Fechas. Días. Octubre y el otoño. Dos horas que pueden cambiar el curso. Una prueba que mide a quién conoces, con quién te acuestas, cuántos padrinos tienes. Seguridad. Inseguridad. Incertidumbre. Y en medio de todo eso, tú, sin ver las hojas; tú, sin cambiar el punto de vista; tú, sin tomar las riendas; tú, sin saber cómo hacerlo. Cómo escapar, cómo salir, qué decir, cómo actuar, cómo pensar.
¿Habrá algo mejor al final del camino?
Debí quedarme en Nunca Jamás...
Periferias
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No sé en qué momento de la historia lo céntrico pasó a ser casi lo único
importante y lo periférico aquello de lo que uno puede desprenderse o
incluso...
Hace 1 semana
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