miércoles, 17 de agosto de 2011

75 años de la muerte de Federico García Lorca

Lorca en la Universidad de Columbia, Nueva York.


Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.

Este es mi Lorca. Yo creo que hay muchos Lorca. El Lorca que leemos de pequeños, ya saben: el lagarto está llorando, la lagarta está llorando; su luna de pergamino Preciosa tocando viene. El Lorca que nos acompaña cuando somos adolescentes: jaca negra, luna grande, aceitunas en mi alforja. El Lorca al que descubrimos a los 17. Que fue éste. El de Poeta en Nueva York. Y, de entre todso los Lorca, el que escribió la Oda a Walt Whitman. No sabría explicar por qué. Lloré cuando lo leí por primera vez. Me excitó. Me estremeció. Me hizo leer a Whitman de otro modo.

Hoy hace 75 años que mataron a este hombre.

2 comentaron:

Manuel Barranco dijo...

Y tardará mucho en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro...

Los viajes que no hice dijo...

Yo he vuelto a leer hoy su Oda a Walt Whitman. Creo que entiendo cosas distintas cada vez que la leo. Más irónicas. Más dolientes.