viernes, 21 de junio de 2013

Kim Thompson

My heart just can't take this. Sorry to be emo, but fuck you cancer, fuck you fuck you fuck you
Janice Headley.
Kim Thompson por Michael Netzer.

Se murió Kim Thompson. El mecánico, decían. Me lo ha recordado hoy El Tío Berni, Alberto, que es del grupo de personas que conocí en Twitter hace ya ni sé. Este señor fue una de las personas sin las que el cómic ahora (industria, editoriales, autores, lectores) no sería lo que es. Yo me enteré el miércoles, el 19 de junio, justo después de hablar durante una hora con Jordi, cuando estaba a mitad de lectura de Esquirlas: enfrascada en la guerra de Bosnia, en el entrenamiento militar, intentando comprender a una madre fumadora y medio loca, abrí el Twitter en un descanso y ya no pude leer más.

Qué pena, coño.

Eso escribí.

Nadie ha dicho nada. En ningún medio generalista ha aparecido nada. No lo entiendo. No lo entiendo en absoluto y estoy hablando como periodista. El día que se muera Louise Cooper* y yo me entere diez siglos después, porque nadie diga nada tampoco por mucho que me guste a mí esa señora, lo entenderé. De verdad. Es una escritora de literatura fantástica, un tanto hippie, traducida pero sin ventas millonarias. Vale. Lo asumo. Quizá yo la nombre (informar, formar, entretener) por aquello de que a lo mejor alguien se enamora de Tarod como yo. Pero ¿que nadie, absolutamente nadie, en esos medios con sus secciones de cómics, le dedique una sola línea a Kim Thompson?

Kim Thompson por Chris Ware.
Yo le quise hacer un reportaje. Y llamé a los cercanos. A Alberto, a Montserrat Terrones, que hablaba con él día sí y día también cuando trabajaba en La Cúpula y me escribía -esta mujer tiene tiempo para todo- no solo para enviarme las novedades, sino para decirme: Te voy a mandar esto, que te va a gustar (nunca le agradeceré lo suficiente el Intimidades, de Leela Corman). A Gerardo Vilches, que es mi amigo. Y a Álvaro Pons.

A Álvaro lo entrevistó un compañero mío antes de que yo me hubiera atrevido siquiera y eso que consiguió el teléfono porque yo, con Álvaro, intercambio correos y mensajes asiduamente desde hace más de un año. Pero, ¿llamar? llamar da vergüenza.

Hay partes importantes en la trayectoria de un autor de las que nunca se habla. De los traductores, por ejemplo. De los editores. Un editor, si es buen editor, construye una carrera, guía, apoya, marca el camino, acota la creatividad si se te va de las manos, critica y orienta. Y así, con eso, se hace uno de un catálogo en el que están Charles Burns, Chris Ware, Art Spiegelman, Alison Bechdel, Peter Bagge, Robert Crumb, los hermanos Hernandez y Peter Kuper. Por ejemplo.

Y eso es lo que no entiendo que no aborde como se merece ningún medio de comunicación con más medios y más fuentes.

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Sí, vale, quejica, pero ¿quién era este tío?

Y en inglés, en The Comic Reporter, un recopilatorio. Y los autores.

*Louise Cooper, si es que ya lo sabía yo, murió en 2009. La actualidad y yo, esas grandes desconocidas.