Era un lunes de agosto, después de un año atroz, recién llegado. Recuerdo que de pronto amé la vida, porque la calle olía a cocido y a cuero de zapatos.
José María Pou, en Hélade.
La muerte se muere a cada instante. Renace a cada instante, lo mismo que la vida. Desde hace millares de años, mozos y mozas bailan bajo los árboles de renovado follaje. Álamos, pinos, robles, plátanos y esbeltas palmeras. Y seguirán bailando dentro de millares de años con rostro ansioso de deseo.
Concha Velasco, en Hélade.
Tengo 47 años y soy feliz, porque estoy sentado aquí, en un rincón privilegiado, y dentro de este día, que no es de ayer ni es de mañana.
Lluís Homar, en Hélade.
Que no soy marinera y pierdo el norte.
Silvia Pérez Cruz, en Hélade.
Historias de Loach y Laverty
-
Hay cine para todos los gustos. Algunos disfrutan de lo lindo con la
ciencia ficción y los efectos especiales, mientras que otros nos decantamos
por hist...
Hace 1 semana
0 comentaron:
Publicar un comentario