Hay varias personas con quienes yo comento este dolor inexplicable. El mismo que con Hierro o con González, el mismo que tendré con Gamoneda o con Serrat. Porque tengo la suerte de que casi todas las personas de las que me enamoré murieron hace ya muchos años. Dickens, Dumas, Woolf, Pessoa, Cernuda, Juana Inés y Juan de la Cruz, Vallejo, Tagore, Rilke, Wilde, Twain. Esta gente, ya saben. "Se nos ha muerto Benedetti", le he dicho a Nerea. "Otra vez la tristeza", me ha dicho Sonia, entre exabruptos. Me manda un mensaje Maricarmen: "¡Hoy es un día triste! ¡Benedetti siempre nos dejará su: yo te quiero un poquito más que el resto del mundo! Un beso enorme". Pupe también manda mensaje: "Hola, cariño: ¿cómo llevas lo de Benedetti? Menudo palo".
Los amigos. Ésos que saben, al final, y dan el pésame.
Recuerdo el entusiasmo (la irrupción en un aula donde mis amigos hablaban de sus cosas) con que terminé Vaivén, que le copié luego a Sonia en una libreta en mis tiempos de amanuense. Recuerdo el sillón de mi casa en Reyes lleno de sus libros. Recuerdo versos suyos de memoria, desde hace años. Recuerdo el cabreo y el desdén con que le contesté a quien me dijo que era un poeta para adolescentes (en aquella época leía yo a Ovidio, Walt Whitman y César Vallejo: poetas para adolescentes, también, supongo: a Benedetti llegué mucho más tarde). Recuerdo la expresión "Los formales y el frío", en los dedos de Neno hablando de un alejamiento.
Al final, ciertos escritores se transforman en colegas y los citas cuando hablas con tus colegas y ellos saben a quién te refieres y por qué y qué significan en tu vida y en tu construcción del mundo.
Ahora tengo que hacer un programa dedicado a él y llevo desde las ocho de la mañana tragándome las lágrimas...
Un viaje por el mundo real de Stephen King
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El mundo de Stephen King está en su mente pero se pude tocar. Las novelas
del escritor norteamericano nos trasladan a lugares terroríficos y
fantásticos ...
Hace 4 días
17 comentaron:
Es un día triste, pero siempre nos quedará Avellaneda. Y Él.
Un beso bonita.
Ojalá pudiera escucharte en ese programa, y enviarte un saludo desde donde estoy. Aquí, ahora, un poco más vacío que ayer a estas mismas horas...
Era de los nuestros y seguirá siéndolo.
Me encantan sus versos y sus cuentos. Y su persona, entrañable y pulcra, sincera.
Lo siento.
No te las tragues, las merece.
Un beso fuerte
Somos muchos los que literalmente le lloramos...
:*
Ánimo. Espero que el programa quede como los dos merecéis.
Un abrazo.
Não fiques imóvel
à beira do caminho
não congeles o júbilo
não ames sem vontade
não te salves agora
nem nunca
não te salves
não te enchas de calma...
Sip, justo como Hesse, también para adolescentes...
Un abrazo y esperemos que esta vez sí haya dos sin tres, que entre Antonio y Mario ya se han ido bastantes estos días.
La tristeza es duradera.
:(
Quedarán sus palabras. Se mantendrán sus versos. Siempre se puede volver a ellos.
Consuela saber que sus palabras trascienden la poesía y quedan inmersas en la cultura de los pueblos.
Estan ustedes traicionando algo a Benedetti.
Recuerden que hay que defender la alegria, como una trinchera... contra las ausencias transitorias y las definitivas.
Un saludo. Manolo. Urko.
De mi adorado Felipe Benítez Reyes.
http://felipe-benitez-reyes.blogspot.com/2009/05/benedetti-y-un-enterrador.html
Échale un ojo.
Princesa, sí que es un día triste.
Ulyanov, ya te mandé la dirección web. Y hablamos…
Índigo, sí que sigue siendo de los nuestros, sí…
Ricardo, es que lo de llorar en público a mí no se me da…
Nebulina, sí que somos muchos, sí. Si lo hubiera sabido, debería estar muy contento…
Suntzu, quedó muy bonito, la verdad. Y no porque lo hiciera yo. Es que creo que las cosas hechas con cariño salen bonitas…
À toa, no me quedo inmóvil, eso sí que no…
FLaC, es que la gente tiene una tontería… Y hubo un tres: Idea Vilariño, unos días antes…
Arcángel, gracias por el fuego, dijiste tú…
Alelo, claro que se puede. Y a sus cuentos y a sus ensayos…
Migrante, bienvenida, sobre todo con un comentario tan certero.
Urko, toda la razón. Te la doy. Cierto. Defender la alegría.
Suntzu, ahora mismo lo leo, que no me ha dado tiempo antes…
A mí la noticia me llegó como un dardo directo al corazón, y me petrifiqué. Hubo quien se rió de mí al verme tan afectada, y con quien, días después, ni siquiera me hizo falta hablar para saber cuánto sufríamos ambos por la noticia.
Benedetti ha muerto, pero desde ahora, y para siempre, será inmortal.
P.S. A mí también me encantaría escuchar tu programa. (ya escuché algunos de los que me mandaste por mail, siento no haberte comentado nada, demasiado lío en mi existencia diaria).
Como ves, me he decidido -al fin- a comentar en el blog, aunque no soy yo muy dada a estas cosas, pero no podía ser de otra forma al leerte y unirme a ese dolor inexplicable, y al identificarme con las lágrimas tragadas...
Un beso. (Perdona que mi primer comentario haya sido tan extenso...)
Nos queda su legado que ya es.
Me uno al homenaje tan hermoso que le dedicas.
Saludos
Isa, me gustan los comentarios largos, pero últimamente no tengo tiempo ni de respirar...
Kety, muchísimas gracias...
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