sábado, 19 de enero de 2013

El Calafate



Correos
Ahora El Calafate es un pueblo turístico con precios para turistas, lleno de bancos, servicios, tiendas de artesanía, tiendas de artículos para la montaña, más tiendas de artesanía y un casino hortera por el que nos preguntan unos turistas en inglés. Pero antes, mucho antes, su economía se basaba en un animal que se llama guanaco.

Perito Moreno en la Intendencia del PN Los Glaciares

Los anoikenk vivían de ellos, en grupos de no más de cincuenta personas, cazadores y recolectores. Con su piel hacían las tolderías de sus viviendas si planeaban quedarse un tiempo en el lugar y luego usaban cuevas: hay pinturas rupestres (la Cueva de las Manos, cuya reproducción está en colgantes e imanes de madera y piedras del Lago Argentino). Luego, el estado vendió todo el terreno a los ingleses para que explotaran a las ovejas, porque la revolución industrial trajo consigo un gran aumento de la demanda de lana y El Calafate, lo que hoy es este pueblo turístico que toma el nombre del fruto de un arbusto, servía de punto de reunión entre las estancias de la zona que se dedicaban al ganado. Tenía un hotel, un almacén y una estación de servicio. Hace cuarenta años, cuando Adriana vino por primera vez con su hermano Héctor, no debía de ser mucho mayor que aquello, porque ella recuerda que había una calle nomás. Los turistas comenzaron a llegar casi en masa entrados los años 70 y ahora hay 7500 camas y unos 17.000 habitantes casi fijos, muchos más en la época turística. Desde la posada, que está en lo alto del pueblo, vemos a los niños bajar con sus mochilas para ir al colegio, bien abrigados aunque sea primavera y me pregunto cómo será andar por estas calles de tierra en el invierno más crudo.

Flor en la Intendencia del PN Los Glaciares
Murales en El Calafate
Y sí: creo que lo que vimos ayer eran cóndores, porque comen carroña. O quizá eran águilas moras o caranchos: yo no distingo a los pájaros, a casi ninguno. Supongo que eran cóndores porque eran muy grandes y muy negros. Realmente, la especie me da igual: fue un espectáculo verlos planear en círculos.

Aldea de los Gnomos