A los langostos, a las cucarachas, a las arañas grandes; a los chantajes psicológicos; a la irrealidad; a que golpeen el respaldo de la silla en la que me siento cuando estoy sentada; a que me interrumpan cuando estoy leyendo; a que hablen en el cine -incluso en los anuncios-; al lenguaje wap en los mensajes de móvil y en cualquier otro texto; a las faltas de ortografía; a ciertos libros, a los libros de autoayuda -a todos-, a esos poemas de amor; a esta construcción absurda del mercado laboral y el consumo; a los grupos de veinteañeros que se divierten asustándote por la calle cuando caminas sola y de madrugada; a tener que explicar las razones de la bondad de cierto arte y de cierta literatura -cada cual, que se eduque a sí mismo, que las bibliotecas están ahí-, a los idiotas que desdeñan al que lo aprendió todo en los libros porque en los libros se aprende todo y en los libros se vive; a explicar, también, qué es el machismo, qué el feminismo y qué el hembrismo -que mucho me temo que es otro término que se han inventado los machistas-; a los asertivos, seguros, pagados de sí mismo y perfectos; a los de reggaeton a decibelios, ventanilla bajada, en el coche; a la música de discoteca y a las discotecas; a los bares en los que no se puede hablar; a una playa sucia.
A no verte nunca. A no verte más. A estar lejos.
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 5 días
5 comentaron:
Hija mía, más que amigas parecemos hermanas siamesas...
¿A qué le tienes fobia tú?
Suscribo tus fobias. Y añado una más: a los quinceañeros con pelos de punta y mechas rubias... lo siento, deformación profesional.
Y a los actos sociales estupendos de la muerte. No los soporto.
Pues más o menos a lo mismo que tú; a ponerme colorada en público (cada vez lo hago más a menudo), a las alturas, salvo que esté volando; a las multitudes sin control; a no conseguir lo que quiero porque no sé lo que es; a la crispación política provocada sólo para crispar....
Yo antes era muy de fobias. Y de prejuicios. Ahora lo sigo siendo, pero empiezo a ser menos radical. Es que de otra manera esas cosas te molestan mucho y te hacen pasarlo mal. Aunque en general comparto muchas de ellas y añado a los fumadores guarros y a los que tiran papeles por la calle.
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