lunes, 21 de enero de 2013

Laguna Nímez

Laguna Nimez.


En la Laguna Nímez hay una colonia de flamencos y otras muchas aves que intento fotografiar. Si ha salido alguna bien a pesar del intenso viento que se te mete en los huesos me daré con un canto en los dientes. Hay que pagar para entrar a la Laguna, que es una reserva natural, 35 pesos (algo menos de seis euros) y caminar por un sendero muy señalizado. Es una visita autoguiada en la que encuentras cartelitos con los nombres de las aves y de los arbustos, entre ellos uno de ramas casi blancas, de color verde hielo, que me gusta mucho. Y aves a mansalva: cisnes, flamencos (sí, también huele a flamenco) y muchos pájaros grandes de los que no sé el nombre. Recuerdo siempre el primer mandamiento del fotógrafo de naturaleza: no dañar. No interferir en la vida de los animales que se fotografian. No molestarlos nunca, bajo ningún concepto.



Al lado de la laguna está el Lago Argentino. Voy a echarlo mucho de menos cuando me vaya: sus aguas marrones, rosas un poco más al centro, azul celeste al fondo, haciendo rayas, con los Andes circundando, los picos nevados, las lenguas de hielo y las cascadas abriéndose paso y el sol reflejándose en las aguas. Mirar este lago es no pensar en nada.

Lago Argentino