sábado, 15 de diciembre de 2012

La Redonda

Vamos a Belgrano. En Belgrano había una calera, de donde se extraía la cal y una pulpería, pintada con cal también, que llegaba a San Isidro y donde paraban los trabajadores. Las pulperías eran establecimientos pequeños donde se vendían sobre todo bebidas, pero también algún trozo de pan y queso con el que seguir los viajes. No tiene nada que ver con los pulpos, pero no descubrimos de dónde le viene el nombre. Alrededor del horno de cal se fueron asentando, poco a poco, quienes estaban contratados allí (aunque realmente no sé si había contratos) y fueron llevando a sus animales. En 1855 se creó el pueblo de Belgrano que, al año siguiente, era tan grande que se convirtió en partido. En 1880 fue la sede del poder ejecutivo y siete años después se integró en Buenos Aires. Algunos años antes, en 1865, bajo la advocación de la Inmaculada, comenzó a construirse una de las iglesias más peculiares de la capital de la Argentina: la Iglesia Redonda, ideada por Nicolás y José Canales.





No es que yo me haya documentado mucho. Todo esto lo descubrimos en una visita guiada, gratuita, por el barrio, gracias a Viviana, que nos habla de escritores (lee a Mújica Laínez, lee a Ernesto Sábato) y, sobre todo, de historia. La Redonda tiene, claro está, una planta circular. Es neorrománica, con una cúpula de 20 metros de diámetro y 16 columnas, muy bonita. Si salen bien las fotos que hice a pulso, deberían construirme un monumento.