Hay quien no sabe decir no.
Hay a quien no le dejan ni sus circunstancias ni su carácter ni su vida.
El ovillo los enreda; los demás deciden por ellos; se dejan arrastrar y ni siquiera puede decirse que no se estén dando cuenta. A los demás no nos queda ese consuelo. Porque saben lo que hacen: conocen de qué manera se meten en la boca del lobo y cuál sería la mejor manera de salir antes de que fuera demasiado tarde.
El único problema es que son incapaces.
Y ni siquiera sé por qué.
Pero duele. De todos modos, duele.
Educar en sociedad
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Hay muchas actividades y profesiones que son invisibles para la inmensa
mayoría hasta que una noticia, normalmente triste y trágica, las coloca en
la...
Hace 1 semana
1 comentaron:
No sé a quién te referías, pero como si lo digeras para mí...Creo que yo no me suelo dejar arrastrar y que, afortunadamente, hace años aprendí a decir no (quizás demasiado bien), pero, ¿por qué hay tanta gente que no lo hace y, encima, pretende implicarte en su mentira alrededor del no que debío decir y nunca dijo?
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