Fechas. Días. Octubre y el otoño. Dos horas que pueden cambiar el curso. Una prueba que mide a quién conoces, con quién te acuestas, cuántos padrinos tienes. Seguridad. Inseguridad. Incertidumbre. Y en medio de todo eso, tú, sin ver las hojas; tú, sin cambiar el punto de vista; tú, sin tomar las riendas; tú, sin saber cómo hacerlo. Cómo escapar, cómo salir, qué decir, cómo actuar, cómo pensar.
¿Habrá algo mejor al final del camino?
Debí quedarme en Nunca Jamás...
Antónimos de guerra
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Uno de los primeros ejercicios escolares era escribir los términos opuestos
a unas cuantas palabras que nos daban. Luego supimos que los llamaban
antóni...
Hace 5 horas
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