por lo único por lo que hago todas las cosas que me gustan).
Otro abrazo, fuerte.
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